La inmobiliaria de Vertix y Catalunya Caixa se disuelve bajo un alud de pérdidas
Liquidación por derribo. Este es el penoso final de la compañía Landomus, constituida a medias por Catalunya Caixa y el grupo inmobiliario Vertix. Este último tiene de propietario a Felipe Massot Felip, empresario del ladrillo estrechamente ligado al opulento sector negocios de CiU.
Landomus echó a andar en 1993 como Vertix Procam, nombre comercial por el que era conocida la empresa. La caja aportaba el dinero para financiar las promociones y Vertix, sus conocimientos y experiencia sobre el sector.
La razón social Landomus pervivió hasta el año pasado. Se cambió pocos meses antes de llevar los libros contables al juzgado en solicitud de suspensión de pagos, con un pasivo exigible de 230 millones y un activo notablemente inferior. Tras la intervención de la caja para evitar su naufragio, el organismo público Sareb asumió los créditos y los activos de Landomus.
Los 20 años de actividad de la compañía se resumen en dos datos. En el periodo 1993-2007 cerró todo sus ejercicios con resultados positivos, por importe conjunto de 90 millones. En cambio, en 2008-2013 registró pérdidas consecutivas por un valor superior a los 400 millones. En el momento de la liquidación, Landomus presenta un patrimonio negativo de 165 millones.
El Frob estatal ha denunciado ante la fiscalía anticorrupción varios trasiegos inmobiliarios realizados por Landomus. Todos ellos encierran la característica común de que Felipe Massot obtuvo pingües beneficios, mientras que Catalunya Caixa sufrió pérdidas demoledoras.
El último consejo de administración de Landomus tenía de presidenta ejecutiva a Elena Massot Puey; de vicepresidente actuaba Catalunyacaixa Immobiliària, representada por Josep Vila Tarragó; consejeros delegados, Javier Pérez Medina y la sociedad Inpau, filial de la caja, representada por Francisco José Tárrega Roberto.