Los réditos de la disciplina de la Comisión Europea

El populismo de izquierdas y derechas no ha sito derrotado en Europa, pero ha tenido que rendirse ante la Comisión Europea

La coalición de gobierno en Italia, integrada por los populistas de la Liga y el Movimiento 5 Estrellas tras las elecciones generales, estaba decidida a desafiar a las instituciones europeas. Los líderes de ambos partidos (Matteo SalviniLuigi di Maio) prometían un referéndum para sacar al país de la eurozona y aumentos considerables del gasto para financiar ayudas a numerosos colectivos.

El Ejecutivo italiano presentó un borrador de presupuesto para 2019 a la Comisión Europea con un déficit público del 2,4%, tres veces superior al 0,8% al que se había comprometido el gobierno anterior.

El colegio de comisarios rechazó el borrador en octubre y advirtió que si Roma no corregía su presupuesto en un plazo de tres semanas, pondría en marcha el procedimiento por déficit excesivo y sus posibles consiguientes multas.

La deuda pública de Italia asciende al 130% de su PIB (la segunda más alta de la eurozona) y el año pasado destinó más recursos para financiar los intereses de la deuda (64.000 millones de euros) que en materia de educación.

Por todo ello, el ejecutivo encabezado por Giuseppe Conte no ha tenido más remedio que entrar en razón y presentar un nuevo presupuesto a Bruselas con un déficit presupuestario de 2,04% del PIB.

El cambio de comportamiento del primer gobierno populista de Europa occidental (Italia) refuerza la credibilidad de la Comisión Europea, que en virtud de la revisión del Pacto de Estabilidad y Crecimiento tiene la potestad de supervisar los presupuestos de los miembros de la eurozona y exigirles medidas para reducir niveles de endeudamiento público por encima del 60%.

El cambio de comportamiento del gobierno de Italia refuerza la credibilidad de la Comisión Europea

Después de forzar a Italia a revisar sus cuentas, la posición negociadora de la Comisión ante países con déficits superiores al 3% del PIB y niveles de deuda que exceden el 60% será más fuerte. Bruselas debe exigir al Emmanuel Macron que restituya las reformas liberalizadoras del mercado de trabajo y reducciones de gasto a pesar de los chalecos amarillos.

El error de Macron fue pedir austeridad y liberalización a las clases medias y bajas mientras reducía los impuestos a los ricos. Si Macron no encauza su presidencia, además de infringir los límites del Pacto de Estabilidad, Francia no recuperará competitividad.

El gobierno español también haría bien en tomar nota que su aprobación de una subida del 22% del Salario Mínimo Interprofesional a 900 euros (la mayor desde 1977) y el aumento de los salarios de los funcionarios en 2,25% provocarán un agujero en las cuentas públicas de 6.000 millones de euros.

La Comisión ha valorado el esfuerzo de la sociedad española en recortar el déficit presupuestario del 8,9% al final de la era del presidente Zapatero en 2011 al 3% a finales del año pasado.

Pero las mencionadas medidas son populistas y su objetivo es granjearse el apoyo de los siete partidos que el PSOE y Pedro Sánchez necesitan para alargar una legislatura cuya matemática parlamentaria es surrealista.

El propio Banco de España vaticina que el incremento del SMI provocará la pérdida de 150.000 empleos, cifra que dobla la previsión de la Comisión (60.000 a 70.000).

La importancia de las elecciones europeas

El próximo mes de mayo se celebrarán las elecciones al Parlamento Europeo, y después de las habituales negociaciones entre los estados miembros de la UE, se elegirá al nuevo colegio de Comisarios, presidente de la Comisión y otros altos cargos de las instituciones europeas. Se iniciará asimismo la negociación de las perspectivas financieras (el presupuesto) de la UE para el periodo 2021-2026.

La Comisión y el Parlamento Europeo han puesto en marcha procedimientos para suspender el voto de Polonia, cuyo gobierno está minando la independencia del sistema judicial y de los medios de comunicación. Pero según el artículo 7 del Tratado de Lisboa, la suspensión del derecho de voto de un estado miembro debe aprobarse por unanimidad del Consejo de la UE.

El populismo de izquierdas y derechas no ha sito derrotado en Europa

El también populista y xenófobo gobierno húngaro ha prometido apoyar a Varsovia. El Tribunal Europeo de Justicia (TJUE) también dictaminará si el gobierno polaco encabezado por el ultranacionalista partido Ley y Justicia (PiS) amenaza los valores democráticos, entre otros metódos mediante sus 13 reformas del sistema judicial, y podría imponer sanciones económicas.

El populismo de izquierdas y derechas no ha sito derrotado en Europa. Pero después del brexit de 2016, las funestas predicciones de un nexit y frexit no se cumplieron, e incluso el populismo italiano ha tenido que rendirse ante la Comisión.

Durante más de dos años Londres ha intentado sin éxito dividir a los 27 en sus negociaciones para abandonar la UE. Ni siquiera ha logrado la complicidad de los gobiernos euroescépticos de Polonia, Hungría, República Checa y Eslovaquia, deseosos de no perder los sustanciosos fondos estructurales y de cohesión que reciben del presupuesto de la UE.

Pero si persisten los incumplimientos de Polonia y Hungría en materia de libertades, un recorte de los fondos del prespuesto que se les otorgan será inevitable en la negociación de las perspectivas financieras. Los 27 asimismo deberían subir sus aportaciones al minúsculo presupuesto de la UE, que equivale al 1,2% del PIB de toda la UE.

Destinar los 40.000 millones de la factura del divorcio del Reino Unido a las arcas comunitarias sería un primer y merecido paso para afianzar el futuro del mayor mercado común del mundo.