Alta Velocidad, competencia e impacto social y económico

El Gobierno de Sánchez y Óscar Puente, tan atareado en insultar y bloquear a todo aquel que le lleva la contraria en redes sociales, tampoco previo que la competencia era recíproca y que RENFE podía operar en Francia

Hubo un tiempo que España la alta velocidad era una garantía hasta el punto que si un AVE llegaba con retraso te devolvían el dinero. Óscar Puente, un ministro puesto más para realizar declaraciones canallas y hacer de perro de presa de Pedro Sánchez que para gestionar nada, decidió resolver el problema de los retrasos de la alta velocidad, quitando la indemnización por demora en la hora de llegada.

Al igual que en el siglo XX los paradores fueron un factor de desarrollo para los lugares donde Manuel Fraga decidía rehabilitar un castillo y abrir uno de ellos en este siglo la alta velocidad es un elemento de freno de la desertización demográfica y un elemento de cohesión territorial.

La UE impuso la competencia y Francia e Italia aceptaron el reto, pero el gobierno de España no previó el mayor uso de la infraestructura y ese es el motivo principal de los retrasos. El Gobierno de Sánchez y Óscar Puente, tan atareado en insultar y bloquear a todo aquel que le lleva la contraria en redes sociales, tampoco previo que la competencia era recíproca y que RENFE podía operar en Francia, así que hoy los trenes de SNCF circulan por la península, pero los nuestros a duras penas tienen unos pocos recorridos por el hexágono.

La Alta Velocidad revive León, hace lo que parecía imposible al acercar Galicia a Madrid, permite que Barcelona y Madrid estén más cerca. Incluso Calatayud proyecta una universidad que cambiaría la vida de la ciudad, a no ser que Sánchez con sus proyectos anti inversión consiga frenar el proyecto.

Mientras las estaciones, como Chamartín o Sants se colapsan, el Corredor Mediterráneo nunca termina y los convoys quedan detenidos en un túnel a la entrada de Barcelona o en mitad de la Meseta, la España no conectada a la alta velocidad clama por tenerla y el gobierno no hace nada porque teme que si invierte en algún lugar que sea Cataluña o el País Vasco en Junts, Bildu o ERC monten en cólera y ellos tengan que irse de La Moncloa y de Nuevos Ministerios.

Los socios del gobierno son un fastidio, no piden solo para ellos, sino que quieren que al resto les vaya mal. Mientras los datos de la alta velocidad ponen de manifiesto que los que se quejaban de la elevada inversión erraban.

Los socios del gobierno son un fastidio, no piden solo para ellos, sino que quieren que al resto les vaya mal

La estación ferroviaria con más pasajeros de larga distancia y alta velocidad es Atocha, en Madrid, con 21,1 millones anuales. La última década la que ha experimentado mayor crecimiento ha sido la también madrileña Chamartín, que con un incremento del 252%, pasando de 3,2 a 11,4 millones de pasajeros, impulsada, sin duda, por las líneas de AVE al norte de España y Levante que llegan y parten desde esta estación al norte de la capital de España.

Entre las quince primeras estaciones españolas, tres son catalanas, la única comunidad autónoma española con todas sus capitales conectadas por alta velocidad. En segundo lugar, por viajeros se sitúa Barcelona Sants, con 13,5 millones anuales y un crecimiento del 51,6% en una década. La irrupción de la competencia en RENFE en el trayecto Barcelona – Madrid ha saturado la estación central de Barcelona debido a un ejercicio de imprevisión de la administración y el retraso de las obras de Sagrera.

En décimo lugar, Camp de Tarragona con cerca de un millón de pasajeros y un crecimiento del 49,2% en diez años podría haber sido mucho mayor, pero la lentitud de las obras del corredor mediterráneo hacen que esta infraestructura, con una ubicación dudosa, alejada del centro de Tarragona y de Reus, tenga aún capacidad para crecer. En doceava posición, Lleida Pirineus con 867.000 viajeros y un crecimiento del 34,3% se beneficia de los AVE que paran en la capital ilerdense.

En cuarta posición, por volumen de tráfico en alta velocidad y larga distancia, se sitúa la estación Joaquín Sorolla de Valencia, con casi 7 millones de pasajeros y un incremento del 115% en diez años. Sorolla recibe trenes de alta velocidad procedentes de Madrid y comparte con su vecina Valencia Norte trenes de larga distancia. Alicante es la segunda estación de la Comunidad Valenciana entre las quince primeras del país en esta tipología de viajero, con cerca de tres millones de pasajeros, pero un crecimiento más modesto del 9,3%. La realidad es que el aeropuerto alicantino es mucho más competitivo que el valenciano en Manises.

Andalucía cuenta con cuatro estaciones entre las quince primeras del país en alta velocidad y larga distancia, la más importante es Sevilla Santa Justa, la quinta de España, con cerca de 4,1 millones de pasajeros y un incremento de tráfico en una década del 24,7%. En séptimo lugar, está la estación de Málaga con 2,8 millones de pasajeros y un crecimiento del 36,7%, Córdoba se acerca ya a los dos millones y ha crecido un 18%. Por su parte, Granada, la quinceava estación española, ha superado ya el medio millón de pasajeros y creció un 112%.

Zaragoza Delicias es la sexta estación española con 3,7 millones de pasajeros y un crecimiento del 36,7%. La ciudad del Ebro se ha visto beneficiada por la su posición a medio camino entre Barcelona y Madrid y el elevado número de trenes que paran en esta ciudad.

Galicia, Castilla y León y Navarra completan el ranking de estaciones con más pasajeros en alta velocidad o larga distancia. Orense es la décima estación española con 874.000 pasajeros y un crecimiento del 192%, en treceavo lugar está León con 687.000 pasajeros y un incremento del 20% y Pamplona en catorceavo lugar y sin alta velocidad es la única de las quince primeras estaciones nacionales que desciende en pasajeros, en concreto un 1,7% y cae hasta 672.000 viajeros, siete mil menos que hace diez años. Navarra hace tiempo que espera la llegada del AVE, pero este se retrasa.

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