Cierren filas
Habrá una gran movilización plebiscitaria de la familia socialista y la izquierda necesitada
Con el paréntesis de parálisis institucional que ha impuesto Pedro Sánchez al país mientras deshoja la margarita de sus dudas personales, nos ha obligado a sumergirnos en una ola de incertidumbres, especulaciones y suspense con la sensación de que este presidente de gobierno tiene a la ciudadanía secuestrada, pendiente de su capricho y voluntad.
El César está contrariado porque algunos jueces se resisten a cumplir con su trabajo a las órdenes del poder establecido como si estuvieran monitorizados cual Fiscalía General del Estado y porque algunos medios de comunicación, osados ellos, siguen pretendiendo contar la realidad de la acción de gobierno ejerciendo de contrapeso de los abusos de poder, que para eso estamos.
Y se ha plantado para comprobar hasta qué punto su partido está dispuesto a tirarse por el barranco para inmolarse defendiendo a su señora si él lo ordena, como dijo su ex asesor Iván Redondo antes de que lo cesara, y hasta dónde sus socios independentistas catalanes, los del chantaje, están dispuestos a seguir apoyándole porque, sin él, ni hay amnistía ni dinero ni referéndum de autodeterminación que lo resista.
Nos aguardan unas horas de agitación y una gran movilización plebiscitaria de la familia socialista y la izquierda necesitada. Una movilización de fomento del odio contra la derecha, la ultra derecha, los jueces independientes y los medios no domesticados.
Si Sánchez no se va, más temprano que tarde nos anunciará reformas legislativas para acotar el margen de actuación judicial y alguna medida que afecte a la libertad de expresión
Un cierre de filas a golpe de whatsapps de los propios mientras los socios independentistas no ocultan su sensación de vértigo ante la mera hipótesis de que se esfume de sus vidas un presidente de gobierno que, hasta ahora, ha estado dispuesto a ceder en todas y cada una de sus exigencias con tal de permanecer en la Moncloa.
El comité federal, celebrado en la madrileña sede de Ferraz, ha sido elegido como el escenario idóneo para que los seguidores sanchistas se concentren y manifiesten a un Pedro Sánchez ausente su adhesión inquebrantable. Y el ex presidente y valedor del chavista Maduro, Rodriguez Zapatero, reubicado en la sala de máquinas de la manifestación.
La convocatoria se propagó a la velocidad de una mecha encendida por los móviles de la gran familia del muro socialista, con el lema Habrá una gran movilización plebiscitaria de la familia socialista y la izquierda necesitada. De nuevo, veinte años después de la gran movilización posterior a los atentados yihadistas del 11 de marzo, ha vuelto a funcionar el “pásalo”. Zapatero ya conoce los efectos de este tipo de llamamientos.
Él se benefició electoralmente de estos movimientos en el 2004. Y ahora ha vuelto a aportar su grano de arena a la tensión que provoca la polarización que Pedro Sánchez necesita para reactivar la movilización de los suyos.
Victimismo imaginario
No se sabe, en realidad, quién está atacando a Pedro Sánchez pero él dice sentirse muy atacado. Por el mero hecho de que la Justicia actúa y la prensa lo cuenta (o viceversa) él se siente víctima de un imaginario contubernio golpista de la derecha. Es una irresponsabilidad lo que está haciendo.
Su reacción tan desproporcionada, ante la falta de transparencia, nos induce a sospechar que detrás de su indignación puede haber algo más que la mera necesidad de tocar a rebato para que su partido le haga más la pelota y defienda a su esposa que se ha dedicado a escribir cartas de recomendación de empresas que luego se han visto beneficiadas por las ayudas del gobierno. No es verdad que esté siendo víctima de una jauría (expresión diplomática y ponderada utilizada por el ministro Bolaños).
Se ha contado que Begoña Gómez ha mantenido contactos profesionales con empresas que se han beneficiado de créditos y subvenciones del gobierno ¿Eso es campaña o son datos? Que un juez haya abierto diligencias en base a una denuncia, que probablemente quede en agua de borrajas, ¿es algo anómalo? ¿Es un ‘lawfare’?
Pues no. Situaciones similares a ésta, con denuncias y querellas presentadas por el sindicato ‘Manos limpias’ se han producido en muchas ocasiones. En el ‘caso Nóos, sin ir más lejos, cuando la Infanta Cristina tuvo que sentarse en el banquillo.
Puigdemont, contrariado por el desplazamiento de su protagonismo
Este tipo de piruetas populistas, como la que ha hecho Pedro Sánchez parando su agenda para ver si se va o si dimite, sometiendo al país a un estrés plebiscitario ‘o conmigo o contra mí’, ‘Sánchez sí, Sánchez no’ que ya se ha empezado a ver en el arranque de la campaña electoral catalana y que ha contrariado a Puigdemont al ver su protagonismo desplazado hacia el presidente del gobierno español, no es propio de una democracia consolidada.
Pedro Sánchez nos está gobernando con tics propios de regímenes latinoamericanos. El desenlace de este lamentable episodio es imprevisible. Si Sánchez no se va, más temprano que tarde nos anunciará reformas legislativas para acotar el margen de actuación judicial y alguna medida que afecte a la libertad de expresión. Al tiempo.
3 comentarios en “Cierren filas”
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Pues Almodóvar no lloró cuando se acogió a los papeles de Panamá para pagar menos a Hacienda. Gracias por leer.
Totalmente de acuerdo, con una matización: Sánchez está dispuesto a tirar por el barranco a la nación constitucional con tal de salvarse él.
Con un personaje que en su discurso inaugural de la legislatura habló de crear un muro entre españoles para mantener a raya a los que no le bailan el agua, nos podemos temer cualquier cosa. Hace unos días contaba una tertuliana en la radio el más que amenazador mensaje que había recibido de un ilustre socialista: «te has convertido en la sicaria de la derecha más casposa de Europa. No todo vale, no todo vale”. Me pareció tremendo, y también un indicador de a donde ha llegado el nivel del guerracivilismo al que un admirador confeso de Largo Caballero, como es Sánchez, está dispuesto a recurrir con tal de mantenerse en el poder. No que hará el lunes, pero no dudo de que es capaz de usar todas las artimañas que necesite -incluidas movilizaciones de adhesión inquebrantable como las que convocaba Franco- para salir del atolladero en el que se ha metido con las impresentables cesiones a sus socios… y con la ayuda inestimable de su mujer.
Pero lo más duro de todo ha sido saber que la carta de Sánchez ha hecho llorar al pobre Almodovar. No hay derecho, no hay derecho a tanta crueldad.