Los ciudadanos votan mal  

En Europa se considera que una parte de los ciudadanos norteamericanos ha votado mal, al haber elegido a Trump, bajo el argumento de que el apoyo a Trump es un voto antisistema influido por campañas de desinformación y manipulación

El próximo lunes 20 de enero, Donald Trump asumirá el cargo de Presidente de los EE UU como ya lo hizo en el año 2017. Gran parte del pueblo norteamericano espera que las decisiones de su nuevo presidente mejoren sus vidas, frente a una opinión pública sumida en la duda de que los 77.303.573 votos hayan podido ser un resultado manipulado desde el trumpismo; esta duda nunca se produce cuando el ganador es un candidato demócrata en Estados Unidos ni cuando es socialdemócrata, democristiano, conservador o liberal en Europa.

Hace unos años, el entonces candidato a la presidencia de Francia, Nicolas Sarkozy, tuvo un encuentro con Barack Obama, que también  aspiraba a lograr la presidencia de su país, y le preguntó qué le separaba de George Bush. Obama le contestó: ¿Qué me separa de George Bush? que él ha sido elegido dos veces presidente de los Estados Unidos.

Donald Trump. Foto: Stefani Reynolds / CNP / Polaris/ Europa Press

El encuentro fue relatado por la escritora Yasmina Reza en su libro ‘El alba la tarde o la noche’ y para la escritora francesa resultó chocante que ningún medio de su país hiciera mención a la respuesta de Obama.

Lo interesante de esta anécdota no sólo debemos buscarla en la visión pragmática y poco pasional de Obama, sino también en el hecho de que para un candidato a la presidencia de los EE UU lo más importante es contar con el voto de sus conciudadanos, con su apoyo directo.

Para Obama, como para la mayoría del pueblo norteamericano, el principal fundamento del estado de derecho es votar, considerado el derecho más importante que tiene un individuo en la democracia.  

‘Un voto antisistema’

En Europa se considera que una parte de los ciudadanos norteamericanos ha votado mal, al haber elegido a Trump, bajo el argumento de que el apoyo a Trump es un voto antisistema influido por campañas de desinformación y manipulación que ha utilizado el trumpismo apelando a las emociones y no al criterio y la razón.

En muchos casos, estas argumentaciones son producto de querer negar la realidad y evitar enfrentarse al hecho de que millones de norteamericanos han decidido votar a Trump. Esta negación se extiende en Europa, al comprobar que casi 50 millones de europeos han votado a formaciones de derechas y populistas en las últimas elecciones de la Unión Europea.

«Para un candidato a la presidencia de los EE UU lo más importante es contar con el voto de sus conciudadanos»

Las argumentaciones se orientan a afirmar que los ciudadanos que han dado su voto a derechas populistas, han sido engañados e incluso embaucados por los partidos populistas con argumentos que señalan la impotencia de los partidos políticos tradicionales y planteamientos que logran convencer a los ciudadanos.

En un momento donde los ciudadanos creen más en la acción, incluso a pesar de que se comentan errores, que en escuchar promesas que no podrán ser cumplidas, se inclinan más hacia partidos que actúan que a los que se limitan a dar discursos políticos.

Sólo el voto

Entre todas las posibles maneras de combatir el populismo, la más importante es interiorizar que sólo la acción, la determinación de actuar, puede detener su avance.

Recordemos que la inmensa mayoría de los ciudadanos no escribe en los medios de comunicación, ni participa en debates políticos, ni dispone de tiempo para movilizar toda su energía para convencer a otros; sólo puede votar, buscar cambiar su suerte o mejorar su vida a través de su voto.