Adiós al PNV: se le ha puesto cara de CiU 

La anexión de Navarra al País Vasco ya no es solo una posibilidad, es un objetivo al alcance de Bildu y el PNV con el apoyo entusiasta del PSOE.  

Lo de Pamplona no es una tropelía más de Pedro Sánchez. Bildu ya gobernó Pamplona entre 2015 y 2019, pero las cosas entonces no eran como ahora. Hoy Bildu tiene la llave del gobierno navarro, donde es clave para que el PSOE ostente el poder, está a las puertas del gobierno vasco y tiene las llaves de La Moncloa. Con todo eso, la anexión de Navarra al País Vasco ya no es solo una posibilidad, es un objetivo al alcance de Bildu y el PNV con el apoyo entusiasta del PSOE.  

Estos días muchos formulan sesudos análisis sobre si tras las elecciones vascas de la próxima primavera el PSOE traicionará al PNV y pactará con Bildu, abriéndole así a los filoetarras las puertas de Ajuria Enea. Con todo respeto para todos los que especulan sobre esa posibilidad, eso no es lo más relevante. 

El PNV, en el precipicio marcado por CiU

El PNV, sorprendentemente, está siguiendo paso a paso el camino al precipicio que le dejo marcado CiU. Al PNV se le ha sobrevalorado y se le ha supuesto una sagacidad política de la que en realidad carece. La radicalización del PNV, la asunción de los postulados más radicales del separatismo solo favorecen, como ya se vio en Cataluña, a las fuerzas más genuinas y, por lo tanto, la deriva del PNV avala a Bildu y la convierte en fuerza potencialmente ganadora. 

Hoy Bildu ya tiene visos de ocupar el poder y, poco a poco, con mayor o menor disimulo, las fuerzas vivas que tradicionalmente han apoyado al PNV se irán apartando de los jertzales y acercándose al nuevo poder batasuno. En Cataluña a CiU le sucedió lo mismo, los botiguers, presidentes de esbarts dansaires y de colles castelleres dejaron de ser convergentes de toda la vida para hacerse de ERC o de la CUP.    

El PNV, casi sin darse cuenta, puede verse fuera del gobierno vasco por segunda vez desde 1980, todo dependerá de su capacidad de resistir en su feudo de Vizcaya, y cuando eso suceda, al igual que hizo CiU no pasará a la oposición, sin más, buscará mantenerse en el poder pactando el gobierno con Bildu. El 40% de consejerías y cargos es mejor que nada y el PNV es una máquina de poder engrasada durante casi medio siglo como lo era CiU.  

El presidente del PNV Andoni Ortuzar. EFE/Luis Tejido

En la administración vasca centenares de cargos, funcionarios con puestos de libre designación, en definitiva lo que se llama el sottogoverno pasa por el PNV y no van a renunciar a eso. En Cataluña hoy en día ERC sigue quejándose del obstruccionismo a su labor de gobierno y la falta de lealtad ejercida por diversas capas de funcionarios colocados ahí durante décadas por CiU.    

Los convergentes catalanes cuando se vieron atosigados y en peligro de perderlo todo no se enfrentaron a ERC, pactaron con ellos y se presentaron en coalición, así nació Junts pel Sí. El invento ganó las elecciones y pacto con la CUP, CiU conservo parte del poder y luego de la mano Puigdemont y Torra siguieron gobernando a su antojo mientras ERC hacía un cursillo acelerado sobre gestión pública que a día de hoy aún no han aprobado.  

Destrucción de España

El PNV y Bildu, como Junts (antes CiU) y ERC, se odian y compiten entre ellos, pero se unen para alcanzar su objetivo común, que en el caso de los nacionalistas vascos son dos: primero la anexión de Navarra y luego la separación de la gran euskalerría de España. ERC y Junts a través de MES en Baleares y Compromís en la Comunidad Valenciana juegan a lo mismo. El drama es que tanto en Cataluña, como en Navarra, el País Vasco, la Comunidad Valenciana y Baleares, el PSOE es mucho más que cómplice, es colaborador necesario de esta estrategia de destrucción de España y de desunión de los españoles.  

En defensa de Sánchez hay que decir que el proceder socialista no es algo nuevo, el PSOE siempre ha actuado igual y Zapatero lo acelero. El socialista Benegas, alla por los años 80 del siglo XX, renunció a ser Lehendakari a pesar de ganar unas elecciones para que lo fuera Ardanza (PNV). El PSC formo gobiernos en Cataluña con ERC y en aquellos ayuntamientos donde tuvo que elegir entre la CUP y el PP, como en Badalona, eligió a los primeros.

La argamasa entre el PNV, Bildu y el PSOE en Navarra lleva en marcha desde 2015, cuando la nacionalista vasca Uxue Barcos llego a la presidencia de Navarra gracias a los batasunos y el PSOE. En Baleares el Partido Socialista y Mes, marca blanca del nacionalismo catalán, han gobernado juntos ocho años y en Valencia los socialistas de Puig han gobernado dos legislaturas gracias al caballo de Troya del nacionalismo catalán, Compromís.  

La única diferencia entre el pasado y el presente es que tras décadas de permanencia en el poder del nacionalismo, ahora sus efectos se notan con claridad y se concretan en un debilitamiento del Estado que en estos territorios es raquítico. España es hoy más vulnerable en Navarra, en el País Vasco y en Cataluña porque el nacionalismo es hoy más feroz que nunca por el poder que le ha otorgado Sánchez y ejerce su ferocidad sobre unas zonas que llevan décadas abandonadas por los gobiernos de su país.