El inexorable deterioro de RTVE

Son precisamente quienes dirigen la empresa los verdaderos responsables del penoso proceso de descomposición que la carcome

Todo comenzó cuando varios exdirectivos de RTVE, de la época de José Luis Rodríguez Zapatero, decidieron ejercer de “progresistas” antes que de periodistas cuando Mariano Rajoy llegó a la presidencia del Gobierno. Se habían reforzado en sus posiciones tras acuñar la discutible idea de que con ZP los informativos vivieron su etapa dorada.

Y para demostrarlo se hicieron con premios internacionales tan pretenciosos de nombre (“el mejor informativo del mundo”) como dudosos de criterio. Se estaba engrasando una maquinaria interna con el objetivo de desgastar sin piedad a quienes iban a dirigir el ente durante el mandato del Partido Popular. 

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Foto: Ricardo Rubio / Europa Press 09 enero 2020, TELEVISIÓN, RTVE, TV PÚBLICA. 09/1/2020

Es cierto que el Gobierno de ZP no buscó tanto el control de los informativos (quizá porque no le hacía falta) como el diseño de una empresa distinta a la que se conocía hasta entonces.

En 2007 se aprobó un ERE “voluntario” que, gracias a las condiciones económicas que obtuvieron los “agraciados”, RTVE eliminó de un plumazo a cerca de 4.000 trabajadores de más de 52 años. Es decir, se prescindió de media plantilla y de los profesionales de más edad, y por lo tanto de una masa importante de periodistas con experiencia que podían resultar molestos en un determinado momento. 

Fue en esa misma etapa, la de ZP, cuando se decidió entregar la publicidad de RTVE a las televisiones privadas sin haber diseñado ni adoptado antes ningún modelo de financiación para el ente público. Pesaban más los compromisos de aquel Gobierno con otras cadenas “amigas”.

Y para acabar, se dejó en manos de los sindicatos de izquierdas el control de las contrataciones, oposiciones y la entrada de la nueva “hornada” de profesionales que llegaban para sustituir a los 4.000 “afectados” por el ERE. Fue la contrapartida que obtuvieron la centrales sindicales de RTVE a cambio de apoyar la salida masiva de los más veteranos. Todo estaba preparado para hacer frente al PP y a los nuevos cargos nombrados en la dirección de “la casa”. 

El RTVE de ZP

Con una plantilla “ad hoc”, los nostálgicos de la etapa de ZP consiguieron rápidamente un amplio apoyo interno en su batalla por descabalgar a una dirección a la que acusaban de estar al servicio del PP.

Las protestas se prodigaron en las redes sociales e incluso se llevaron a otras televisiones de la competencia. Se analizaban los contenidos informativos con una lupa escrutadora con el fin de destacar irregularidades en contratos de personas y programas, manipulaciones en las informaciones y la utilización partidista en cada titular del Telediario. “¡Manipulación es corrupción!”, se decía entonces.

Y se llegó a elaborar así un voluminoso informe repleto de denuncias que fue llevado al Parlamento Europeo. Fue la etapa de los famosos “viernes negros”, que consistía en vestirse con ese color en el trabajo y especialmente cuando había que ponerse delante de la cámara. 

«Todo estaba preparado para hacer frente al PP y a los nuevos cargos nombrados en la dirección de ‘la casa'» 

Cuando los políticos de la oposición acudían a cualquier programa se les facilitaba un lazo naranja para que lo lucieran en plena emisión, solidarizándose con las demandas de libertad, independencia y objetividad que se reclamaban, mientras se criticaba duramente a la dirección. 

El apoyo de Pedro Sánchez a las movilizaciones fue inquebrantable. Hasta que llegó al poder y nombró a dedo a una administradora única (Rosa María Mateo) y ordenó (a través de Isabel Celáa) el fin de las protestas y los “viernes negros”.  

Ese fue el momento en que se jodió el Perú para RTVE. Quienes creyeron ingenuamente que los socialistas iban a dejar gestionar el ente a los profesionales, rápidamente se cayeron del guindo. Pero ya era tarde para ellos. Y para todos. Solo los más sectarios, los que han conseguido medrar y ocupar puestos directivos, resisten en una RTVE sin credibilidad, de audiencias menguantes y con una imagen cada vez más cuestionada.

Suspensión de las oposiciones

El escándalo de la filtración de las oposiciones es una muestra más del deterioro inexorable que vive esta empresa. Ni las investigaciones para descubrir lo sucedido ni las supuestas dimisiones aclararán nada. Porque son precisamente quienes dirigen la empresa los verdaderos responsables del penoso proceso de descomposición que la carcome.

Tomaron los puestos de dirección al asalto diciendo que venían a luchar por una RTVE independiente en la que no creyeron nunca. Solo querían saquearla.