La corrupción en el PSOE es como el colesterol: hay del bueno y del malo 

Calentar el banquillo de los acusados parece ser la forma de ascenso más eficaz en el partido

Las comparecencias previstas ante la justicia de Ábalos, Koldo, Aldama, Begoña y el hermanísimo, David Sánchez, van a coincidir con los cánticos de los niños de San Ildefonso: ¡Noventa miiiiiil euroooos! No vamos a saber distinguir unos ecos de los otros.

Y eso que ya les han pasado las instrucciones a los ministros, tras el visto bueno de la prensa, para que cuando les pregunten por la presunta corrupción de Begoña ellos respondan: “Ya viene la ultraderecha”. Y si preguntan por la de Ábalos, la respuesta será: “Que dé las explicaciones necesarias”. 

El Gobierno ha alcanzado ya un nivel de deterioro preocupante. Y no solo para los intereses de quienes viven directa o indirectamente del “sanchismo”, sino para el conjunto de la sociedad española.

Si la corrupción sigue avanzando, aunque sea presuntamente, e implicando a cada vez más gente, España puede acabar como  los pueblos de Valencia afectados por las riadas: El agua ya no corre desbordaba ni arrastra a nadie, pero retirar el barro que ha dejado va a costar tanto que la sensación de seguir inmersos en una catástrofe se mantendrá durante años.

Preocupado por cómo va a pasar a la historia, es posible que al final Pedro Sánchez sea recordado como la imborrable marca del fango en la pared que queda para los restos. 

No deja de ser delirante que en el reciente congreso del PSOE las ovaciones cerradas hayan sido para los condenados por los ERES de Andalucía y para Begoña Gómez, la mujer del Presidente imputada por cuatro presuntos delitos, que fue recibida como una estrella del rock prácticamente por toda la militancia y el Gobierno.

Calentar el banquillo de los acusados, no digo ya el de los condenados, parece ser la forma de ascenso más eficaz en el partido, tan personalista en su configuración que a nadie le extrañaría que el día que Pedro Sánchez se retire del Gobierno pueda ser sustituido por su mujer. Como unos Kirchner cualquiera. 

«El PSOE ha dejado de ser lo que era para convertirse en un partido carente de debate interno»

De manera preventiva los socialistas han adoptado el papel de víctimas frente al poder judicial. Un victimismo triunfante difícil de explicar pero entendible para quien es capaz de vivir en la realidad alternativa que han montado en el congreso de Sevilla. El PSOE ha dejado de ser lo que era para convertirse en un partido carente de debate interno.

El culto al líder, a un Secretario General que se ha saltado todas las reglas de juego, mantiene viva una organización que en otro momento llegó a ser un partido de Estado. El que más tiempo ha gobernado en la España democrática (25 años). 

(Foto de ARCHIVO) La esposa del presidente del gobierno Begoña Gómez durante la clausura del 41º Congreso Federal del PSOE en el Palacio de Congresos y Exposiciones. A 1 de diciembre de 2024, en Sevilla, Andalucía (España). El 41º Congreso Federal del PSOE concluye en Sevilla con su jornada de clausura celebrada en Fibes. Durante el evento, se trazaron las líneas estratégicas del partido para los próximos años, destacando el compromiso con las políticas sociales, la igualdad y la sostenibilidad. La clausura contó con la presencia de destacados líderes socialistas y delegados de todo el país. Francisco J. Olmo / Europa Press 01/12/2024
La esposa del presidente del gobierno Begoña Gómez. Foto: Francisco J. Olmo / Europa Press.

Harán falta muchos brazos y maquinaria pesada para retirar todo el lodo solidificado entre los socialistas. No será fácil que el PSOE reaccione de nuevo como una organización abierta y democrática, acostumbrados como están sus afiliados a que el dedo del líder supremo decida cuándo alguien cae en desgracia y cuándo no.

Sánchez ha demostrado que quien desconfía de él o hace negocios dando demasiado el cante se queda fuera. Como ha ocurrido con Lobato y Ábalos. Lo de su mujer, Begoña Gómez, es diferente, porque todas las decisiones se han tomado en la Moncloa y lo lógico es que él estuviera al corriente. Por eso la abrazan todos y le dan ánimos. Ese ¡fuerza Bego! es un ¡sigue Pedro, no nos dejes ahora. Te necesitamos! La corrupción en el PSOE es como el colesterol: hay del bueno y del malo. 

Acusar a jueces de prevaricar y de ejercer una persecución contra el Gobierno y Begoña Gómez (valga la redundancia) por puro interés político tampoco es propio de quien aspira a vivir en democracia. ¿Serán recuperables quienes ahora comparten ese discurso o quedarán inservibles, como los coches embarrados que ya no arrancan?   

Saltarse a los jueces para que no gobierne la derecha no es democrático. Salvo que uno crea que no hay nada más democrático que evitar por todos los medios que gobierne la derecha. Que es en lo que están ahora los más cercanos a Sánchez, digamos José Luis Rodríguez Zapatero, un ejemplo de político averiado para la democracia, puro colesterol del malo, que solo tiene razón de ser en la Venezuela de Maduro.