¿A quién le interesa unas elecciones en Cataluña?

ERC y PSC, junto con Comuns, trabajan para tener un agosto tranquilo. Pero existen muchos riesgos de percepción y no serán fácil subsanarlos

Cuenta Salvador Illa a los más cercanos de su partido y allegados que las cosas van bien en la negociación para formar gobierno. Es lo lógico por muchas desinformaciones que vayan apareciendo por ahí. No es de extrañar, por una simple razón: el socio prioritario, ERC, se encuentra en proceso de implosión y ha convocado un Congreso el próximo mes de noviembre para reorganizarse. ¿Alguien se atrevería a ir a unas elecciones en medio de un congreso?

El problema, como hemos contado en este espacio en muchas ocasiones, es cómo demostrar que se sigue siendo independentista apoyando a un partido que impulsó en 2017 el famoso artículo 155. Introduzco esta idea, aunque reconozco que está muy superada. Quiero decir que está superado el razonamiento, sin embargo, Esquerra sigue necesitando pruebas que evidencien que son más independentistas que JxCat. Claro que, en realidad, ya no les debería hacer falta.

El primer secretario del PSC, Salvador Illa. Foto: David Zorrakino / Europa Press 26/6/2024

En el momento en que Puigdemont se avino a negociar con el PSOE, los espacios negros desaparecieron. En eso, tiene razón Gabriel Rufián. Los logros conseguidos por ERC en el Congreso de los Diputados facilitaron los indultos, de los que se beneficiaron gente de Esquerra, pero también de Junts, como la Ley de amnistía ha sido providencial para Carles Puigdemont.

Sin embargo, es como si el partido de Marta Rovira tuviera que demostrar tres veces más que el de Míriam Nogueras. Una situación estrambótica, pero exacta.

El voto de ERC «al menos en segunda vuelta»

Volviendo a la negoción de un nuevo Govern Illa, las cosas están muy claras en cuanto a los contra. Los pros los dejamos para otro momento porque todavía se han de demostrar muchas cosas. Al primer secretario del PSC le hace falta el voto a favor de ERC, al menos en segunda vuelta, y negociar unos votos sin entrar en el gobierno, pero manteniendo a muchos de los cargos que ya, en estos momentos, están dentro de las segundas filas de poder.

Esto facilitaría que Esquerra pudiera solucionar sus problemas internos, mientras dirigentes del partido mantienen sus cargos relevantes dentro del Govern. El denominado “sottogoverno”. La operación es sencilla y dejaría fuera de juego a una de las remoras del actual escenario de la política catalana: Carles Puigdemont.

«Esquerra sigue necesitando pruebas que evidencien que son más independentistas que JxCat»

Atrapado en su misma estrategia, también se trata de un problema para su propio partido, incapaz de decirlo en público. Son pantallas superadas, como se iba repitiendo durante el famoso ‘procés’. Para una fotografía renovada, solo le haría falta a ERC jubilar a Oriol Junqueras, que tampoco está por la labor. Pero eso será después. Es uno de los nudos que se han acabado formando entre la intelectualidad de ERC.

Marta Rovira ya ha declarado en alguna ocasión que se va. Así la renovación estaría completada por parte de los líderes de este partido. Arranca el mes de julio con la expectativa de que la proclamación del nuevo president sea para final de mes o agosto. ERC y PSC, junto con Comuns, trabajan para tener un agosto tranquilo. Pero existen muchos riesgos de percepción y no serán fácil subsanarlos.

«La operación es sencilla y dejaría fuera de juego a una de las remoras del actual escenario de la política catalana: Carles Puigdemont»

El president del Parlament ya alertó en su momento que los señores diputados tendrían unos días de descanso al estar la institución cerrada. Necesidad de desconectar. Pero eso, en el caso de que a finales de julio Cataluña siga sin presidente, saltará por los aires y agosto será un mes habilitado oficiosamente para la negociación.

Apuesto por finales de julio, pero la necesidad de demostrar que todo es difícil y de que ERC aprieta al PSC puede llevar los contactos a la penúltima semana de agosto. El ‘procés’ ha acabado convirtiendo Cataluña en un territorio incierto.