Santiago justifica la tasa: tiene el doble de presión turística que Barcelona y casi cuatro veces más que Madrid

El Concello de Santiago presenta su informe sobre el impuesto de estancias turísticas que quiere comenzar a implantar. La propuesta impulsada por la alcaldesa nacionalista Goretti Sanmartín contempla la puesta en marcha de una tasa de entre 1 y 2,5 euros por persona y noche en función de la tipología del establecimiento en el que se hospeden los turistas.

El documento que ha presentado el consistorio compostelano pone en valor el «balance tan positivo de la ciudad como espacio histórico, patrimonial y simbólico con un enorme atractivo turístico», que, a su juicio, viene acompañado de «muchas consecuencias positivas, pero también muestra su reverso».

Sobre este punto, el Concello destaca que el turismo «en la ciudad es una fuente de riqueza, de progreso económico y creación de empleo innegable, pero advierte al mismo tiempo que «el destino Santiago en su conjunto y la propia ciudad pueden terminar llegando a parámetros de no sostenibilidad turística». «Se corre el riesgo de que la enorme afluencia de visitantes, que ya derivó en fenómenos puntuales de sobreturismo provoquen una crisis urbana similar a la de otros ejemplos que, como Venecia, Barcelona o Palma de Mallorca, tuvieron que tomar medidas drásticas para ordenar el flujo de visitantes llegados a sus calles y espacios residenciales».

En este sentido, el documento encargado por el gobierno local revela que la capital gallega recibió a un total de 932.209 turistas a lo largo de 2023. Esta cifra multiplica por 9,45 veces a una población que ronda las 98.687 personas, de acuerdo a los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Esta ratio supera de manera holgada a las 7,56 veces registradas por Granada (1,74 millones de visitantes y 230.595 habitantes) o Toledo (6,88 veces). Además, la proporción registrada en Santiago de Compostela prácticamente duplica, de acuerdo a los datos difundidos por el propio Concello a las 4,99 veces de Barcelona, las 4,96 veces de Salamanca o las 4,86 de San Sebastián.

Más acusada es la diferencia respecto a urbes como Sevilla (4,42 veces), Bilbao (3,23 veces), Madrid (2,97 veces), Córdoba (2,85 veces), Málaga (2,59 veces) o Valencia (2,57 veces).

El fenómeno de las viviendas de uso turístico

El informe hace referencia también a la proliferación de viviendas de uso turístico, que ya ofrecen 4.236 plazas. Este aumento se ha trasladado en una subida de los precios de los alquileres (un 33% entre 2018 y 2023 según el Observatorio da Vivenda de Galicia) y una «reducción del 88% en el volumen de pisos anunciados en las webs de las inmobiliarias» desde el año 2017.

Por este motivo, el Concello de Santiago advierte de que los «datos de las inmobiliarias dejan patente la sustitución gradual del alquiler residencial
por el alquiler turístico» y que el «confort urbano se ve amenazado ante las tensiones del mercado inmobiliario turísticoresidencial, el deseo de tener un alojamiento turístico céntrico y a buen precio», que, a su juicio, «prevalece sobre la necesidad de los residentes de acceder a una vivienda alcanzable y de calidad».