El candidato en funciones  

Lo que debe movilizar a los ciudadanos a votar a Feijóo, no es su amor a España, sino su fiabilidad y moderación para no quedar enredado en ella

Si Pedro Sánchez es presidente del gobierno en funciones, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, persigue ser candidato en funciones a la espera de celebrar nuevas elecciones.

Las sesiones de la investidura fallida de Feijóo han permitido a los ciudadanos certificar que los grandes consensos conseguidos hasta la fecha, como el estado del bienestar, no se encuentran en peligro por culpa de la amnistía. Feijóo ha sabido situar su proyecto de España como alternativa al de Pedro Sánchez, pero no más allá de Pedro Sánchez, como le susurraba el alá más extremista de su partido.

Si se repiten elecciones, lo que debe movilizar a los ciudadanos a votar a Feijóo, no es su amor a España, sino su fiabilidad y moderación para no quedar enredado en ella. La distancia que ha sabido poner Feijóo en su discurso del día 26 de septiembre, le permite ganar autoridad en el partido y visualizarse como candidato en funciones hasta las próximas elecciones.

Quién gobierna España

Hemos comprobado que el campo en tensión verdadero no es la disputa por la amnistía, sino ver quién gobierna España. Tan complicado sería gobernar España con la agenda política de Vox como difícil sería hacerlo con la del independentismo. Este hecho implica que Feijóo no pretenda liderar un movimiento ciudadano, en la calle, contra el Sanchismo, que abre las puertas al independentismo político, sino conseguir armar una alternativa política capaz de asimilar a Vox y mostrar una alternativa política cívica al PSOE.

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. EFE/ Fernando Alvarado

Con su investidura fallida, Feijóo advierte a la opinión pública que el ruido, la crispación, la tensión y la crítica al PSOE por sus pactos debe estar dentro de los límites de la convivencia pública. Feijóo no quiere entrar en una fase de guerracivilismo que promueve la división, como se da en otros países.

Su proyecto no se centra en salvar España, sino en evitar que se distraiga. Lo que observamos es que la dureza del debate que se va a instalar en la vida pública española irá perdiendo fuelle, una vez que se sepa si Pedro Sánchez puede o no puede gobernar. Si puede gobernar, la tensión disminuirá; y si hay que repetir las elecciones, la tensión aumentará.