El Athletic, el PNV y el CIS

Existe cierta tendencia en vincular al Athletic con el PNV, entre otras cosas porque muchos de sus presidentes han estado avalados por los nacionalistas vascos. Pero el Club rojiblanco sobrepasa los límites de la mera simbiosis con el nacionalismo al tratarse de un motor que espolea las pasiones tribales de una sociedad como la vizcaína que tiene a gala recordar que ‘los leones’ nunca han bajado a Segunda División.

La victoria de la Copa del Rey, después de una espera de cuarenta años para revalidar el título, ha provocado una explosión de entusiasmo transversal en la afición de Vizcaya que se ha identificado con la singularidad de su cantera. En tiempos de tanta confrontación política y con tan poca motivación, el Athletic es el único pegamento que une a la afición.

Este chute de adrenalina podría capitalizarlo el PNV en una campaña electoral que se le está haciendo cuesta arriba porque no consigue movilizar a su electorado. Pero intentar relacionar la victoria de Athletic con un hipotético triunfo electoral del PNV en las urnas, es un error.

Que tiene a sus bases desmovilizadas, cierto. Que ya le gustaría tener ese éxito de convocatoria como el que ha cosechado el equipo de fútbol, también. Pero donde más asegurado tienen los nacionalistas del PNV su triunfo electoral es, precisamente, en Vizcaya.

De otra cosa estaríamos hablando si se tratara de un equipo de Álava, donde los candidatos se juegan el desempate entre el PNV y Bildu, por tratarse de un territorio en donde resulta más fácil obtener un escaño. La población alavesa supone una cuarta parte de la que tiene Vizcaya y la mitad que la de Guipúzcoa. Sin embargo, con menos votantes que los otros dos territorios, obtiene el mismo número de escaños (25) en el Parlamento Vasco.

La cara de susto del PNV

Con el último sondeo del desprestigiado CIS, al PNV se le ha quedado cara de susto. El ‘sorpasso’ de EHBildu que tanto teme, va ganando fuerza. Es cierto que en el último estudio del laboratorio del socialista Tezanos se ha ocultado la atribución de escaños en el Parlamento vasco, pero, en porcentaje de votos, le otorga al grupo de Otegi una clara victoria.

Se preguntan ahora muchos analistas si el PNV se ha equivocado en su planteamiento en estas elecciones al haber apartado al lehendakari Urkullu y sustituirlo por un candidato desconocido como Imanol Pradales. Pero, no. El PNV viene perdiendo fuerza en las últimas elecciones. En las municipales, en las forales y en las generales del 23 de julio, cuando perdió más de 100.000. Así es que no se le puede atribuir los malos pronósticos demoscópicos al cambio de candidato.

La tendencia a la pérdida de hegemonía viene de lejos, va perdiendo el voto joven (sólo retendrían el 15% en la franja entre los 25 y 34 años) y de ello se beneficiaría EHBildu. Si cambiaron de candidato fue, precisamente, como reacción a la bajada que estaban detectando desde hace tiempo.

Las elecciones de la amnesia

Es EHBildu, blanqueado gracias en principio al propio PNV y después a Pedro Sánchez, en está más movilizado. En estas elecciones con amnesia, EHBildu puede presentarse como la fuerza del futuro, como si no hubiera tenido un pasado. El CIS puede intentar estimular el voto del PNV alertando de la posible victoria de los herederos de Batasuna. Pero no parece que EHBildu esté provocando miedo entre el electorado.

Y ahí están los de EHBildu, agradecidos a Pedro Sánchez porque no les ha exigido una autocrítica de su pasado

De su pasado, de sus orígenes, gracias a sus ‘blanqueadores’, no se habla. Es más, recordar los vínculos de algunos de sus dirigentes con ETA para él una actitud de mal gusto. Rebuscar entre los huesos del franquismo, después de 70 años, es una práctica desesperada de la izquierda en tiempo electoral, pero rescatar la memoria más reciente sobre las tropelías cometidas por la banda terrorista cuando todavía quedan más de 300 crímenes sin resolver, incomoda al gobierno y sus aliados.

Y ahí están los de EHBildu. Agradecidos a Pedro Sánchez porque no les ha exigido una autocrítica de su pasado. Con las nuevas generaciones sin conocimiento ni interés por saber qué ocurrió realmente en los ‘años de plomo’ EHBildu tiene un futuro prometedor. Con su perfil institucional y renovado en la primera línea, nunca ha visto tanto apoyo como en esta campaña gracias a la absorción de la extrema izquierda populista, que podría quedar como extraparlamentaria, y parte del voto del PNV.

Los socialistas de Eneko Andueza admiten apuestas a que ellos, al revés de lo que ha hecho su jefe Pedro Sánchez, no pactarán con EHBildu. Y el PP de Javier de Andrés espera ser decisivo a la hora de decantar la balanza del futuro gobierno vasco. Pero la recuperación de unos cuantos votos pródigos procedentes del PNV no cambiarán sustancialmente la composición de un Parlamento Vasco que tendrá una mayoría abrumadora nacionalista, gracias a la suma de los dos partidos socios de Pedro Sánchez.