Tezanos, un mentiroso imprescindible
José Félix Tezanos encabeza el pelotón de los mentirosos imprescindibles que tiene Pedro Sánchez a su servicio y que le permite, en la peor de las situaciones, mantener el 30% de los votos
La relación del Gobierno de Pedro Sánchez con el director del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), José Félix Tezanos, solo se entiende y se entenderá en el futuro como la manipulación más burda y a la vez más sofisticada que un partido político ha practicado con dinero público.
Aunque bien mirado no es la única y seguramente tampoco la que nos sale más cara a los españoles. Ahí está RTVE, sin ir más lejos. Pero por ceñirnos ahora al asunto que nos trae, hay que reconocer que en esa simbiosis que forman Gobierno y CIS hay algunos aspectos cuando menos curiosos.
Por ejemplo: los socialistas dicen confiar tanto en el trabajo de Tezanos que incluso han llegado a decir, sin que les entre la risa, que el CIS es el organismo que más ha acertado en los últimos sondeos electorales. Lo cierto es que Sánchez y los suyos creen tanto en Tezanos que nunca tienen en cuenta los datos que publica.
La lógica dice que su cese tenía que haberse producido hace mucho tiempo, pero debemos entender que para el PSOE la eficacia del CIS no reside tanto en el mayor o menor acierto de sus predicciones como en el efecto que estas generan en su electorado.
Es como esas películas americanas de catástrofes donde siempre se forma un grupo que trata de sobrevivir en medio del peor de los cataclismos. Algunos de los personajes van muriendo por el camino, otros arrastran heridas que parecen incurables y de entre todos ellos, junto con el chico y la chica protagonistas, destaca el mentiroso que les dice que hay que seguir un poco más porque la salvación está en la siguiente esquina.
Ese, ese mentiroso de película, es José Félix Tezanos. Miente a sabiendas, porque él tampoco tiene ni idea de lo que les espera al doblar la siguiente manzana, pero su mentira consciente se reviste del piadoso engaño que insufla moral al más pesimista y ánimos al que desfallece.
José Félix Tezanos encabeza el pelotón de los mentirosos imprescindibles que tiene Pedro Sánchez a su servicio y que le permite, en la peor de las situaciones, mantener el 30% de los votos. Cuando todas las empresas demoscópicas pronosticaban una derrota del PSOE y la victoria del PP en las últimas elecciones europeas, Tezanos aparecía con datos absolutamente opuestos.
Dijo que los socialistas sacarían tres puntos de diferencia a los populares, y ha sido justo al revés: el PP supera al PSOE por cuatro. Por no entrar en detalle sobre los cálculos del CIS respecto del resto de formaciones que han obtenido representación en el Parlamento europeo, porque no ha acertado en ningún caso.
‘El día antes’
Lo curioso de la situación de Tezanos es que el Gobierno de Sánchez nunca le tiene en cuenta a la hora de hacer sus valoraciones a posteriori. Llama la atención que la candidata y vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, se muestre optimista “porque han salvado el descalabro” que habían pronosticado los sondeos, olvidando que el CIS de sus amores y nuestros impuestos les daba la victoria.
No tienen en cuenta a Tezanos en el “día después” porque saben que su trabajo está encaminado a influir en el “día antes”, cuando la duda y el miedo se extiende entre su electorado y se necesita entonces que alguien salga con el arrojo suficiente para mentir diciendo “tranquilos, no pasa nada ¿no escucháis al Séptimo de Caballería”?
Tezanos es el mentiroso imprescindible que todo grupo humano necesita en medio de la tempestad. José Félix sabe que el personaje que le toca representar es de los que muere en la película, de los que no llega al final. Pero no le importa, porque su misión es que se salven el guapo y la guapa, los protas.
Todos los demás se van quedando por el camino. Pero lo hacen con la satisfacción del deber cumplido. Porque para eso están el CIS, RTVE y el resto de medios, entregados en la defensa de la independencia y comprometidos en la lucha contra la manipulación. Mienten, sí. Pero lo hacen por nosotros. De lo contrario caeríamos en manos de la ultraderecha que recorre Europa y entonces estaríamos, ya sí, irremisiblemente perdidos.