Galicia como síntoma

Los resultados en Galicia, si bien hay que leerlos en clave gallega, deben ser explicados como un pequeño, pero determinante, avance del nacionalismo de izquierda en el norte de España

Las elecciones en Galicia tenían que dirimir si el PPdeG seguiría gobernando; sin embargo, al acabar la campaña, y antes de votar los gallegos, lo que estaba en juego es si ganaría la España de Feijóo o la de Pedro Sánchez.

Los buenos resultados del partido nacionalista gallego (BNG), aliado preferente del PSOE, y la mayoría absoluta del PPdeG permite comprobar que en Galicia no cambia nada, pero sí en España. En una década, hemos visto cómo en Galicia, Euskadi y Cataluña el nacionalismo de izquierda ha ido creciendo en la misma medida que la derecha nacionalista ha perdido apoyos.

Los buenos resultados del BNG)y la mayoría absoluta del PPdeG permite comprobar que en Galicia no cambia nada, pero sí en España

Si observamos los resultados de la izquierda en Galicia, vemos que prospera, pero no avanza lo suficiente para alcanzar el poder. Del mismo modo, podemos señalar que el PP sigue prosperando en Galicia, pero no le alcanza para que la propuesta de Alberto Núñez Feijóo pueda avanzar en España. El PP, que en Galicia ganaba las elecciones recibiendo votos de derechas o izquierdas, como en el pasado le ocurriera a Convergencia y Unión en Cataluña, ahora estos votantes se dividen entre el PP y el BNG.

El PSOE pierde apoyo en Galicia

El PSOE, por su parte, sigue perdiendo apoyos en Galicia, lo que implica que deberá seguir apostando por su alianza con el nacionalismo gallego, vasco y catalán. Sumar, liderado por la gallega Yolanda Díaz, que no ha obtenido representación en estas elecciones, como tampoco la ha obtenido Vox, muestra la debilidad de la coalición que gobierna España.

La victoria de Alfonso Rueda alumbra un nuevo liderazgo autonómico de alcance nacional que competirá con Juanma Moreno Bonilla e Isabel Díaz Ayuso para liderar al PP en el futuro. El éxito del PP en Galicia sirve a Alberto Núñez Feijóo para poder mantener el liderazgo del PP, mientras que Pedro Sánchez pierde el suyo.

Los resultados en Galicia, si bien hay que leerlos en clave gallega, también deben ser explicados como un pequeño, pero determinante, avance del nacionalismo de izquierda en el norte de España. Tras las elecciones gallegas vendrán las vascas, que pueden suponer la victoria de Bildu frente al PNV; y después las catalanas, que permitirían constatar si el nacionalismo de izquierda es el gran ganador de las elecciones autonómicas en buena parte del norte de España.