Dar una medalla a Milei: por qué solo Ayuso puede hacerlo
La presidenta de Madrid se crece ante los retos porque sabe que los suyos aplaudirán todas las iniciativas que saquen a los socialistas de sus casillas
Permítanme que discrepe, pero creo que aquellos que han puesto el grito en el cielo por la presencia de Javier Milei en Madrid, invitado por Isabel Díaz Ayuso, no miden con la misma vara las compañías de las que se rodea el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ni las consecuencias que han tenido para el conjunto de los españoles.
“Milei tiene unas formas deplorables, es un populista que insulta sin cortarse un pelo de la patilla y eso le convierte en un impresentable”, dicen quienes piensan que Ayuso se ha equivocado y que eso le puede pasar factura al PP. Pero olvidan que Sánchez se ha rodeado, con gran alarde mediático, de gente que hace que el presidente argentino parezca una de las monjas de Belorado.
Tampoco se trata de dar nombres. Pero el Gobierno de Sánchez se ha hecho fotos con terroristas de ETA que han pasado por la cárcel, con golpistas enchironados y prófugos de la ley con los que había que entrevistarse en el extranjero. Y se les ha premiado no con una medalla.
Ojalá todo hubiera quedado en algo tan simbólico. Se les ha dado impunidad, indultos, amnistía, poder institucional y una nueva identidad democrática para que pongan en cuestión, con todas las de la ley, el modelo actual y la unidad de España.
«Ayuso tiene la habilidad de golpear a Sánchez donde le duele»
Si algo ha demostrado Pedro Sánchez desde que gobierna es que solo él puede hacer las cosas que hace y asumir las consecuencias y el precio que, teóricamente, debería pagar un gobernante. Utiliza las instituciones, doblega a jueces, pone a su servicio fiscales y tribunales, miente como quien cambia de opinión, se va a su casa enfadado con el mundo porque se meten con su mujer y sale de todas como John Wayne sale andando del “saloon” después de haberse pegado con medio pueblo.
Es ese tipo de gente que sobrevive a todo y que actúa con la seguridad de que así seguirá siendo porque para eso él escribe el guion de todo cuanto sucede.
Frente a él, poco puede hacer Alberto Núñez Feijóo. Será nada menos que el líder de la oposición, pero sin poder institucional te pueden hacer picadillo sacando una vieja foto en bañador dándote crema junto a un delincuente. Como para salir junto a Milei. Con el presidente de la República de Argentina solo puede aparecer de manera oficial alguien capaz también, como Pedro Sánchez, de escribir su propio guion. Y esa no es otra que Isabel Díaz Ayuso.
Si Sánchez es John Wayne saliendo del saloon, Ayuso es Julia Roberts en “Erin Brockovich”: sabe que el gigante contaminador tiene los pies de barro y solo hay que tener constancia y perseverancia para demostrarlo. Milei ha sido la mano con que Ayuso ha arreado unos cuantos bofetones al Gobierno de Sánchez. Tenía escrito el guion y le ha salido a la perfección. En las actuales circunstancias solo ella podía hacerlo.
Ayuso tiene la habilidad de golpear a Sánchez donde le duele. La reacción de los medios que comen de la mano del Gobierno enseguida se han apresurado a decir que así no se juega, que traer a Milei es poco menos que un golpe bajo. Que no vale todo. Que con la ultraderecha y el populismo no se debe jugar. Y lo dicen quienes admiten que alguien como Rodríguez Zapatero vaya alardeando sin pudor de sus estrechas relaciones con el narco-gobierno de Maduro para sermonear después sobre ética, moral y democracia.
En lugar de la brisa suave del Caribe venezolano que reivindicaba Errejón, Ayuso ha traído a Madrid el aire bizarro de la Argentina. El soplido intenso de un Milei que parece un asustaviejas socialistas que contemplan con estupor cómo este lenguaraz con motosierra es recibido en Europa como si tuviera algo interesante que decir.
La foto del mandatario argentino con el canciller alemán, el socialista Olaf Scholz, que le recibió en Berlín, así como la medalla con que le premió en Hamburgo la Sociedad Hayek, defensora del neoliberalismo, demuestran que solo Isabel Díaz Ayuso tiene en España la fuerza institucional y el respaldo social suficiente como para jugársela a cambio de jorobar, que diría Patxi López.
La presidenta de Madrid se crece ante los retos porque sabe que los suyos aplaudirán todas las iniciativas que saquen a los socialistas de sus casillas. Y por eso sabía que invitar a Milei a Madrid iba a hacer saltar la agenda del Gobierno por los aires. Que el guion a seguir por los medios iba a ser el marcado desde la presidencia de la Comunidad y que las críticas oficiales se volverían a su favor.
Núñez Feijóo sabe que esto solo puede hacerlo una mujer como Díaz Ayuso, capaz de jugársela desde la institución que preside. Y eso le permite a él relajarse escuchando música.