De la incertidumbre sobre el futuro a la certeza de la degradación
Sánchez tendrá la presidencia y la próxima semana será su momento de gloria, pero también el inicio de su ocaso
Dice el acuerdo firmado entre el PSOE y Junts que una parte de la sociedad catalana no se siente identificada con el sistema político vigente en España. No hay duda que los firmantes se refieren a los catalanes separatistas y ahí está uno de los pecados más graves cometidos por Sánchez: el acuerdo con Junts abandona y traiciona a millones de catalanes, la mayoría votantes suyos, que le han apoyado pensando que el voto al PSC era la mejor forma de acabar con el procés.
Históricamente al PSC le fue bien presentándose como equidistante entre dos polos enfrentados: el españolismo y el nacionalismo. La alimentación de esa idea era en si perversa porque ponía en pie de igualdad a dos visiones de la sociedad que para nada son iguales. Una se basa en el supremacismo excluyente y la otra en la igualdad y la fraternidad entre compatriotas.
Socialistas sin memoria
Los socialistas han perdido la memoria y han olvidado que cuando se han puesto de lado del nacionalismo han naufragado en Cataluña y para el PSOE perder Cataluña es perder España. Cuando Montilla y Zapatero se alinearon con el independentismo contra la sentencia del Constitucional sobre el Estatut emergió Ciudadanos y les arrasó. Cuando el PSC se puso del lado del constitucionalismo en 2017 y luego nombró a Borrell ministro de Exteriores renació y volvió a ser el partido hegemónico que siempre fue en Cataluña.
Dijo Aznar que antes se dividiría Cataluña que España, y acertó, ahora estamos a la espera de su próxima predicción, mientras Sánchez ha sucumbido a la tentación del poder. Los hombres de estado tienen visión, los políticos de medio pelo solo necesidades urgentes.
Los hombres de estado tienen visión, los políticos de medio pelo solo necesidades urgentes
Parias de Europa
Durante tres meses España ha vivido en la incertidumbre sobre que futuro le esperaba. Los textos de los pactos entre el PSOE y Sumar y ERC son una suma de despropósitos constitucionales y económicos que nos acercan a los países parias de Europa.
Polonia y Hungría eran hasta ahora el populismo disonante de derechas díscolo con Bruselas, ahora España se suma al grupo de naciones parias y abre la lista de populismos soberanistas de izquierdas, quizás Eslovaquia con un recientemente elegido primer ministro socialista prorruso se una a España.
Polonia dio un volantazo y enterró el soberanismo euroespéctico, así que España y Hungría son los dos polos extremos que simbolizan los enfermos de Europa. Del escepticismo hemos pasado a la certeza. Gobernar es tomar decisiones, tener coraje y arriesgar, pero también respetar las leyes y ser consciente de la responsabilidad que se atesora.
Un ser sin escrúpulos
Un dirigente político que acepta firmar un documento donde somete el interés de la nación a un parlamento regional y acepta que políticos condenados por sedición y corrupción juzguen de forma casi sumaria a los jueces que presidieron los tribunales que les condenaron es mucho más que un temerario, es un ser sin escrúpulos.
En comunicación política todo está pensado al milímetro, nada queda al azar. Santos Cerdán dio cuenta del acuerdo avergonzado, tanto que no le acompañaba nadie en su comparecencia, su rictus era funerario y no había ni un solo logo del PSOE detrás suyo ni decorando el atril.
Además, el PSOE ha cometido un error grave de comunicación, al anunciar el pacto pero dejar para la próxima semana el contenido de la ley de amnistía parecerá que no se haya rendido una vez si no dos.
Sánchez tendrá la presidencia y la próxima semana será su momento de gloria, pero también el inicio de su ocaso, incluso si la predicción de Pablo Iglesias sobre que la derecha no volverá a gobernar jamás en España se cumpliera al presidente del Gobierno le acompañará siempre el estigma de la responsabilidad de la degradación de España como país fiable y seguro física y jurídicamente.