EH-Bildu, una herramienta para ejercer el poder

Bildu se ha convertido en un cuchillo de picar cebolla. Si se sabe utilizar con cuidado puede ser un utensilio fundamental para cualquier cocinero, un socio preferente a la hora de pelar y hacer rodajas, vamos. Pero atención, si se maneja con poco cuidado y descuidamos la precaución, nos puede dar un tajo y dejarnos un dedo a la virulé.

Le pasa lo que a casi todas las herramientas de las que se sirve el hombre para tener una vida más cómoda: un empleo correcto hace que todo sea más práctico; y en cambio, si se usa de manera inadecuada, nos puede acabar dando un disgusto.

Y así, como una herramienta cortante de alto riesgo, es como ven el PSOE y el PNV a los herederos de ETA en esta campaña electoral de las elecciones autonómicas vascas del próximo domingo. Los nacionalistas, que han sabido usar con gran maña el afilado acero de los de Otegi (algunos dirán que para abrir nueces), nos advierten ahora de lo peligroso que puede resultar su manejo en manos inexpertas.

Así que Ortúzar y los suyos han dejado claro a los socialistas de Sánchez que si quieren cortarse en Madrid allá ellos. Pero que no nos manchen la encimera vasca que durante tantos años y con gran esfuerzo han blanqueado los del PNV.

El candidato socialista, Eneko Andueza, está en las mismas que los nacionalistas, pero va incluso más allá, recordando el pasado sangriento que representa la formación abertzale por su apoyo incondicional al terrorismo de ETA. Así que cualquier elector que trate de entender qué piensa el PSOE de EH-Bildu tiene que sacudirse el importante grado de despiste y desconcierto al que le someten últimamente.

Si escucha a un miembro del Gobierno le dirá que se trata de una formación legal y por lo tanto tan democrática como cualquier otra. Es más, según llegó a decir el Delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín, “Bildu ha hecho más por los españoles que todos los patrioteros de pulsera”, en alusión al PP y Vox.

En el manual de instrucciones que maneja el PSOE sobre EH-Bildu se puede leer indistintamente que los herederos de ETA lo son y no lo son en función de cómo se quiera utilizar esta herramienta. Si es para usarla en el Gobierno de Chivite o el Ayuntamiento de Pamplona, un suponer, hay que emplearla por el lado inofensivo, por el que no corta.

Aquí el cuchillo cebollero se antoja como una gran herramienta de empleo diario sin riesgos ni contraindicaciones. Igual o parecido que en Madrid, donde Pedro Sánchez la tiene entre sus favoritas. Se podría decir que incluso en el Congreso Bildu es como la navaja suiza (no la plateada) multiusos. Lo mismo te vota la ley de amnistía, la de vivienda, la reforma laboral o los Presupuestos, si se hubiera dado el caso.

Según interese, el lugar y el momento lo exijan, los socialistas sacarán a Bildu su pasado como cuando sacan a Franco a pasear

Pero en el País Vasco es otra cosa. Aquí, según Eneko Andueza, no se puede gobernar con ellos porque una sombra de tenebroso pasado les acompaña. Aunque se oculten nuevos casos de vinculación de Otegi con ETA los socialistas vascos no tienen duda de lo que fueron él y muchos de los suyos, aspirantes ahora a gobernar. Así que según interese, el lugar y el momento lo exijan, los socialistas sacarán a Bildu su pasado como cuando sacan a Franco a pasear.

Si lo que conviene es el olvido, si lo que prima es ignorar lo sucedido, el silencio se impondrá por decreto y quien trate de romperlo será acusado de enemigo de la concordia y la convivencia. Pero si por el contrario hay que recurrir a la memoria condenatoria como fundamento político, se hace con todas las de la ley.

No es para menos que muchos españoles vivan en una constante contradicción. Recordando y olvidando como quien enciende y apaga un interruptor. Sobre unas cosas se arroja mucha luz, sobre otras, completa oscuridad. Es lo que ocurre cuando en un sitio se dice una cosa y en otros la contraria.

En el País Vasco, sin embargo, todo está mucho más claro. La mayoría es consciente de que los ataques del socialismo y del PNV a Bildu no tienen más fundamento que el de marcar distancias en el contexto de una campaña electoral. Y que una vez se lleve a cabo el recuento de los votos nada de lo dicho tendrá más valor que el que le otorgue la hemeroteca. Aquí, entre los vascos, el interruptor de la memoria dejó de funcionar hace mucho tiempo gracias a la eterna pareja de baile que forman en el Gobierno Vasco el PNV y el PSE.

Cuando se decidió blanquear a ETA y a sus herederos y condenar a España en su conjunto al pasado de una dictadura que no interesa superar, se optó por un relato que entre los jóvenes vascos es muy difícil de cambiar ahora. Por mucho que se empeñe el PSE en hacernos creer lo contrario en mítines para afiliados.

Por eso los ganadores de las elecciones del domingo no van a ser ni los más listos ni los más fuertes. Van a ser aquellos que mejor se han sabido adaptar y se han convertido en una herramienta imprescindible para ejercer el poder.