Por qué Estados Unidos no bajará tipos esta semana después de que lo haya hecho Europa
La Casa Blanca insiste en que durante el mandato de Joe Biden (desde enero de 2021) se han creado más de 14 millones de empleos.
Los bancos centrales de los países desarrollados recibieron elogios por su actuación para sacar a la economía internacional de las profundas recesiones provocadas por la crisis financiera internacional (2007-2009) y la crisis de deuda soberana de la eurozona (2010-2013).
Ante la crisis provocada por la Covid-19, mantuvieron acertadamente los tipos a niveles muy reducidos. Pero nadie estaba preparado para el levantamiento de las duras restricciones que se impusieron durante 2020-2022.
Se produjo un terrible choque entre la demanda y la oferta. La población quería consumir bienes y servicios que tuvieron prohibidos o muy restringidos durante casi tres años. Por el lado de la oferta, dichos bienes y servicios no se pueden producir y distribuir como antes de la Covid-19.
Muchos profesionales que estaban cerca de la edad de jubilación aprovecharon la pandemia para acabar sus carreras. Pilotos, azafatas, conductores de camión, estibadores y maestros se jubilaron.
El resultado fue que la inflación en EEUU alcanzó el 9,1% en junio de 2022.
La Reserva Federal y la Administración Biden sostenían a finales de 2021 que la altísima inflación era temporal. Cuando se consolidó, la Fed tuvo que iniciar un ciclo de subida de tipos muy agresivo. La tasa de fondos federales se aumentó en once ocasiones del 0-0,25% de marzo de 2022, hasta 5,25-5,5% en julio de 2023.
Hay motivos para recortarlos. Lo desean los mercados bursátiles. El crecimiento del PIB en EEUU en el primer trimestre se redujo al 1,3% a tasa anual respecto al 3,4% del último trimestre de 2023.
El PIB se expandió un 2,5% en 2023, superando el 1,9% de 2022. La generación de empleo mensual se ha atenuado ligeramente. Fueron 229.000 en enero, 275.000 en febrero, 303.000 en marzo, 175.000 en abril y 272.000 en mayo. Pero dichas cifras fueron superiores al promedio de los doce meses antecedentes.
El índice de precios al consumidor (CPI en EE UU) desde enero se ha mantenido por encima del 3% a ritmo interanual. En enero fue 3,1%, febrero 3,2%, marzo 3,5% y abril 3,4%. Los crecimientos de los precios de energía y vivienda fueron decisivos.
La Fed no canta victoria precipitadamente y declara que EE UU ha logrado un aterrizaje suave.
La inflación subyacente interanual (Core CPI), que excluye energía y alimentos, fue 3,9% en enero, 3,8% en febrero, 3,8% en marzo y 3,6% en abril. La inflación de servicios creció un 3,2% en abril. La Fed escudriña también la inflación de servicios concretos (vivienda) y la supercore, que es la de servicios subyacente sin contar vivienda. La supercore en abril fue 4,9%
«La tasa de fondos federales se aumentó en once ocasiones del 0-0,25% de marzo de 2022 hasta 5,25-5,5% en julio de 2023»
La Fed no moverá los tipos en su reunión del 11 y 12 de junio. Tiene un doble mandato: contención de precios y fomento del empleo. El desempleo está por debajo del 4% desde hace más de dos años, el periodo más largo en medio siglo.
La Casa Blanca repite que durante el mandato de Joe Biden (desde enero de 2021) se han creado más de 14 millones de empleos.
Pero la tasa de participación laboral está estancada en el 62,5%. En muchos sectores, sigue faltando personal cualificado. Los Republicanos replican que la mitad de creación de ocupación es por parte de inmigrantes, incluyendo ilegalmente.
La decisión del BCE
El BCE tiene como mandato único la contención de precios. Fija los tipos de interés para veinte estados distintos con una población conjunta de 342 millones de personas.
