Hacienda somos topos 

Con tres citas electorales en dos meses, el personal tiene para entretenerse un rato escuchando los cálculos de Tezanos entre bostezo y bostezo

Al periodismo patrio ya nadie le exige rigor. Se le pide vigor. Esa fuerza oculta, con nombre y apellidos, que lleva una fotografía de Isabel Díaz Ayuso al arranque de un Telediario en La1 como cuando colocan en los aeropuertos los caretos de los más buscados. ¡Cuidao, cuidao! que igual el próximo eres tú, Feijóo, que la vice Montero se pone farruca y montonera y no tiene más que dar unas palmadas de esas que pega para aplaudir cuando el jefe se sale, con las manos duras como expedientes de Hacienda, y te busca la ruina.  

Meterse con la mujer del baranda está muy feo, eso es de mala gente, otra cosa es que los medios, esos que escriben libremente lo que se les manda desde la Moncloa, saquen a la luz lo del novio de la Ayuso justo después de que lo dijera la vice. ¡Pero a ti qué más te da! La pena es que a Koldo no se le ocurriera decir el nombre de esta pesadilla de mujer en lugar del de Tellado. Con Ayuso nombrada en el sumario habría combustible para seguir quemando tertulias una buena temporada. 

Ahora hay que aguantar con lo que hay. Con tres citas electorales en dos meses, el personal tiene para entretenerse un rato escuchando los cálculos de Tezanos entre bostezo y bostezo. Porque este señor está puesto en el CIS para eso, para echar bromuro en el agua corriente de los informativos y que se nos baje el lívido del cambio pensando que con Sánchez tampoco estamos tan mal.

Derrochamos agua como derrochamos casos de corrupción

Así se entiende que los escándalos que la prensa publica cada día acaben como lágrimas en la lluvia. De una lluvia que dejamos que se vaya al mar. Porque somos un país que se seca entre nevada y nevada, entre borrasca y borrasca. Derrochamos agua como derrochamos casos de corrupción. Los vemos pasar y no hacemos nada por pararlos porque la experiencia nos dice que inevitablemente vendrán más. 

La pertinaz sequía es como la pertinaz corrupción. Como dijo Jorge Valdano del fútbol, lo nuestro es un estado de ánimo. Empezamos a estar resignados. Nos han convencido de que somos mucho más responsables del calentamiento global que del Gobierno que tenemos. Por eso seguimos poniendo más atención en separar el papel del plástico que en la papeleta que metemos en la urna.

Todo el mundo sabe, estemos en el mes que estemos, que soportamos temperaturas por encima de lo normal para esta época del año; es la cantinela de los telediarios, que insisten en el cambio climático con la misma constancia con la que desisten en reconocer que soportamos un Gobierno con un nivel de corrupción y de intervencionismo mediático por encima de lo normal para una sociedad democrática. 

MADRID, 14/03/2024.- El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, conversa con la ministra de Hacienda, María Jesús Montero (c), durante el debate de la Ley Orgánica de amnistía para la normalización institucional, política y social en Cataluña, durante al pleno del Congreso este jueves. EFE/ Zipi
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, conversa con la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. EFE/ Zipi

Si al planeta se le derriten los polos, a España se le sobrecalientan las autonomías. Sobre todo las que quieren independizarse para acabar como los icebergs que se desprenden de la gran masa y acaban a la deriva en el océano. Pero de esto no nos advierte nadie, no vaya a ser que tomemos conciencia del irreversible desastre al que nos conduce una clase dirigente empeñada en seguir siéndolo cueste lo que cueste.

Nos han convencido de que somos mucho más responsables del calentamiento global que del Gobierno que tenemos

Cueste lo que nos cueste a nosotros, los ciudadanos. Porque se pagará, pagaremos, un alto precio en el País Vasco, donde ganarán y gobernarán quienes quieren acabar con la España que ahora conocemos. Y posiblemente ocurra lo mismo en Cataluña. 

Hay quien cree que la única solución al creciente deterioro moral del “sanchismo” pasa por el desmoronamiento absoluto del PSOE en las próximas citas electorales. De ser así, de producirse una debacle del partido en el Gobierno, Pedro Sánchez perdería fuerza pero no una importante capacidad para seguir batallando con su vice, aunque sea ella la cazada cuando sale a cazar “ayusos”.

Le quedaría toda la maquinaria mediática que maneja a su antojo para seguir haciéndonos creer que no tiene que dar ninguna explicación por el papel de su mujer en el multimillonario rescate de Air Europa, que él permitió, mientras exige que Ayuso dimita en base a una filtración. Porque Hacienda somos topos. Otros antes apuntaban a las “cloacas del Estado” como responsables de cosas así. Ahora todo es más prosaico. Sencillamente a muchos medios les va la vida en la continuidad de este Gobierno. Se puede entender. Al fin y al cabo todos los periodistas somos libres de elegir nuestras propias cadenas.