Y ahora qué

Tras los resultados en Euskadi, todo el mundo gira la cabeza hacia Cataluña, porque nada de lo ocurrido en las elecciones vascas hace prever que ocurra aquello que se pretende: una crisis en el gobierno español o una crisis en el partido que lidera la oposición

Tras las elecciones vascas, ahora tocan las elecciones catalanas. Elección tras elección, se disputa, no solo la hegemonía de los territorios donde se dirime la contienda electoral, sino su repercusión en el resto del estado español.

Cuando se inició el nuevo ciclo electoral, centrado en las elecciones gallegas, vascas, catalanas y europeas, las expectativas estaban puestas en cómo afectaría a la gobernabilidad de España y al liderazgo de Alberto Núñez Feijóo.

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Ahora se constata que, mientras que la derecha sigue perfilando su regreso al centro o, como mínimo, su vocación de asumir el liderazgo de la derecha española, la izquierda se ve asediada por la debilidad de Sumar y la compleja aritmética de pactos establecidos por el PSOE.

En cada nueva contienda electoral, los partidos buscan verificar con los resultados aquello que soñaban alcanzar y no tanto aquello que ha acabado ocurriendo. Los resultados se interpretan, pero los partidos no pueden aceptar las consecuencias directas que afectan a sus propias estrategias.

Por esta razón, tras los resultados en Euskadi, todo el mundo gira la cabeza hacia Cataluña, porque nada de lo ocurrido en las elecciones vascas hace prever que ocurra aquello que se pretende: una crisis en el gobierno español o una crisis en el partido que lidera la oposición.

Favorecer a Cataluña

Ahora tocará esperar a ver cuáles son los resultados de las elecciones catalanas, donde el PSOE espera que se confirmen los peores augurios para sus adversarios políticos. Si las elecciones gallegas permitieron aflorar la debilidad de Sumar y los problemas del PSOE para articular una alternativa al PP, y las vascas dibujan un horizonte más complejo para que el PSOE pueda gestionar las expectativas políticas de Bildu y PNV, las catalanas han de servir para confirmar que la estrategia de Pedro Sánchez basada en el reencuentro en Cataluña y su apuesta de aprobar la ley de amnistía se traducen en el triunfo de Salvador Illa.

Ahora que se celebrarán las elecciones en Cataluña, el 12 de mayo, no debemos olvidar que lo que va a ocurrir en Cataluña, una vez más, se va a quedar en Cataluña; a diferencia de las vascas, todos los partidos con posibilidad de gobernar saben que quien gobierne en Cataluña lo hará pensando sustancialmente en favorecer a Cataluña, económica y políticamente.

Los que esperan hacer una lectura española de los resultados en Cataluña no deben olvidar que, si se produce la victoria de Salvador Illa en Cataluña y puede gobernar, lo hará en clave catalana, como lo lleva tiempo argumentando en toda Cataluña.