La fuga de cerebros irá a más
La pérdida de capital humano no solo limita la capacidad presente y futura de generar riqueza en España, sino que también afecta la sostenibilidad de las finanzas públicas debido a la disminución de los ingresos fiscales
Según datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) recogidos en El Confidencial esta semana, en España, entre 2014 y 2023, los únicos que han incrementado su salario (jornada completa) por encima del Índice de Precios del Consumo (IPC) acumulado (21%) son los analfabetos y los que no terminaron primaria.
Ambos grupos representan solamente alrededor del 2% de la población activa. Las retribuciones de los trabajadores sin estudios y con la primaria incompleta han crecido un 43,4% y un 23,8%, respectivamente, mientras que el aumento entre los que tienen educación superior solo ha sido de un 14,2%.
Aunque el salario medio de los universitarios sigue siendo el doble que el de los trabajadores sin estudios, 3.023 euros brutos mensuales frente a 1.506, la diferencia se ha reducido considerablemente. Un estudio del Banco de España destaca que la tasa interna de rentabilidad de la educación superior en España es del 12,4%, una cifra cercana a la de Italia (10,9%) pero significativamente inferior a la de Francia (19,3%) y Alemania (20,3%).
Un universitario francés gana, de media, un 26,8% más al año que uno español en términos brutos, una diferencia que se eleva al 49,3% cuando se compara con Alemania. Estas cifras ponen de manifiesto la menor rentabilidad de la inversión en educación superior en España.
El capital humano es el recurso más valioso de un país, representando el 64% de la riqueza total a nivel mundial, según el Banco Mundial. La emigración de trabajadores altamente cualificados disminuye el capital humano de un país, especialmente cuando estos emigrantes han adquirido y financiado su formación en el país de origen.
En 2022, aproximadamente 400.000 personas con estudios superiores abandonaron España en busca de empleos altamente cualificados, según un informe de la Fundación BBVA-IVIE. Esta emigración representa una pérdida económica considerable, valorada en casi 155.000 millones de euros en 2022, lo que equivale al 0,93% del total del capital humano de España.
Destinos
La mayoría de estos emigrantes se dirige a otros países de la Unión Europea (38,7%), seguidos por Sudamérica (19,8%), el Reino Unido (12,7%), África (9,3%), Asia (6,5%) y Centroamérica y el Caribe (5,5%). Esta tendencia es preocupante en el contexto de un progresivo envejecimiento demográfico y la previsión de descensos acumulados del valor del capital humano per cápita cercanos al 20% hasta 2050.
La pérdida de capital humano no solo limita la capacidad presente y futura de generar riqueza en España, sino que también afecta la sostenibilidad de las finanzas públicas debido a la disminución de los ingresos fiscales. En un contexto de envejecimiento de la población, esto incrementa la dificultad de mantener y desarrollar el estado del bienestar, especialmente en lo que concierne a la sostenibilidad del sistema de pensiones y la necesidad de destinar más recursos al sistema sanitario y a la atención a la dependencia.
«Esta emigración representa una pérdida económica considerable, valorada en casi 155.000 millones de euros en 2022»
Además, la fuga de cerebros agrava los problemas de relevo generacional y la cobertura de vacantes, especialmente en sectores industriales clave. Este problema, que no ha recibido la atención mediática ni política que merece, está sentando las bases para un desastre monumental. En un contexto de mayor movilidad de las rentas del trabajo, la competencia por retener y atraer talento será más feroz que nunca. ¿Cómo puede España atraer talento si ni siquiera retiene el suyo?
El premium salarial de los profesionales con estudios ha caído significativamente. El aumento de la retribución salarial entre los trabajadores con educación superior ha sido de un exiguo 14,2% en la última década (2014-2023), muy por debajo del crecimiento acumulado del IPC (21%). Para solucionar este problema, no bastarán las políticas de subsidios, ayudas y subvenciones que tanto gustan al actual Gobierno.