Los dos últimos fichajes de Pedro Sánchez 

La táctica y la estrategia victimista y fenicia del nacionalismo catalán funciona si se tienen en cuenta las cesiones y concesiones de Pedro Sánchez

A la manera de los clubs de fútbol, Pedro Sánchez ha fichado a un par de colaboradores para hacer frente a la temporada 2024-2025. El primer fichaje: Diego Rubio, nuevo jefe de gabinete de la Presidencia que proviene de la Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia de la Moncloa. El segundo fichaje: Jordi Pons, nuevo consejero del Banco de España propuesto por ERC que proviene –profesor titular de economía- de la Universidad de Barcelona.  

La estrategia de la verdad de Pedro Sánchez para la nueva temporada 

Diego Rubio –licenciado en Historia y profesor de Historia Aplicada y Gobierno-, con un notable bagaje teórico en la mochila, brinda a Pedro Sánchez la estrategia que podríamos denominar de la mentira. En su trabajo La política de la posverdad (Política Exterior, número 176, pp. 58-67, marzo-abril 2017), el nuevo jefe de gabinete de la Presidencia nos advierte –dice a Pedro Sánchez, que lo ha ascendido a la cúpula de la Moncloa- que “la mentira ha existido siempre en política”, que “la verdad ya no es una, sino muchas, todas ellas igualmente válidas”, que “en la cultura contemporánea, la verdad no se opone a la mentira, sino a otras verdades, todas ellas consideradas de igual validez”.  

Diego Rubio insiste: “Cualquier persona familiarizada con las ciencias sociales sabe que la verdad no es a menudo una, sino muchas; no es algo cerrado, sino abierto; no tiene un método, sino varios; no es encontrada, sino construida. De ahí que veamos a partidos políticos sacando conclusiones distintas sobre los mismos datos”.

Pedro Sánchez –que ve confirmada su concepción de la verdad por un intelectual  que ha estudiado e impartido la docencia  en la École Normale Supérieure, la Sorbona, Columbia, Oxford y la IE University al tiempo que asesoraba a la ONU, la Comisión Europea y la Secretaría General Iberoamericana- aplaude. Y le contrata sabiendo que tiene a su lado a un estratega que conoce el recto camino que seguir: el suyo. 

Pedro Sánchez sigue aplaudiendo y sonriendo cuando, ya al final del artículo, Diego Rubio se detiene en las alternativas para combatir la mentira: los filtros de verificación, el fortalecimiento de la formación y el pensamiento crítico de la ciudadanía y la reconstrucción de la confianza ciudadana en los gobiernos, los medios de comunicación, la justicia y la ciencia. Si quieren que les diga la verdad, Pedro Sánchez se siente satisfecho con la primera de las alternativas y hace una mueca al leer las otras.  

Pedro Sánchez no acaba de entender el último párrafo –especialmente, la última oración- del artículo de Diego Rubio: “El reto está en restablecer el prestigio de las instituciones sin caer en las miserias de la censura y el pensamiento único que imperaron en los regímenes totalitarios y dictatoriales del siglo pasado. Al fin y al cabo, solo hay  una cosa peor que mentir: perder el derecho a hacerlo”.  

Pedro Sánchez reflexiona durante unos minutos y acaba subrayando, en rojo, la siguiente cita del artículo: “en un mundo en el que la mayoría de la población no cree en la existencia de verdades y objetivos, resulta mucho más fácil desdeñar los datos molestos y construir discursos basándose en lo que Stephen Colbert llamó truthiness: ideas que `parecen verdad´ o que `deberían serlo”.  

La voz del victimismo catalán en el Banco de España   

Jordi Pons –el segundo fichaje de Pedro Sánchez- tiene un buen currículum vitae, nacional e internacional, en donde destacan artículos y libros sobre la concentración industrial, el comportamiento gregario y las previsiones económicas, la integración de los mercados, la racionalidad de las previsiones de precios, el capital público, el déficit fiscal, los ciclos de la economía española, la integración regional,  la racionalidad de las previsiones presupuestarias, la OECD, las leyes de Kaldor, las externalidades, la competitividad y un largo etcétera. 

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Foto: A. Pérez Meca / Europa Press.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Foto: A. Pérez Meca / Europa Press.

Casualmente, en el apartado de los libros publicados, nuestro economista se ha olvidado un título. El siguiente: L´espoli fiscal. Una asfíxia premeditada (2004). Un libro escrito conjuntamente con el también economista Ramon Tremosa –afiliado a Convergència Democràtica de Catalunya-, consejero de la Generalitat de Cataluña con Quim Torra, diputado del Parlamento de Cataluña, diputado del Parlamento Europeo y miembro del Círculo de Estudios Soberanistas. Un libro que, con toda probabilidad, es el que ha motivado a ERC para que Pedro Sánchez accediera a proponerlo como nuevo consejero del Banco de España.    

Si Diego Rubio puede marcar la estrategia de Pedro Sánchez, Jordi Pons será voz de la persistente y victimista reivindicación del nacionalismo catalán en el Banco de España. 

Ahí tienen ustedes –remito a las ideas de su libro que coinciden no por casualidad con las del independentismo catalán– una parte del rosario de peticiones de los socios y amigos secesionistas de Pedro Sánchez: hay que descentralizar –o ir más lejos- el Estado autonómico  español; el déficit fiscal de Cataluña –según cálculos del año 2002- roza el 8 % de su PIB y limita seriamente su crecimiento económico y es la causa principal de la insuficiencia de infraestructuras de transporte y de servicios sociales; hay que tomar nota de la autonomía foral de Navarra y el País Vasco que ha permitido obtener unos excelentes resultados económicos. Y suma y sigue. El asunto está condensado en el título del libro: expolio fiscal y asfixia premeditada. España nos roba.  

Nada nuevo si tenemos en cuenta las presiones y chantajes de un nacionalismo catalán que vive gracias al victimismo y la compraventa –un auténtico contrato mercantil o contrato de prestación de servicios con el consentimiento de ambas partes- de escaños por poder. O, por mejor decir, de impunidad por poder.   

«Si Diego Rubio puede marcar la estrategia de Pedro Sánchez, Jordi Pons será voz de la persistente y victimista reivindicación del nacionalismo catalán en el Banco de España»

En cualquier caso, la función del consejero catalán en el Banco de España es la de mantener también allí el victimismo de un nacionalismo que necesita inventar un enemigo –no adversario, sino enemigo nacional- al cual se le atribuye el deseo de aniquilación u homogeneización. Objetivo: obtener legitimidad política y social demonizando una supuesta y peligrosa amenaza exterior que, al ser denunciada y combatida, provocaría la cohesión de la sociedad en torno a quien la defiende del Mal. Obvio: el nacionalismo catalán es inocente por definición y el Mal es la pérfida España. 

Diego Rubio y Jordi Pons se dan la mano y Pedro Sánchez continúa en el poder  

Y el caso es que la táctica y la estrategia victimista y fenicia del nacionalismo catalán funciona si tenemos en cuenta las cesiones y concesiones –del indulto al cupo pasando por la amnistía y las que pueden llegar- de un Pedro Sánchez que se vale de la verdad/mentira teorizada por Diego Rubio. Una evidencia empírica, usando la terminología del que fuera miembro de la Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia de la Moncloa. Acertó.