CEOS o políticos
El activista norteamericano Curtis Yarbin, inclinado a favor de posiciones favorables al tecnomonarquismo, plantea que un Estado debe ser gestionado con la misma eficacia de CEO de una empresa como Apple
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La parálisis ante la no voluntad o imposibilidad de negociar, tramitar y aprobar los Presupuestos Generales del Estado no solo dificulta la gestión del Gobierno y abre un debate sobre su continuidad sino que ahora, en plena efervescencia nacional populista, provoca que los ciudadanos se cuestionen si los gobiernos de las democracias liberales están preparados para presentarlos y gestionarlos.
El activista norteamericano Curtis Yarbin, inclinado a favor de posiciones favorables al tecnomonarquismo, plantea que un Estado debe ser gestionado con la misma eficacia de CEO de una empresa como Apple. La visión de Yarbin no es una visión nueva, cada cierto tiempo surgen voces que, ante la incapacidad de los gobiernos para gobernar, exigen el regreso de tecnócratas capaces de convertir un Estado impotente en un Estado capaz de actuar y gestionar.
Según Yarbin, un Estado debe ser gestionado como una empresa donde la eficiencia y los logros de los objetivos determinan la calidad del gobierno. En el 2021, Italia se planteó y llamó a Mario Draghi para gobernar el país desde una visión tecnócrata o de estilo tecno populista; una estrategia que fracasó durante el año en que ejerció como presidente del Consejo de Ministros.
Lucas Papademos, ex vicepresidente del Banco Central Europeo, fue nombrado primer ministro en Grecia para asegurar el rescate financiero de Europa, tras la crisis económica del 2008. Papademos también duró un año al frente del gobierno griego. En España, antes del golpe de Estado del 23 de febrero, se llegó a formular desde el mundo económico que un tecnócrata asumiera las riendas del país para salir de la crisis institucional que vivía el país, sin conseguir llevar a término la propuesta.
«Hace unos años la no aprobación de los presupuestos generales del Estado provocaba dudas sobre la capacidad del Gobierno para aprobarlos, ahora la duda se extiende al funcionamiento del sistema político»
La tentación de colocar perfiles técnicos al frente de los gobiernos fue remitiendo hasta que, ahora, gracias al ascenso de Donald Trump se vuelve a contemplar la idea de que sean empresarios, financieros y tecnólogos los que asuman las áreas más delicadas del poder ejecutivo norteamericano.
Yarbin, entrevistado por el New York Times recientemente, le preguntaron: “Si Apple dirigiera California, ¿sería algo bueno?», y respondió: “Si un MacBook Pro fuera fabricado por el departamento informático de California, imagínese cuál sería el resultado. Estoy en este edificio y se me olvida exponer mi mejor argumento a favor de la monarquía, que es que la gente confía en The New York Times más que en cualquier otra fuente del mundo. Pero, ¿cómo se dirige The New York Times? Es una monarquía hereditaria y absoluta de quinta generación”.
Si hace unos años la no aprobación de los presupuestos generales del Estado provocaban dudas sobre la capacidad del gobierno para aprobarlos, ahora la duda se extiende al funcionamiento del sistema político, despertando en la imaginación de los ciudadanos la idea de que tal vez ha llegado el momento de probar las recetas de Trump en España.
