Los socios le necesitan
El PNV ha vuelto de nuevo al redil de Pedro Sánchez pero la cruzada de Puigdemont es otro cantar porque los trámites sobre la amnistía van para largo
Sin amnistía para Puigdemont, de momento, y sin presupuestos. Sin la oposición y sin el Parlamento. Así piensa resistir Pedro Sánchez, mientras va colonizando las instituciones, para gobernar sin legislar. Porque de lo que se trata es de seguir en la cabina de mandos a toda costa para que no lo haga la derecha. Ese es su mantra. Resulta muy difícil, para un presidente en democracia , gobernar sin el apoyo de la mayoría parlamentaria . Esa mayoría de populistas, comunistas, nacionalistas y secesionistas que ahora se ha fracturado. Pero lo va a intentar pasando por encima de las Cortes, si es preciso. Esto es: gobernando con unas cuentas ya prorrogadas dos veces, si Junts , finalmente, culmina su amenaza de tumbarle el techo de gasto y huyendo hacia adelante a base de decretos leyes. No es ilegal pero no es democrático.
Que la vida institucional en nuestro país está alcanzando un grado de deterioro preocupante, es cierto. ¿Pero qué le importa a Pedro Sánchez? No se va a hacer un Biden diciendo que se echa a un lado por el bien del país porque el bien del país no le quita el sueño. Lleva seis años desmontando los contrapesos del Estado de derecho. Y haciendo de su capa de política internacional, un sayo. Actuando por su cuenta utilizando la carta de la Unión Europea según su conveniencia. Con el conflicto de Israel-Hamás, él fue por delante , sin tener en cuenta a la UE para retar a Netanyahu cuando proclamaba el reconocimiento del Estado palestino. Con el fraude electoral en Venezuela, sin embargo, prefiere ir por detrás, dejando que primero se pronuncie el Parlamento en Estrasburgo antes que incomodar a Maduro.
El desmarque del PNV, un paréntesis
Pedro Sánchez aguantará en el alambre. Superada la contrariedad que ha sufrido con el PNV en la votación de la proposición no de ley promovida por el PP en el Congreso, que fue un paréntesis de desmarque del bloque de investidura que duró unas horas, los jeltzales han vuelto a su sitio, como no podía ser de otra manera. No hubo un giro de guion en el PNV cuando votó con la mayoría parlamentaria a favor de instar al reconocimiento de Edmundo González como presidente electo de Venezuela. Se trató, simplemente, de un cálculo de posición en una marea de presiones internas . Tenía que aplacar a los contrariados del partido que forman parte del núcleo de movilización con los venezolanos y debía marcar distancias, en ese tema, con EHBildu. Eso fue todo. Y, de nuevo, vuelta al bloque de investidura. Porque el PNV necesita a Sánchez. Espera , entre otras cosas, que, en tiempos de reforma del estatuto vasco, pueda quedar estampado, negro sobre blanco, el reconocimiento de “Euskadi como nación”.
La cruzada de Puigdemont es otro cantar. Ahora mismo es un rehén del Tribunal Constitucional que deberá resolver sobre los recursos a la amnistía. En primer lugar, la cuestión de inconstitucionalidad planteada por la Sala Segunda del Supremo donde se expone que el borrado de los delitos de malversación vulnera el derecho a la igualdad entre españoles y la seguridad jurídica. ‘Tranquil, Puigdemont, tranquil’. Que estos trámites van para largo. Medio año por lo menos. Así es que el prófugo de la justicia, por muy desatado que esté exigiendo mejorar la oferta de financiación para Cataluña que el PSOE negoció con ERC y reclamando el traspaso integral de la competencia de inmigración -tal como pactaron los socialistas con Junts cuando negociaron su apoyo al famoso decreto ‘omnibus’- seguirá en el redil de Pedro Sánchez.
Los dos puntos débiles
Pero Pedro Sánchez tiene dos puntos débiles para aguantar sin desmayo durante tres años más. La pérdida de apoyo en las Cortes , aunque seguirá jugando con sus promesas a los socios que no le pueden dejar marchar por propio interés, y los problemas en su entorno familiar.
Ha reaccionado frente a la Justicia que no controla como un elefante herido. Contraatacando al juez Peinado para intentar apartarlo de la causa. Poniendo, como presidente de gobierno, todo el aparato de Estado a su servicio. Algo inaudito. Que un testigo se querelle contra el juez que está investigando una causa de posible delito de corrupción en los negocios y tráfico de influencias.
Con la ronda de contactos bilaterales con los gobiernos autonómicos para intentar disuadirles de que la financiación exclusiva para Cataluña no será excluyente para los demás, intentará abrir fisuras en el frente común de Génova. Será una de sus pocas bazas para mantenerse a flote. Pero en el PP aseguran que pinchará en hueso. Veremos.
2 comentarios en “Los socios le necesitan”
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En efecto, con Pedro Sánchez estamos viendo situaciones que jamás creímos que se iban a dar. Lo peor es la adaptación de la gente al escándalo. Gracias por leer.
Sra. Etxarri,
Con su sanchidad nunca sabe uno a qué atenerse ni con qué nuevo truco de trilero intentará engañarnos, o más bien a sus votantes, que están deseando ser engañados porque al fin y al cabo lo importante es que no gobierne la derecha, no?
El puto amo es capaz de todo -y cuando digo todo, es todo- para mantenerse su puesto de trabajo un día más. Así las cosas, se acerca un otoño de grandes rebajas y ofertas imbatibles en el zoco de La Moncloa, a donde acudirán raudos sus socios como moscas al olor de la mierda, con perdón.
No tiene límites, y la mítica frase «Yo he visto cosas que vosotros no creeríais. Atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser”… se quedará muy corta de aquí a unos meses, y no en la Puerta de Tannhäuser sino por estos pagos. Y si no, al tiempo.