La lucha contra la inflación en EE UU y en la UE: ¿Se está logrando un aterrizaje suave?

El papel de la Reserva Federal (Fed), el Banco Central Europeo (BCE) y del Banco de Inglaterra en la lucha contra la inflación es clave para millones de puestos de trabajo y el progreso de las naciones

¿Están ganando las economías de Estados Unidos y la Unión Europea la batalla a la inflación? El papel de los bancos centrales en esta lucha, de la Reserva Federal (Fed) y el Banco Central Europeo (BCE), también del Banco de Inglaterra, es clave: del acierto o no de sus decisiones dependen millones de puestos de trabajo, el progreso de las naciones.

A finales de los años setenta, las economías occidentales sufrieron la estanflación, con altísimas tasas de inflación, desempleo y tipos de interés. La inflación alcanzó el 9% en EE UU. El presidente de la Reserva Federal, Paul Volcker, tuvo que elevar los tipos hasta el 20%. La inflación no disminuyó al 3% hasta 1983. El precio que se pagó fue una fuerte recesión en 1981-82 y un paro del 20%, el más alto desde la Segunda Guerra Mundial.

En las dos últimas grandes crisis, las ocasionadas por la financiera y económica de 2009-2011 y la generada por el Covid entre 2020 y 2022, los bancos centrales han sido muy elogiados al contener los daños. Los tipos se recortaron hasta el 0%.

Pero la batalla contra la inflación se inició tarde. La Fed, bajo Jerome Powell, no inició su ciclo de alzas hasta marzo de 2022. Entre abril de 2021 y marzo de 2022 la inflación se dobló, pasando del 4,2% al 8,5%. Las autoridades hablaban de una inflación “transitoria”.

En marzo de 2022 la tasa de tipos federales era de 0-0,25% y la inflación interanual del 8,5%, alcanzando un máximo de 9% en junio. En dieciséis meses (marzo de 2022 a julio de 2023), la Fed elevó los tipos en once ocasiones, situando la tasa de fondos federales en 5,25-5,5%.

Economía EE UU

Se temió que un alza tan drástica sumiría a la economía de EE. UU. en una recesión y provocaría una subida sustancial del paro. Dichos temores han resultado infundados. Se puede atribuir parte del mérito a la Fed, que ha sabido ejecutar el incremento con algunas pausas. Pero los motivos principales del mantenimiento del crecimiento son otros.

La inyección de 5,2 billones de dólares mediante cuatro planes de estímulo adoptados por el Gobierno y Congreso entre marzo de 2020 y junio de 2022 es uno de ellos. El ahorro acumulado por los hogares debido a las restricciones impuestas durante la pandemia es otro.

También ha tirado de la economía el fuerte y excesivo consumo acaecido después del levantamiento de los controles. En el tercer trimestre de 2023, el PIB de EE UU creció un 1,2% respecto al segundo trimestre, a un ritmo anualizado del 4,9%. El FMI pronostica que la expansión del PIB alcanzará 2,1% en 2023, moderándose al 1,5% en 2024.

El Banco Central Europeo tardó aún más que la Fed en endurecer su política monetaria.

Jerome Powell. EFE/EPA/MICHAEL REYNOLDS

En octubre de 2022 la inflación registró un máximo de 10,6%. El BCE acrecentó los tipos en diez reuniones seguidas, entre julio de 2022 y septiembre de 2023. El tipo principal del BCE ha pasado del 0% al 4,5%, el más alto desde 2001.

Puede parecer que el BCE ha superado a la Fed a la hora de atajar la inflación. El IPC interanual de la eurozona disminuyó en 0,5 puntos en noviembre, situándose en 2,4%. Sin embargo, EE UU seguramente está logrando el famoso aterrizaje suave. En el caso de la eurozona, el BCE prevé un crecimiento mínimo del 0,6% este año y 0,8% el próximo. Alemania y Francia seguramente ya padecen una recesión. El prestigioso Instituto DIW vaticina que la economía alemana sólo crecerá un 0,6% en 2024.

La brusca ralentización de la economía china ha perjudicado a EE UU y Europa. Pero el Viejo Continente es más vulnerable porque depende más del comercio, mientas que en EE UU el consumo interno aporta dos terceras partes del PIB. Y acontecimientos geopolíticos inesperados pueden alterar las previsiones.

Euforia bursátil

Las subidas fuertes de tipos normalmente provocan descensos de los índices bursátiles porque la renta fija (deuda del estado) gana en atractivo. Pero en 2023 el índice S&P ha aumentado un 22,9%, el Dow Jones 12,3% y el Nasdaq 41%. La mayoría de plazas bursátiles europeas también han cosechado excelentes resultados: MIB italiano (27%), Irlanda (22%), Dinamarca (20%), Eurostoxx (19%), CAC 40 francés (16,7%), Ibex 35 (16%), Países Bajos (16%) y Dax 30 alemán (15%).

¿Cómo se explica dicha evolución? Analicemos la situación en EE UU.

En primer lugar, el crecimiento no ha flaqueado, hay pleno empleo (paro del 3,7%) y los salarios suben. La mayoría de empresas registran buenos resultados. Los sectores con mejor desempeño son el tecnológico, de servicios y de bienes de consumo habituales.

Los inversores están maravillados por la Inteligencia Artificial (IA), la habilidad de un ordenador o máquina de imitar las capacidades del cerebro humano. En 2021 la inversión global privada en IA fue de 93.500 millones de dólares. El mercado global de IA se calcula en 143.000 millones. Los modelos de IA que más se emplean son el aprendizaje profundo, el aprendizaje automático, los algoritmos de agrupamiento y el procesamiento del lenguaje natural.

También hay que apuntar que, a raíz del ascenso de los tipos, ha fluido mucho dinero a las cuentas de money market (MMA en inglés). Ofrecen intereses más altos que las cuentas tradicionales y permiten retiradas. Se han acumulado la friolera de 6 billones de dólares en la MMA de EE UU. Con una expectativa de tipos más reducidos, parte de esta cantidad puede buscar mayor rendimiento en la renta variable.

Los inversores prevén que la Fed disminuya los tipos en 75 puntos básicos en 2024. En la reunión del 13 de diciembre del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC), la Fed no alteró los tipos e insinuó que podría empezar un ciclo acomodaticio de política monetaria el próximo año. Powell se cuida mucho de resaltar que esto solamente sucederá si se continua avanzando hacia el objetivo de inflación del 2%.

La euforia bursátil (en noviembre, por ejemplo) y repetidas correcciones (octubre) se pueden atribuir a una deficiente política de comunicación de la Fed. Mientras que Jerome Powell pone énfasis en un aspecto, otros miembros de la junta de gobernadores de la Reserva Federal destacan otras cifras. Esta falta de sintonía refleja las distintas opiniones de los gobernadores, así como un intento de corregir la percepción de los mercados. Pero probablemente añade confusión.

En la última reunión, Powell pareció inclinarse por una rebaja de tipos de 75 puntos básicos en 2024. Pocos días después, el vicepresidente del FOMC, John Williams aseveró que “en estos momentos no barajamos una reducción de tipos”.