Standard and Poor’s señala: la declaración de independencia es el «peor escenario» para Cataluña y España

Los analistas coinciden con el diagnóstico de la ABE y la CECA, y advierten de que Cataluña no cumpliría los criterios de convergencia para formar parte de la Unión Europea

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¿Estrategia del miedo o realismo puro y duro? ¿Una reedición en Cataluña de lo que sucedió durante la campaña del referéndum escocés, con apelaciones alarmistas y catastrofistas desde la City en caso de independencia, o simplemente una llamada a la sensatez?

Sea una cosa o la otra, lo cierto es que Standard and Poor’s (S&P), la agencia de calificación de riego, ha emitido una evaluación a la que ha tenido acceso en exclusiva Economía Digital que sostiene el mismo argumento que el comunicado hecho público ayer por la ABE y la CECA: desde el punto de vista económico, el peor escenario posible para Catalunya y España sería una declaración unilateral de independencia (DUI) tras las elecciones de la próxima semana.

Ayer, de hecho, el poder financiero se volcó en contra de la opción independentista, porque a la nota de la banca se sumó otra del Círculo de Empresarios, aunque en un tono mucho más conciliador, al reclamar una revisión de la financiación de Cataluña.

Solicitar de nuevo el ingreso

La evaluación de S&P, que firma el analista Frank Gill, indica que incluso «en el peor de los casos, una declaración unilateral de independencia, las negociaciones de ruptura se alargarían durante años entre España y Cataluña», generando mucha incertidumbre.

El escenario de la DUI, sin embargo, es considerado «poco probable» por Gill «dados los impedimentos constitucionales y económicos a la toma de tal decisión».

Aun así, de acuerdo a la evaluación, existen ciertos riesgos: «Entendemos que una Cataluña fuera de España tendría que volver a solicitar no solo el ingreso en la Unión Europea –cosa que requiere la aprobación unánime de todos los 28 Estados miembros, entre ellos España–, sino que tendría que salir de la Unión Económica y monetaria».

En este punto, el análisis parece cortado con el mismo patrón que la declaración de la ABE y la CECA. «Después de salir de la zona euro, una Cataluña independiente sólo podría volver a entrar en la UEM tras varios años, sujeto a las reglas del Banco Central Europeo. Cataluña tendría que cumplir con los llamados criterios de convergencia».

El cuarto nivel más alto de deuda en la UE

Esta opinión choca frontalmente con lo que han indicado algunos economistas de prestigio internacional favorables a la secesión, entre otros Xavier Sala i Martín y Oriol Amat, que consideran no sólo viable sino muy positiva la independencia para los intereses de Cataluña.

Pero siempre en el caso de una DUI, S&P afirma que «nuestras estimaciones sugieren que Cataluña no cumpliría uno de los componentes de los criterios de convergencia: que la deuda pública en relación al Producto Interior Bruto (PIB) fuese inferior al 60 por ciento. De hecho, si Cataluña fuera alguna vez un miembro del euro, de acuerdo a nuestras estimaciones basadas en la asunción proporcional de la deuda española, tendría el cuarto nivel más alto de deuda en la zona detrás Grecia Italia y Portugal».

Gill vuelve a coincidir prácticamente con el comunicado de la banca española al considerar que «un punto aún más crítico es que mientras que Cataluña solicitara unirse de nuevo al euro –fijar su nueva moneda frente a la común requeriría al menos un período de dos años– sus bancos perderían el acceso a la financiación del BCE. Nada de esto, sobre todo la pérdida de acceso al BCE, parece ser un resultado económicamente factible para un espacio económico tan grande e importante como Cataluña».

Victoria mínima del independentismo y centro-izquierda en España

Pero Londres no sólo evalúa riesgos o posibles riesgos económicos. Análisis políticos sobre el previsible escenario catalán post electoral, en conjunción con el español, también se cocinan en la capital británica. Economía Digital ha tenido acceso al elaborado por Carl Thompson, director de la consultoría política The Whitehouse Consultancy.

Thompson admite que «existe la posibilidad de una victoria independentista clara en las elecciones autonómicas catalanas, y la formación de un gobierno de centro-derecha de coalición tras las elecciones generales».

Pero se apresura a exponer otro escenario al afirmar que «esto es menos probable que una victoria más marginal del bloque independentista catalán y la formación de una coalición de centro-izquierda en las elecciones generales».

El primer caso abriría la puerta a un enfrentamiento político más frontal, cosa que se «traduciría en una respuesta nacionalista en otras zonas de España, que reforzarían el centro-derecha».

Inversión extranjera en peligro

Thompson no olvida las posibles repercusiones en la economía: «Tener a las dos autoridades en desacuerdo podría afectar a la inversión extranjera. Los inversores buscan estabilidad y una situación inestable podría provocar nerviosismo y menos entusiasmo por la inversión en proyectos y empresas españolas y catalanas. Esto a su vez tendría un impacto negativo en la recuperación económica».

Sólo una victoria por la mínima del independentismo y una coalición de centro izquierda en España tras las elecciones generales podría abrir, a juicio del director de The Whitehouse Consultancy, «más oportunidades para la conciliación».

La decisión, sin embargo, es de los ciudadanos y a falta de una semana de las elecciones, con una sociedad fuertemente polarizada, parece poco probable que la intervención de los llamados poderes fácticos vayan a abrir brecha en un independentismo que, como se demostró el 11 de Setembre, tiene una enorme fuerza. Pero los informes y los análisis financieros están ahí.

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