Una gran confusión territorial  

Cataluña y País vasco, se consideran una nación y desean ser tratadas como tales

La realidad política española es el resultado de lo que podríamos denominar la confusión española y la necesidad de prolongarla todo lo posible  para evitar responder a la pregunta sobre cómo será el futuro de España, desde el punto de vista territorial.

La confusión española se expresa en el debate, a veces impostado, otras veces sincero, sobre cuál podría ser el camino más provechoso para la consolidación definitiva de una España capaz de dejar atrás su secular conflicto territorial y cultural.

El PP busca, a través de su poder autonómico, pasar de la fidelidad a la lealtad con España, lo que implica flexibilizar su posicionamiento tradicional basado en que todo español debe servir a la patria.

El PSOE busca, a través del gobierno central y Europa, que España sea el resultado de sus pactos políticos y de su compromiso con un federalismo político con pocas posibilidades dado el determinante peso que tienen las ciudades en relación a la autonomía en las que se inscriben.

El caso de la evolución de Madrid, que es a la vez un municipio y una autonomía, se podrá dar en los próximos años en ciudades como Barcelona, Palma de Mallorca o Valencia. 

Los partidos nacionalistas e independentistas esperan que España se diluya hasta desaparecer y así ocupar su espacio, aunque no han sido capaces de dar con la fórmula para separarse de ella. Sumemos a todo ello que la España de las ciudades tiene vida propia al margen de la España autonómica y que la Unión Europea gobierna, cada vez más, la vida de los españoles.

(Foto de ARCHIVO)
Dos mujeres con banderas de la estelada durante una acto de ERC por la Diada, a 11 de septiembre de 2024, en Barcelona, Catalunya (España). ERC ha organizado un acto por la jornada de la Diada en Catalunya, en el primer 11 de septiembre sin un presidente independentista al frente de la Generalitat desde hace 12 años. Durante la ofrenda al monumento de Rafael Casanova, la delegación de ERC ha sido recibida con algunos silbidos y gritos de 'ERC traidores' y 'Botiflers' de personas que han acudido a ver el homenaje. ERC dio el visto bueno a un gobierno del PSC a cambio de la implantación de una financiación singular en Catalunya, que actualmente se está debatiendo en el Congreso.

Kike Rincón / Europa Press
11/9/2024
Dos mujeres con banderas de la estelada. Foto: Kike Rincón / Europa Press.

Para muchos ciudadanos, como es el caso de muchos barceloneses, lo primero que quieren es influir en su ciudad, luego en su autonomía, luego en España y por último en Europa.

A riesgo de simplificar aún más el argumento antes expuesto, los ciudadanos expresan su entidad a partir de sus intereses que, en la mayoría de los casos, van de abajo a arriba. La tensión territorial queda definida sobre la base de quien gestiona el poder y del margen que permite para ello el modelo territorial autonómico. 

«Los partidos nacionalistas e independentistas esperan que España se diluya hasta desaparecer y así ocupar su espacio, aunque no han sido capaces de dar con la fórmula para separarse de ella»

Dos de ellas, Cataluña y País vasco, se consideran una nación y desean ser tratadas como tales; otras ciudades se consideran realidades inacabadas desde el punto de vista autonómico, como son Castilla y León o Navarra.

Se plantea el modelo federal para España, que debería consistir en saber si es una federación donde el centro cede poder a la periferia o si son las mal llamadas periferias las que constituyen el centro.

En la primera acepción, España ya está en cierto modo realizada territorialmente a través de las autonomías; la segunda opción implica plantearse de nuevo qué es España y su plasmación política, simbólica, cultural, social y económica. Como se puede advertir, la confusión territorial da más juego político y electoral que despejar toda duda sobre España y sus límites.