La administración ineficaz frena el progreso social 

La próxima vez que alguien pretenda convencerme de que pagar impuestos es un acto de solidaridad social, le mandaré el informe de la Sindicatura de Greuges de Cataluña

La brillante frase del titular no es mía, la autoría es de Esther Giménez – Salinas, hoy Síndica de Greuges (defensora del pueblo en Cataluña) y ex rectora de la Universitat Ramon Llull, ex miembro del Consejo General del Poder Judicial y ex miembro del consejo del Banco de Santander.

La presentación del informe anual de la defensora del pueblo catalán fue un sorprendente ejercicio de crítica a la administración autonómica y un llamamiento “a la administración catalana a mejorar su eficacia”.

En una Cataluña alejada de la autocrítica y donde cualquier voz discrepante se considera una traición que se paga con un alto coste en aceptación social, un informe que tiene párrafos como: “la ineficacia genera desconfianza en las instituciones, tiene impacto en la calidad de vida de las personas, amenaza la sostenibilidad del estado de bienestar, supone un freno para el ascensor social, y es un obstáculo para el desarrollo económico” solo puede ser interpretado como una constatación del estado de hipertrofia extremo al que ha llegado la administración catalana.

Giménez – Salinas llama en su informe a “simplificar trámites” y pide a la administración “reducir tiempo de reacción”. El valor del informe viene por quién lo firma y por salir de dentro de la propia administración catalana.

Cada párrafo es un puñal y más que una regañina, una enmienda a la totalidad: “una administración eficaz es aquella que es capaz de ejercer sus funciones respetando los derechos de las personas y la normativa aplicable pero que también resuelve los problemas de los ciudadanos a quienes sirve con calidad, diligencia, profesionalidad y a un coste razonable”.

Salinas retrata lo que la administración debería hacer y no hace. ¿Le escuchará la administración? En absoluto, pero en el fondo la Síndica propuso motosierra pero con guante de seda.

El informe cuantifica el resultado de tanta ineficacia y trámite innecesario, y los datos son dramáticos y una justificación de por qué cada vez hay más apoyo a fuerzas políticas antisistema: “En un año en Cataluña ha crecido en un 9% las listas de espera quirúrgicas y un 18% las de pruebas diagnósticas. También ha subido un 7% el número de personas a la espera de acceder a una residencia y el tiempo de espera se sitúa en 1,2 años y en 6 años para personas con discapacidad”.

No lo dice la Síndica, pero debemos preguntarnos ¿para qué pagamos impuestos si un discapacitado y sus familias debe esperar 6 años para acceder a una plaza donde ser atendido?

Lo público no es hoy un servicio, es una carga, el informe de la sindicatura denuncia la burocracia y pone ejemplos como entrega de la misma documentación en diversas administraciones. Ese mismo problema lo han denunciado los agricultores sin llegar hasta ahora a ninguna solución.

Lo público no es hoy un servicio, es una carga

Considera Salinas que la “administración es obsoleta” y da un dato que pone de manifiesto que la administración es hoy incompetente, insensible y malgasta nuestro dinero: “En Cataluña hay 97.544 personas inscritas en un registro de solicitantes para vivienda social para solo 39.942 viviendas”.

La próxima vez que alguien pretenda convencerme de que pagar impuestos es un acto de solidaridad social, le mandaré el informe de la Sindicatura de Greuges de Cataluña. No tengo ninguna confianza en que nada cambie; dos días después de la presentación de este informe, ERC y los Comunes, socios de los socialistas en todas las administraciones, lejos de hacer algún ejercicio de enmienda al resultado de su desastrosa gobernanza, presentaron una propuesta en el Parlament para seguir criminalizando a las empresas privadas y pidieron que se investigue el impacto de Amazon y Glovo en los derechos laborales.

No solo son sordos, la Sindicatura de Greuges ha demostrado, de forma definitiva, que son inútiles y, además, están equivocados.