¿Por qué Cataluña no tiene solución? 

Cataluña es hoy una sociedad acrítica que el próximo mayo elegirá entre tres opciones: Junts, ERC y PSC, todas ellas responsables del camino sin retorno de la que un día fue la comunidad más prospera de España

Pedro Sánchez y su gobierno insisten en que el objetivo de la amnistía es el reencuentro. No se lo creen ni ellos, pero como mensaje es poético y suena bien. El PSOE necesitaba una excusa para dar la amnistía, como antes dio el indulto y se le ocurrió lo del reencuentro.

No deja de ser contradictorio que primero el indulto, luego la reforma del código penal, luego la derogación de la sedición y ahora la amnistía, todo sea en nombre de la pacificación y el reencuentro, pero nunca haya suficiente concesión para pacificar las cosas. Es más, cuantas más cosas se conceden en nombre del reencuentro más parece reavivarse la llama del Procès. 

La realidad es que el independentismo no tiene la más mínima intención de reencontrarse con nadie, Puigdemont minutos después de la aprobación de la amnistía lo ha dejado por escrito: “La amnistía responde a un objetivo que no es pasar página ni tampoco un punto final a nada, sino superar una etapa errónea de represión judicial y policial a un movimiento político y volver a la política definitivamente lo que es la gestión de un conflicto de naturaleza política”. 

Dicho de otro modo, en tanto en cuanto el independentismo tiene la llave de la gobernabilidad de España impone al Gobierno sus condiciones y este se las concede, paso a paso hasta el referéndum y acercándose cada día al momento en el que sea posible la separación.  

El independentismo le tiene tomada la medida a unas instituciones españolas que son demasiado débiles frente al desafío nacionalista

Algunas personas creen que, en realidad, aunque no hiciera falta el apoyo independentista para sostener al Gobierno es bueno hacer concesiones porque así se pacifica la situación. Ese es el discurso que suele mantener la patronal catalana y otras instituciones cercanas al poder tradicional catalán.

La realidad es que eso es mentira, tanto el PSOE como el PP han realizado todo tipo de concesiones en nombre de poner fin “al conflicto” y lo único para lo que ha servido ceder una y otra vez ha sido para que el independentismo se cerciorara de la debilidad de España y sus instituciones frente al desafío planteado desde las administraciones territoriales. En resumen, el independentismo le tiene tomada la medida a unas instituciones españolas que son demasiado débiles frente al desafío nacionalista.  

Jordi Turull, número dos de Junts se apresuró a responder al mensaje de Salvador Illa tras la aprobación de la amnistía, en la que el líder socialista catalán hablaba de la tan cacareada reconciliación afirmando que “los socialistas solo han cedido presionados por la necesidad de mantener el poder”. 

En mayo Cataluña votará, el panorama es desolador. Si fuera cierto que el proces empezó con la sentencia del Constitucional sobre el estatuto catalán, yo creo que se remonta a antes, llevamos casi 15 años de gobiernos que solo se dedican a alimentar la separación mientras Cataluña se muere de sed, paraliza inversiones y no desarrolla infraestructuras básicas para el desarrollo económico.

En tanto en cuanto el independentismo tiene la llave de la gobernabilidad de España impone al Gobierno sus condiciones y este se las concede

En estos quince años Cataluña ha perdido el liderazgo económico, social y empresarial de España. Como en todas las dictaduras, dentro de Cataluña nadie tiene hoy espíritu crítico alguno sobre los motivos de esta decadencia que no cesa: los culpables son exteriores. Al igual que, según los castristas, las desgracias de Cuba se deben al bloqueo en Cataluña todo lo que va mal es culpa de España.  

Los gobiernos y lo que es peor, la sociedad española, se ha acostumbrado a ceder ante el independentismo, creen equivocadamente que al hacerlo compran tiempo y tranquilidad. Todo lo contrario: se abonan a la inestabilidad y tal como se está comprobando la degradación institución catalana afecta ya a las instituciones españolas.  

Cataluña no tiene remedio, culpar a los demás de tus problemas es fácil y alivia. No asumir ninguna responsabilidad es el resultado de poder traspasar siempre las facturas a otros. Los malos gobiernos tienen malas consecuencias, en Cataluña es una evidencia que muchos ven pero casi nadie denuncia en público por miedo a ser señalado. ¡Que la fórmula 1 se va! La culpa es de Madrid que despilfarra el dinero. ¡Que La Caixa se va! La culpa es del Rey que les llamo por teléfono.    

Cataluña es hoy una sociedad acrítica que el próximo mayo elegirá entre tres opciones: Junts, ERC y el PSC todas ellas responsables del camino sin retorno de la que un día fue la comunidad más prospera de España. Cuando tras 15 años de hundirse se persevera en seguir eligiendo a aquellos que te han arruinado lejos de iniciar el camino de la recuperación se constata la imposibilidad de volver a levantarse.