El congreso y el PSOE
El congreso del PSOE certifica su giro más a la izquierda, mientras que explora cómo conseguir posicionándose hacia el centro y la moderación
En muy pocas ocasiones los acontecimientos negativos que viven los partidos políticos se discuten en los congresos que celebran, orientados a mostrar su capacidad de conectar con la sociedad. El 41 congreso federal del PSOE se ha celebrado como una suerte de ponencia política que manifiesta la satisfacción por los logros conseguidos y define los objetivos que se persiguen para los próximos cuatro años, hasta la celebración del siguiente congreso.
Todos los escándalos que hoy asedian al PSOE se visualizan a través de la crítica del PP para intentar obligar a Pedro Sánchez a celebrar elecciones anticipadas. Sin embargo, todo el mundo sabe que no habrá adelanto electoral y que los supuestos casos de corrupción no provocarán otra cosa que cohesionar aún más al partido para sortear todos los peligros.
Una de las conclusiones que se pueden sacar del congreso del PSOE es que, a diferencia de otros partidos socialdemócratas europeos, como el de Dinamarca o el laborista en el Reino Unido, no se plantea poner en marcha la estrategia del péndulo político. La estrategia del péndulo consiste en oscilar a la izquierda o a la derecha para no perder el contacto con las demandas de los electores.
En Dinamarca, las leyes que regulan la inmigración fueron realizadas por la derecha y son aplicadas por el gobierno socialdemócrata, del mismo modo que, en Francia, Emmanuel Macron nombró hace unos meses como primer ministro a Michel Barnier, siendo un destacado líder del centro derecha francés.
«La estrategia del péndulo consiste en oscilar a la izquierda o a la derecha para no perder el contacto con las demandas de los electores»
La estrategia del 41 congreso del PSOE ha sido oscilar más a la izquierda para seguir esgrimiendo la tesis de que solo ellos pueden garantizar evitar que llegue al poder la extrema derecha de la mano del PP; un argumento a rebatir cuando, tanto el PNV como Junts, que apoyan al gobierno se posicionan en materia económica hacia la derecha o centro derecha.
Se esgrime que ambos partidos lo apoyan para conseguir más beneficios para el País Vasco y Cataluña, pero no es menos cierto que las dos fuerzas políticas influyen en las posiciones económicas del gobierno.
Se podría concluir que el PSOE se posiciona cada vez más a la izquierda en el plano teórico y estratégico, mientras que, en la práctica, asume bascular hacia posiciones orientadas más a la derecha para mantener vivas sus alianzas políticas.
En cierto modo, el PSOE y muy especialmente el gobierno catalán presidido por Salvador Illa, ya están aplicando la estrategia del péndulo político para no quedarse aislados en la izquierda. El ejemplo del gobierno catalán, en el que conviven democristianos, socialdemócratas y sensibilidades del antiguo espacio convergente y que ha sido capaz de pactar con los Comunes y ERC, muestra la plasticidad política de la socialdemocracia, como ocurre en otros países europeos.
En pocos meses, Alemania volverá a votar y todo parece indicar que gobernará la Unión Demócrata Cristiana (CDU) con el apoyo de la socialdemocracia alemana, mostrando una vez más la capacidad de pacto entre la derecha y la izquierda. El congreso del PSOE certifica su giro más a la izquierda, mientras que el PSOE explora cómo conseguir posicionarse hacia el centro y la moderación.