D’Alema advierte de que Cataluña puede ser jurídicamente otro Kosovo
El ex primer ministro italiano ve en el independentismo un proyecto que puede generar "desilusiones y resentimientos" y recuerda que el nuevo país podría quedar "al borde de la legalidad internacional"
Kosovo no es, precisamente, la mejor experiencia política que se pueda encontrar en Europa. El movimiento independentista lo consideró, sin embargo, como un posible ejemplo, aunque rápidamente lo abandonó, cuando se explicaron los errores de interpretación. Pero el ex primer ministro italiano, Massimo D’Alema, lo ha recuperado para rechazar la pretensión de los independentistas.
D’alema asegura que el proyecto, que se someterá a las urnas el próximo domingo, aunque se trate de unas elecciones formalmente de carácter autónomico, no es viable, y que puede generar «desilusiones y resentimientos».
Por ello, el ex mandatario italiano, que ha participado en Barcelona en la clausura de la Convención Federalista organizada por la Fundación Rafael Campalans –vinculada al PSC– Cataluña podría acabar «al borde de la legalidad internacional», señalando el caso de Kosovo.
Decisión dramática
Massimo D’Alema, junto al candidato del PSC a la Generalitat, Miquel Iceta, y de Josep Borrell, ex presidente del Parlamento europeo, ha recordado la experiencia de Kosovo, de mayoría albanesa, que formaba parte de Serbia, y esta, a su vez, de la ex Yugoslavia. Y ha admitido que tuvo «parte de responsabilidad en la decisión dramática y también inevitable de la guerra de Kosovo».
Según el político italiano, «Algunos años después, como ministro de Exteriores, presidí la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU sobre la independencia de Kosovo, que terminó sin acuerdo y sin una decisión. Recuerdo que nadie evocó el principio de autodeterminación», aunque muchos países, según él, eran partidarios de su independencia.
La idea es que la separación llegó tras una situación de violencia, «una depuración étnica»; y «la imposibilidad de vivir juntos en los límites de un solo estado sin conflictos y enfrentamientos». Por tanto, «estaba claro que se trataba de una situación excepcional que no podía servir de precedente en cualquier caso».
Crear ilusiones
Pero, tras ese reconocimiento, Kosovo sigue sin ser miembro de Naciones Unidas, ni de cualquier organismo internacional, lo que ha llevado a d’Alema a preguntarse «si ese debería ser el futuro de Cataluña, al borde de la comunidad internacional». El político entiende que eso no debería ocurrir, pero ha recordado que «la independencia es una bandera, es una emoción, buena para tomar votos, pero no un proyecto político viable. Y es peligroso crear ilusiones que van a dejar resentimientos».
Porque todos esos países que se crearon tras la caída del muro de Berlín, y como resultado, en ocasiones, de guerras internas, no tienen una situación ahora mucho mejor. Massimo D’Alema ha recordado «un dato impresionante», y es que el PIB de los países que nacieron de la ex Yugoslavia «es más bajo ahora que en 1990».
Todas las situaciones son distintas, pero D’Alema ha querido incidir en ello, acompañando a los socialistas catalanes.