Illa rinde y entrega los puertos y aeropuertos
Ese nefasto día de octubre, con un evidente mal planteamiento operativo, tuvo que intervenir la Guardia Civil Y la Policía Nacional
Salvador Illa ha anunciado que los Mossos de Esquadra van a hacerse cargo del control de los puertos y los Aeropuertos catalanes. Es una temeridad. En octubre de 2019 vimos como Tsunami Democràtic, una organización sin cabezas visibles, movida y organizada desde el poder y los partidos separatistas, tras la sentencia del Tribunal Supremo condenatoria de los lideres independentistas, intentaron alterar el orden lanzando a una turba al asalto del aeropuerto de Barcelona.
Previamente, el 1 de octubre de 2017 toda España contempló como los Mossos se paseaban mientras se llevaba a cabo un referéndum prohibido por el Tribunal Constitucional que tenía por fin liquidar a España y convertir a millones de personas en extranjeros en su propia casa. La actuación de los Mossos no surgía del libre albedrío de los miembros de este cuerpo policial, era el resultado de una orden procedente de su cúpula, en definitiva una decisión política.
Ese nefasto día de octubre, con un evidente mal planteamiento operativo, tuvo que intervenir la Guardia Civil Y la Policía Nacional. Es ahí, donde residía el cálculo político de la Conselleria que manda sobre los Mossos y de la presidencia de la Generalitat: la inacción de unos permitiría presentar a los otros como unos violentos. Lo de siempre: Cataluña víctima, España mala.
Cualquier policía, en un país democrático, es un cuerpo formado por profesionales competentes y comprometidos, pero dirigidos por políticos que, en ocasiones, pueden tener la tentación de usarla a su servicio. Ese fue el caso en 2017. También lo fue en el pasado cuando Pujol exigió la retirada de la Guardia Civil de las carreteras catalanas a cambio de apoyar a Aznar. Menos Guardia Civil y más Mossos, en la mentalidad de un nacionalista, es menos España. El nacionalismo siempre tuvo una idea patrimonial de los Mossos, cuando se desplegaba el cuerpo su obsesión era frenar el trasvase de miembros de la Policía Nacional o de la Guardia Civil para evitar la “contaminación” del cuerpo.
«Al servicio del pueblo de Cataluña»
Poco antes del referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017 el consejero de interior de la Generalitat, Jordi Jané, abandono el Gobierno catalán para no comerse el marrón legal de tener de poner, como Puigdemont y Junqueras querían, a la policía catalana al servicio del golpe. El nuevo conseller prometió una policía “al servicio del pueblo de Cataluña” y teniendo en cuenta que para un nacionalista el pueblo solo incluye a los que pertenecen a su tribu todo lo que sucedió después era fácil de prever.
¿Por qué es una mala idea la cesión del control de los aeropuertos y puertos a los Mossos? Los lideres independentistas afirman sin disimulo que su objetivo es la independencia y “que lo volverán a hacer cuando tengan la oportunidad”.
A finales de 2024 nadie quiere acordarse, pero en octubre de 2017 hubo muchas dudas sobre si el Estado iba a tener el control de las calles en Cataluña tras el referéndum del 1 de octubre y en especial el día de la huelga general promovida desde el gobierno catalán el 3 de octubre. La realidad es que estuvo a punto de perderlo, desde la radio pública catalana se pedía a los oyentes que llamarán para informar de por donde circulaban los furgones policiales con el fin de que los Comités de Defensa de la República CDR pudieran burlarlos.
La entrega del control de los aeropuertos y los puertos no solo es temerario, es una cesión de poder exigida por Junts y ERC
El gobierno central tuvo que enviar fuerzas de seguridad de toda España a las que ácino en el puerto de Barcelona unos patéticos cruceros pintados con Piolín y el gato Silvestre en una especie de auto humillación vergonzosa e incomprensible.
Le marcan la agenda a Sánchez
¿Volverá el separatismo al poder en Cataluña? ¿Tendrá la posibilidad de reintentar apropiarse de los Mossos para hacer un uso político de ellos como en 2017? En realidad, no se han ido, condicionan a Illa y le marcan la agenda a Sánchez. La entrega del control de los aeropuertos y los puertos no solo es temerario, es una cesión de poder exigida por Junts y ERC porque saben que eso les facilita que cuando vuelvan a delinquir tengan más posibilidades de lograr su objetivo.
Cuando vuelvan a hacerlo, con el control de infraestructuras clave como puertos y aeropuertos, tendrán la posibilidad de impedir la salida o entrada de gente o paralizar la descarga o salida de mercancías.
Sabemos por experiencia, que en 2017 los independentistas, hoy socios del gobierno de España, no lograron la secesión no porque no fueran en serio sino porque fueron, afortunadamente, muy incompetentes, aunque aguerridos y decididos a lograrlo.
Illa, con su decisión, se lo pone más fácil. ¡Que mala idea, que irresponsabilidad¡