El decretazo fallido de un Gobierno fallido
Y cuando desde el Gobierno nos digan que hemos perdido ventajas económicas porque el PP no ha querido aprobar el decretazo, le recordaremos que en el mismo paquete iba la entrega de un palacete en París al PNV
Dicen que grandes expectativas suelen acarrear, por lo general, grandes decepciones. Es lo que le ha pasado al Gobierno en su intento de colocar por decretazo una mezcla de churras y merinas. Ya saben, la subida de las pensiones, el descuento en el transporte, la ayuda económica a la DANA… Todo mezclado con otras medidas políticas que van directamente a la particular máquina de picadillo que el Gobierno y sus socios tienen en el Congreso.
El objetivo no es otro que hacer albóndigas para que el personal se las coma sin saber muy bien de qué están hechas. Pero en esta ocasión, ni la oposición ni sus propios socios de investidura han tragado. No se fían. Y no es para menos, viniendo de un Gobierno acostumbrado a dar gato por liebre siempre que puede.
Los de Junts parecen hartos del continuo tocomocho al que se ven sometidos desde que hicieron presidente a Sánchez. Claro que, como ocurre casi siempre, en todo timado hay un potencial timador que cae víctima de su propia ambición. Son los primeros desengañados del Frankenstein, aunque queda por saber cuándo van a dejar de ir de víctimas para pasar a ser victimarios. Hay quien dice que las votaciones conjuntas entre PP, VOX y Junts van a ser cada vez más frecuentes y que quizá por ahí empiece a resquebrajarse este Gobierno. Puigdemont mediante.
En cualquier caso, el guirigay entre los socios de Sánchez es cada vez mayor. Una especie de jaula de grillos en varios idiomas en la que el acuerdo y el entendimiento parecen imposibles, salvo en la cuestión que les une desde el minuto inicial de la investidura: que no gobierne el PP.
Así que cuando la cosa se pone fea, como en la derrota del reciente decreto ley, el Gobierno del PSOE sale sincronizadamente a culpar a los populares de todas las desgracias que supone que Sánchez sufra una nueva derrota, como si el voto contrario de Junts no existiera, no vaya a ser que alguien se dé cuenta de que andan a tortas entre ellos sin la ayuda del PP:
Así que usted, abnegado contribuyente, cuando le suban el precio del transporte, tiene que pensar, como dice Bolaños, en lo malo que es el Partido Popular por no comerse la albóndiga que con tanto cariño le habían preparado desde el Gobierno. Y lo mismo los pensionistas y los afectados por la riada.
«Hay quien dice que las votaciones conjuntas entre PP, VOX y Junts van a ser cada vez más frecuentes y que quizá por ahí empiece a resquebrajarse este Gobierno. Puigdemont mediante»
Y es que este Gobierno está convencido de que la inmensa mayoría de quienes cobran una pensión o viajan en autobús con un precio reducido creen que lo hacen gracias al dinero que sale de los bolsillos de los ministros y no al revés, es decir, del dinero que les han sacado antes de sus bolsillos esos mismos ministros.
Culpar a la oposición de no querer una vida mejor para los ciudadanos por no aprobar este decreto entraña un serio riesgo: que culpen igualmente al Gobierno de todas las desgracias que padecemos en España de un tiempo a esta parte.
Piensa en el Gobierno
La lista de reproches podría ser interminable: cuando veas salir de la cárcel a etarras que no han cumplido sus condenas, e incluso alguno dando clases en un colegio, piensa en el PSOE y en Pedro Sánchez. Y también cuando vayas a despedir a tus hijos a un aeropuerto porque se tienen que ir a trabajar al extranjero.
Incluso cuando compruebes que no puedes educar a tus hijos en castellano en un colegio público. Piensa en el Gobierno. Y cuando te suban el alquiler de tu casa. O cuando te den una cita de espera de varios meses para que te operen o te vea un médico especialista.
Piensa en ellos también cuando veas a muchos jóvenes inmigrantes deambulando, sin oficio ni beneficio, por las calles de tu ciudad. Y especialmente cuando tengas que pagar cada vez más impuestos para unos servicios que nunca llegan. Acuérdate de ellos.
«Este Gobierno está convencido de que la inmensa mayoría de quienes cobran una pensión o viajan en autobús con un precio reducido creen que lo hacen gracias al dinero que sale de los bolsillos de los ministros
Y cuando desde el Gobierno nos digan que hemos perdido ventajas económicas porque el PP no ha querido aprobar el decretazo, le recordaremos que en el mismo paquete iba la entrega de un palacete en París al PNV, actual sede del Instituto Cervantes, por el que los españoles tendríamos que pagar un alquiler anual de un millón de euros.
Un inmueble valorado en unos 20 millones de euros que fue propiedad del Gobierno Vasco (no del PNV) en el exilio y luego incautado por el franquismo. Con la llegada de la democracia, se devolvió a la Administración del Estado, es decir, a todos los españoles. Pero ahora será propiedad exclusiva del PNV por decisión de Pedro Sánchez.
Me viene a la cabeza la letra de una vieja jota navarra, muy surrealista, para definir la política de este Gobierno: “Como sé que te gusta el arroz con leche, por debajo de la puerta te meto un ladrillo”.