El ministro Iceta
Sánchez posiblemente propondrá a Iceta como ministro y negociará con los independentistas. Queda por ver su reacción cuando el separatismo le engañe
Pedro Sánchez propuso a Miquel Iceta como presidente del Senado y los separatistas tumbaron su candidatura. El debate está servido. ¿No se habían planteado los socialistas que eso podía suceder o lo hicieron adrede?
Me gustaría pensar que Sánchez –e Iván Redondo– son unos finos estrategas y, por lo tanto, plantearon la candidatura sabiendo que la misma moriría a manos del independentismo para así reforzar su papel con visión de Estado, pero temo que no es así.
Sánchez fue en su día destituido por sus compañeros de partido porque estos temían que ofreciera a EH Bildu, ERC y Carles Puigdemont prebendas a cambio de votar su investidura junto a Podemos.
La idea les pareció a la mayoría del Comité Federal tan abracadabrante que destituyeron a Sánchez, pero este tiene más vidas políticas que el gato de Rosario y renació de sus cenizas para volverse a hacer con la secretaria general del PSOE y consumar lo que no le habían dejado hacer: una moción de censura con apoyo separatista.
En el episodio del podcast ‘La plaza’ de esta semana, sobre el minuto 20′, los tertulianos de Economía Digital conversan sobre los posibles nombramientos del PSOE en el Congreso y el Senado.
Luego llegaron las generales del pasado mes de abril y una mayoría relativa, pero suficiente, y apostó por una solución negociada, lo que confiere a Sánchez la opción del gobernar junto a aquellos con los que ha de negociar: los independentistas.
Con estos precedentes solo cabe una teoría sobre lo sucedido a Iceta: el socialismo jamás se planteó que sus afines fueran bloquear su elección.
El PSC no contaba con el revolcón a Iceta
El socialismo sigue siendo naïf con el independentismo, desde 2013, cuando Meritxell Batet y los diputados del PSC rompieron la disciplina de voto en el Congreso para apoyar un referéndum, hasta hoy, los socialistas mantienen la idea de que al independentismo puede movérsele hacia cualquier acuerdo dentro de la ley.
No se han dado cuenta aún de que eso es como intentar cambiar el eje de rotación de la Tierra. El PSC no contaba con el revolcón a Iceta, pero ha tenido la capacidad de reacción rápida y proponer a dos catalanes como presidentes del Congreso y Senado.
Es una buena jugada, dado que mucha gente cree que sentarse en una mesa es una solución en sí misma, y en consecuencia, este gesto ahonda en la idea de que el PSC es el partido más útil para resolver el problema catalán.
Todo lo sucedido afianzará al PSC y mantendrá las espadas en alto entre puigdemonistas y republicanos. Ninguno de los dos partidos independentistas quiere quedar como moderado; la postura les es fácil de mantener, dado que no tienen nada de moderación.
El próximo paso será, posiblemente, proponer a Iceta como ministro; ya se sabe que los catalanes tenemos siempre a alguien en el Gabinete ministerial.
El anterior Gobierno, Sánchez en relación al tema catalán era algo confuso: contaba con un ministro catalán antiseparatista, Josep Borrell, pero abogaba por la negociación, y el encuentro de Pedralbes es muestra de ello.
El socialismo tiene alma de cántaro y ofrecerá negociación sinceramente
El nuevo gobierno será más coherente; línea política y perfiles personales apostarán por la negociación. El socialismo tiene alma de cántaro y ofrecerá negociación sinceramente.
La gran cuestión es, cuando el separatismo les engañe, ponga condiciones innegociables, incumpla cualquier acuerdo público o privado, los deje en evidencia o traicione la palabra dada mientras la gobernación y las condiciones sociales y económicas se degradan en Cataluña de forma inexorable, ¿cómo reaccionará el PSC y su filial ibérica, el PSOE?
¿Despertarán de su sueño? ¿Reconocerán que la solución no es negociar lo innegociable sino restituir la ley y la democracia en Cataluña?