¿Cómo mueren los partidos? 

A lo que estamos asistiendo en directo con las primeras revelaciones de las investigaciones iniciadas por la Guardia Civil es a un proceso que impugna no solo a un gobierno, sino a al principal partido que lo sustenta

De todas las historias que están saliendo a la luz con la detención de Koldo García Izaguirre, demostrado y destacado miembro del primer equipo de primarias de Pedro Sánchez y posteriormente peón de brega de sus gobiernos, la más reveladora de la catadura moral de los compañeros de viaje del actual presidente del gobierno en su ascenso hasta el olimpo, es la que ayer reveló El Español respecto al papel que el Aizkolari y Santos Cerdán, jugaron presuntamente en dicho viaje. 

Como si de una novela de Mario Puzo se tratase y siempre siguiendo el relato del diario de Pedro J. Ramírez, mientras Santos Hagen se reunía con empresarios para convencerles de que financiasen la mencionada campaña de primarias de Sánchez (algo no especialmente ajustado a derecho, por cierto) haciéndoles propuestas que no podían rechazar, Koldo Brasi se dedicaba a acudir a las oficinas de los mismos para recoger los sobres con la pastuqui. Como ven, todo muy edificante. 

Un engranaje que de demostrarse cierto habría pervertido todo el sistema de primarias socialistas desde su mismo origen ya que mientras uno de los candidatos, Eduardo Madina, habría concurrido a las mismas respetando todas las reglas del mismo, el otro, ya saben, el actual presidente del gobierno, habría subido al cuadrilátero más dopado que Hulk Hogan produciéndose una competición tan injusta que invalidaría todo el proceso desde su mismo origen. 

Un proceso que, fíjense, a pesar de todo, Sánchez le ganó al vasco solo por la mínima. 

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. EFE/Mariscal
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. EFE/Mariscal

Y es que a lo que estamos asistiendo en directo desde anteayer con las primeras revelaciones de las investigaciones iniciadas por la Guardia Civil es a un proceso que impugna no solo a un gobierno, sino a al principal partido que lo sustenta, ya que hace implosionar sus dos relatos fundacionales. 

Me refiero en primer lugar, como ya he descrito anteriormente al relato, ya acreditadamente falso, del inmaculado candidato que llega a la dirección del PSOE subido a hombros de la militancia y enfrentado con el aparato, al que ahora hay que añadir otro nuevo relato calcinado, el del joven político que llega a la Moncloa para luchar contra la corrupción del PP de Mariano Rajoy. Falso el primero, falso el segundo. 

Y es que miren, un partido político puede sobrevivir a una pandemia, a un terremoto, o a un huracán, a lo que no puede sobrevivir nunca a la larga es a traicionar las razones fundamentales que hicieron que sus militantes se afiliaran o las que lograron que los ciudadanos les votaran.  

A eso, no se sobrevive