La trampa de gravar las ganancias no realizadas

Gravar las ganancias no realizadas desalentaría la inversión y la formación de capital, el pilar de una economía dinámica.

En una entrevista reciente, la vicepresidenta segunda del Gobierno y Ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, anunciaba su intención de subir la carga fiscal a los fondos de inversión en España. Hasta el día de hoy, ni el Ministerio ni Sumar han revelado detalles específicos sobre esta iniciativa.

Sin embargo, según diversas fuentes, el objetivo de su agenda legislativa se centra en dos ejes: aumentar la imposición a las instituciones de inversión colectiva (IIC) gravando los beneficios no realizados y eliminar la traspasabilidad libre de impuestos de los fondos de inversión.

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz. Foto: Alejandro Martínez Vélez / Europa Press

En la actualidad, las IIC tributan sobre sus beneficios al 1% en lugar del 25% al que tributan el resto de empresas. Este «privilegio» existe para evitar la doble tributación que sufriría un ahorrador que invirtiera a través de ellas. Comparando dos casos: si un inversor directo en acciones obtiene plusvalías de 400.000 euros, pagaría un 25% en IRPF, es decir, 100.000 euros.

Sin embargo, si ese inversor obtiene las mismas plusvalías a través de un fondo de inversión y se aplica un Impuesto sobre Sociedades del 25%, el fondo pagaría 100,000 euros y posteriormente, el inversor pagaría otro 25% sobre los 300.000 euros restantes, resultando en una doble tributación de 175,000 euros. Esta diferencia impositiva podría destruir la industria de los fondos de inversión.

Gravar las ganancias no realizadas desalentaría la inversión y la formación de capital, el pilar de una economía dinámica. Cuando los ahorradores saben que sus ganancias no realizadas estarán sujetas a impuestos, tienen menos incentivos para invertir en activos productivos como bonos, acciones, derivados u otros fondos de inversión. Esto conduce a una mala asignación de recursos y un menor crecimiento económico.

Además, este impuesto reduce el capital disponible para el emprendimiento y la innovación empresarial. Al gravar las ganancias no realizadas, desalentamos la asunción de riesgos y sofocamos la innovación, elementos esenciales para mejorar la productividad y elevar la renta per cápita, ya muy alejadas de la media europea.

Parece que los únicos inversores con ventajas para invertir en España serán los inversores extranjeros, que tendrán ganancias de capital protegidas por convenio de doble imposición, con tributación en destino.

Amenaza sobre el libre traspaso

La otra gran reforma que parece contemplar la ministra es la de acabar con la traspasabilidad libre de impuestos, una de las ventajas fiscales más importantes con las que cuenta la industria de la inversión y el ahorro privado en España. El mercado de fondos y planes de pensiones permite mover los fondos de una entidad a otra sin impacto fiscal, ya que no se compran ni se venden, únicamente se traspasan posiciones financieras.

Este mecanismo es esencial para la flexibilidad y eficiencia del sistema financiero; permite a los pequeños ahorradores y familias gestionar su patrimonio y adaptarse a las condiciones del mercado sin penalizaciones fiscales.

«Al gravar las ganancias no realizadas, desalentamos la asunción de riesgos y sofocamos la innovació

El mercado de fondos de inversión es accesible para todos los niveles de patrimonio, ofreciendo una vía crítica para la rentabilización de ahorros que ya han sido gravados bajo el IRPF. Esta reforma impactaría negativamente en la economía personal de millones de ciudadanos que buscan proteger y crecer su capital, especialmente en un contexto de inflación.

La propuesta de Yolanda Díaz de gravar las ganancias no realizadas y eliminar la traspasabilidad libre de impuestos es un grave error. No solo castigaría doblemente a los ahorradores que invierten a través de fondos de inversión, sino que también desalentaría la inversión y la formación de capital en España.

En un momento en que la economía global enfrenta incertidumbres significativas, es crucial fomentar, no obstaculizar, la inversión y la innovación. En lugar de destruir una herramienta valiosa para los pequeños ahorradores y familias, deberíamos buscar maneras de fortalecer y expandir las oportunidades de inversión para todos.