La sentencia que el independentismo catalán manipula a su favor
El Tribunal de la Haya no aseguró en ningún caso que la voluntad democrática pueda prevalecer sobre la legalidad constitucional en el caso de Kosovo
La sentencia del Tribunal de la Haya sobre la declaración de independencia relativa a Kosovo, del 22 de julio de 2010, se ha convertido en la gran baza del independentismo catalán. En las redes sociales y en los medios de comunicación líderes de opinión como Pilar Rahola, miembro del Consell Assesor per a la Transició Nacional, que asesora a Artur Mas para buscar vías legales para la independencia de Catalunya; el periodista Jaume Barberà; el juez Santiago Vidal, magistrado de la sala penal de la Audiencia de Barcelona, o el propio conseller de Presidència, Francesc Homs, repiten supuestos fragmentos a favor de las tesis independentistas que, sencillamente, no se encuentran en la sentencia.
¿Quién escribió fragmentos que no se encuentran, y que Pilar Rahola en la cadena del Grupo Godó, en 8TV, en el programa que conduce Josep Cuní exhibió para amedrentar en una entrevista al líder de Ciutadans, Albert Rivera?
Frases perfectas para el independentismo
Los fragmentos que se habrían escrito en la sentencia, como supuestas conclusiones de los magistrados, y que leyó Rahola, son estos:
“Declaramos que no existe en Derecho Internacional ninguna norma que prohíba las declaraciones unilaterales de independencia”.
“Declaramos que cuando hay una contradicción entre la legalidad constitucional de un Estado y la voluntad democrática, prevalece esta segunda”.
“Declaramos que en una sociedad democrática, a diferencia de una dictadura, no es la Ley la que determina la voluntad de los ciudadanos, sino que es ésta la que crea y modifica cuando sea necesario, la legalidad vigente”.
Este medio de comunicación ha leído la sentencia. No los ha encontrado. Rahola aseguró, frente a Rivera, que esas declaraciones «no las dice un irredento nacionalista, sino un tribunal».
La palabra del juez Santiago Vidal
Los fragmentos señalados encajan a la perfección con la posible realidad de España y Catalunya. Es lo que desea el movimiento independentista, que presenta una posible mayoría de los catalanes a favor de la independencia, frente a la legalidad que supone la Constitución española. Y ante eso, debe primar esa mayoría.
El juez, un juez, sí, Santiago Vidal, leyó en un acto de la Assemblea Nacional Catalana, (ANC) en enero de 2013, el mismo fragmento.
Esta misma semana, en Rac1, la emisora también del Grupo Godó, el periodista Jaume Barberá, leía las mismas frases. ¿Pero quién lo ha escrito?
Curiosamente, en el fragmento de Santiago Vidal, reproducido en el diario electrónico Vilaweb, hay un comentario de un lector que pide que le digan dónde puede encontrar esos fragmentos, porque no los ha podido leer en la sentencia.
Rahola mencionó la sentencia del Tribunal de la Haya, frente a Albert Ribera en 8TV, en unas diez ocasiones, “La Haya, La Haya, La Haya, La Haya…” como si fuera un estilete que arrojaba contra Rivera. “Los derechos de los pueblos están por encima de las leyes”, aseguró.
La situación de Kosovo
Esas frases, aparentemente de la sentencia, pero que encajan, curiosamente, con el problema que desean dirimir los independentistas en Catalunya, se difunden desde hace meses en redes sociales, y en distintos diarios electrónicos proclives a su causa. Como si de un ejército perfectamente adiestrado se tratara, los líderes de opinión y periodistas que defienden la causa independentista dicen en Twitter: “La Haya, La Haya, La Haya”.
Lo que el Tribunal Internacional de La Haya consideró fue la declaración de independencia de Kosovo de 17 de febrero de 2008. Y concluye, efectivamente, que la tal declaración “no vulneró el derecho internacional general, la resolución 1244 (1999) del Consejo de Seguridad ni el Marco Constitucional. En consecuencia, la aprobación de esa declaración no vulneró ninguna norma aplicable del derecho internacional”.
Reconoce esa declaración, pero no va más allá, al entender que no es su cometido.
Y, en todo caso, contextualiza en todo momento la situación de Kosovo. No habla de la independencia de Kosovo, sino meramente de la declaración. Y lo establece con sumo detalle.
Una declaración de particulares
Tras la guerra de 1999, la que obligó a Serbia a abandonar el control del territorio de Kosovo, éste fue asumido por una administración internacional, gracias a diferentes resoluciones de Naciones Unidas. Y, en función de esas resoluciones, se crearon diversas instituciones, entre ellas la Asamblea de Kosovo. La sentencia incide en esa cuestión, y detalla que no es la Asamblea quien formula la declaración, sino individuos, particulares, que pretenden constituir una nueva realidad territorial.
Esa circunstancia es esencial, porque si se hubiera producido esa declaración en el seno de la Asamblea de Kosovo, la declaración hubiera sido ilegal al contradecir el marco legal internacional que había dado pie a la propia Asamblea. Así lo interpreta la sentencia del Tribunal de la Haya, que, curiosamente, se refiere siempre a la Declaración unilateral de independencia ‘relativa’ a Kosovo, no a la Declaración de independencia ‘de’ Kosovo.
¿Interpretación sobre democracia frente a legalidad? La sentencia del Tribunal de la Haya no entra en ello en ningún momento.
Sin generalizar sobre la autodeterminación
No entra, ni tan sólo, en una posible interpretación, que, sin embargo, se llega a discutir, sobre la necesidad de llegar a declaraciones unilaterales de independencia por circunstancias concretas y excepcionales, una especie de “secesión por remedio”, que entraba en el caso de Kosovo, tras una cruenta guerra, pese a que se detalla toda la situación de ese territorio.
En la página 35 de la versión en castellano de la sentencia, en el punto 82, se analiza esa cuestión. Y en el 83 se deja constancia de lo que se le pedía y no se le pedía al tribunal de La Haya.
“La Asamblea general únicamente ha solicitado la opinión de la Corte sobre la conformidad o no de la declaración de independencia con el derecho internacional, mientras que el debate sobre el alcance del derecho a la libre determinación y la existencia de un eventual derecho a la ‘secesión como remedio’ se refiere al derecho a separarse de un Estado”. “Y (…) ese aspecto excede el marco de la cuestión planteada por la Asamblea General”.
¿Qué leyeron Pilar Rahola –asesora de Mas–, Santiago Vidal –juez–, Jaume Barberà –periodista– o Francesc Homs –responsable político–?
Pero, ¿quién escribió con tanto tino (o desatino) esas frases?