La inflación en la eurozona alcanzó el 6,9% en junio de 2022. El BCE inició el mes siguiente su ciclo de elevación de tipos. Los ha incrementado en 450 puntos básicos. La institución con sede en Frankfort empieza ahora la reversión con un recorte de 25 puntos básicos.
Alemania, Francia e Italia y otras importantes economías de la eurozona apenas crecen.
En 2023 el PIB de Alemania se contrajo 0,2 décimas, Francia se apuntó un 0,7% e Italia 0,9%. El nivel de desempleo en Alemania (3,2% en abril) y Países Bajos (3,7%) es equivalente al empleo pleno de EEUU. Pero en Italia alcanza el 6,9%, Francia 7,3% y España 11,7%. En la eurozona y UE el desempleo se ha mantenido estable o descendido en 2024. Así sucedió en enero (6,5% eurozona, 6,1% UE), febrero (6,5% eurozona, 6,1% UE), marzo (6,5% eurozona, 6% UE) y abril (6,4% eurozona, 6% UE).
«La Casa Blanca repite que durante el mandato de Joe Biden (desde enero de 2021) se han creado más de 14 millones de empleos. Pero la tasa de participación laboral está estancada en el 62,5%».
La inflación ha disminuido hasta el 2,6% en mayo, con la subyacente en 2,7%. En abril y marzo el IPC de la eurozona fue 2,4% (subyacente 2,9%) y el de la UE 2,6.
Hay diferencias notables entre Estados. Los miembros de la eurozona cuyo IPC en abril superó la cota del 3% fueron Estonia (4,1%), Austria (4,1%), Bélgica (3,8%), Grecia (3,4%), Eslovenia (3,4%) España (3,3%), Luxemburgo (3,2%) y Países Bajos (3,1%).
Alemania registró un 2,3%. Exceptuando a Italia (1,2%), los estados de la eurozona con un IPC inferior al 2% en abril son economías de tamaño reducido: Irlanda (1,7%), Chipre (1,6%), Letonia (1%), Finlandia (0,6%) y Lituania (0,4%).
Generalmente los estados de la UE y eurozona con menor inflación tienen también menor crecimiento. La proyección de la Comisión Europea para 2024 prevé un 1,7% para la UE, 1,4% para Alemania y Francia y 1,1% para Italia.
En la eurozona, desde octubre de 2023 hasta el pasado mes de abril se encadenaron siete meses de inflación interanual inferior al 3%. Pero el ascenso al 2,6% de mayo interrumpe la racha.
Cooperación necesaria
La agencia de estadísticas de la UE reconoció que en el cuarto trimestre de 2023 el PIB se contrajo 0,1%, situando a la eurozona en una recesión el segundo semestre del año pasado. El ascenso del PIB de 0,3% el primer trimestre es muy inferior al de EE UU.
Una depreciación del euro por diferencial de tipos mayor con EE UU y otras potencias favorece a Alemania y otras economías cuyo motor es la exportación.
En cambio, el consumo privado aporta dos terceras partes del PIB de EE UU. Pero tanto la Fed como el BCE tienen que prever las consecuencias de no armonizar sus ciclos de reducción de tipos.
Si lo inicia el BCE y no le sigue la Fed, el euro se devaluará, abaratando las exportaciones de la eurozona, pero encareciendo sus importaciones, lo cual puede alentar la inflación.
El tipo de cambio entre el dólar y el euro está estabilizado alrededor de 1,08 euros por dólar. Los más pesimistas vaticinan una regresión hacia la paridad. En el periodo julio 2021-julio de 2022 el euro se depreció un 15% frente al dólar y cayó brevemente por debajo de la paridad.
Los niveles de endeudamiento de los particulares en EEUU son muy altos. No seguir al BCE con recorte de la tasa de fondos federales impide una reducción o menor crecimiento de la deuda privada, de algunas empresas e incluso bancos. No olvidemos el susto de la quiebra de SVB y Signature Bank a principios de 2023.
Los bancos centrales occidentales deben coordinar su actuación. Su independencia está garantizada. Los políticos no pueden presionarles. Y dicha cooperación se ha producido en las últimas décadas.