Así ha tumbado el ‘carry trade’ las bolsas del mundo: que no cunda el pánico

La pasada semana confluyeron varios factores que llevaron a los inversores a vender acciones

Las bolsas mundiales vivieron el lunes una sesión terrorífica, de caídas generalizadas en todos los mercados. Una jornada que comenzó con el desplome de la bolsa japonesa, el miedo se extendió después a las europeas y terminó afectando a Wall Street.

Pero que no cunda el pánico: tras esas caídas se encuentra la práctica conocida como carry trade, además de una sobrevaloración de los valores tecnológicos y un temor infundado a una recesión de la economía estadounidense.

El carry trade es una práctica de inversión que consiste en aprovechar los tipos más bajos de determinados países para pedir prestado dinero en esas divisas, que luego se emplea para invertir en otros mercados con otras monedas.

Esto explica que fuera la bolsa de Japón la que más sufriera el lunes, registrando el Nikkei una caída del 12,4%, su peor dato desde el año 1987.

Los grandes inversores, los hedge funds, han invertido en valores tecnológicos estadounidenses utilizando dinero prestado en yenes, una financiación más barata al ser los tipos de interés en Japón del 0,25%, frente a tipos más altos en Estados Unidos o en Europa.

El yen es la moneda favorita de los inversores que hacen carry trade, seguida del franco suizo. Según el Banco Internacional de Pagos, desde finales de 2021 el flujo de yenes para inversión en el extranjero ha sido de 742.000 millones de dólares. El yen se ha apreciado un 11% contra el dólar, factor adicional que ha afectado al carry trade.

La pasada semana confluyeron varios factores que llevaron a esos inversores a vender acciones. En primer lugar, Estados Unidos anunció que la creación de empleo había caído a 114.000 puestos en julio y que el paro subió al 4,3%.

El pasado mes de julio fue el cuarto mes consecutivo de incremento del desempleo (en junio superó el 4% por primera vez en dos años; el paro ha estado por debajo del 4% los dos últimos años, circunstancia que no se daba en medio siglo).

Vista general de paneles del Ibex 35 en el Palacio de la Bolsa de Madrid. Foto: Ricardo Rubio / Europa Press.
Vista general de paneles del Ibex 35 en el Palacio de la Bolsa de Madrid. Foto: Ricardo Rubio / Europa Press.

Hay más síntomas de enfriamiento del mercado de trabajo en Estados Unidos. Suben las solicitudes de subvención de desempleo y se estanca la remuneración horaria media.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que muchas comparaciones son con la primavera o el verano de 2021, cuando se comenzaba a salir de la pandemia.

Estados Unidos repartió billones de dólares entre familias y empresas para combatir el impacto en la economía del Covid, con lo cual es lógico que se gastara mucho y las empresas invirtieran más y contrataran más.

En marzo de 2021 había 12,2 millones de vacantes de trabajo. Durante la presidencia de Biden (comenzó en enero de 2021) se han generado más de 14 millones de empleos.

Que ahora haya muchas menos vacantes, aumente el desempleo y los tipos de interés sean altos es una mala combinación para las familias y consumidores. Las familias están muy endeudadas en EE. UU., por un total que asciende a 17 billones de dólares (entre hipotecas, créditos al consumo como de coches, tarjetas de crédito) y los tipos altos les han perjudicado.

«El carry trade es una práctica de inversión que consiste en aprovechar los tipos más bajos de determinados países»

Este enfriamiento del mercado de trabajo ha reavivado el temor a un aterrizaje duro de la economía, en lugar de lograr reducir la inflación sin que se produjera una recesión.

El hecho es que, con los tipos situados en su nivel más alto en 40 años, se ha logrado recortar la inflación de un máximo de 9,1% en junio de 2021 al 3% en julio de 2024.

La Fed no ha querido bajar los tipos del nivel actual (tasa de fondos federales del 5,25-5,50%) porque su previsión del IPC en el 2% no es hasta 2025. Además la Fed se fija mucho en la subyacente y en la de servicios, que se han moderado pero siguen altas.

Paradójicamente siguen altas en parte porque el consumidor en EE. UU. gasta mucho, ejerciendo presión al alza en precios por el lado de la demanda. Por el lado de la oferta, la tasa de participación laboral no se ha movido del 62%. No se incorporan suficientes personas al mercado de trabajo, y por Covid-19 hubo muchas jubilaciones anticipadas.

Es momento de reconocer que la Reserva Federal tardó demasiado en iniciar su ciclo de incrementos de tipos.

La primera subida se produjo en marzo de 2021, desde niveles cercanos al 0%. La inflación ya era alta pero tanto la Reserva Federal como la administración Biden hablaban de inflación alta «temporal». En junio de 2021, el IPC interanual de EE. UU. alcanzó la cota del 9,1%.

También hay que subrayar que los índices bursátiles estadounidenses estaban batiendo récords históricos, gracias en parte a ese exceso de liquidez y a la práctica del carry trade.

Así, las grandes tecnológicas del país, como Amazon, Apple, Facebook, Google… han alcanzado valoraciones superiores a las de economías nacionales relevantes (solo el valor en bolsa de Amazon, de 1,8 billones de dólares, es similar al PIB español; la capitalización bursátil de las diez primeras empresas de EE. UU. supera los 18 billones, más que el PIB de China). Cierta corrección de esos valores en el mercado era previsible.

Las grandes tecnológicas, como Amazon, han alcanzado valoraciones superiores a las de economías nacionales relevantes

Algunas noticias negativas recientes de los gigantes tecnológicos influyeron también el lunes en la decisión de deshacer posiciones en compañías cotizadas.

Multinacionales como Google o Tesla han comunicado resultados en el segundo trimestre algo peores que en el mismo periodo del año anterior, aunque ninguna ha llegado a anunciar una revisión negativa del resultado anual previsto.

Nvidia, la estrella de la Inteligencia Artificial, anunció un retraso de su suministro de su última generación de chips para la IA de tres meses, lo que afecta a Microsoft, Alphabet y Meta, que emplean chips de la compañía para su IA.

«Algunas noticias negativas recientes de los gigantes tecnológicos influyeron en la decisión de deshacer posiciones en compañías cotizadas»

Berkshire Hathaway, el grupo de inversión de Warren Buffet, vendió un paquete sustancial de acciones de Apple, lo que también llevó a otros inversores a reducir sus apuestas por las grandes tecnológicas. El ‘Oráculo de Omaha’ también sufrió el lunes en bolsa: perdió 4.300 millones de dólares al caer Berkshire Hathaway un 3,4% en bolsa.

A pesar de todo, la previsión de crecimiento de la economía de Estados Unidos para este año es del 2,5%, un incremento relevante.

En Europa, a mediados de mayo, la Comisión Europea publicó nuevas previsiones «con un escenario más optimista para los consumidores», con un crecimiento previsto de la economía de la UE del 1% para este año.

Tras una desaceleración de la actividad económica en 2023, «las tasas de inflación seguirán disminuyendo y la economía de la UE debería crecer gradualmente en 2024», informó la Comisión Europea. «Esto se debe en gran medida a un mayor gasto por parte de los consumidores, gracias a unos salarios más elevados y a más oportunidades de empleo», aseguró.

Todo esto nos lleva a relativizar las caídas de las bolsas del lunes: que no cunda el pánico.