Santalices pide en la ofrenda al Apóstol una España en la que «todos gocemos de los mismos derechos»

El presidente del Parlamento gallego, Miguel Santalices, ha actuado este jueves como delegado regio en la Ofrenda Nacional al Apóstol Santiago ante cuya imagen ha expresado su deseo de lograr una España en la que “todas y todos gocemos de los mismos derechos y tengamos acceso a prestaciones y servicios públicos similares, con independencia de la edad y del lugar de residencia».

La Catedral de Santiago, como es tradicional cada 25 de julio, ha acogido la Eucaristía para conmemorar el Día del Apóstol Santiago, en la que han participado autoridades civiles y militares a nivel nacional, autonómico, provincial y local. Como es habitual, ante el Apóstol se han esgrimido algunos de los asuntos de mayor importancia social a distintas escalas, así como de actualidad.

Por ello, además de tocar temas sociales y políticos de calado, Miguel Santalices ha recordado ante el Apóstol a los tripulantes fallecidos y desaparecidos esta misma semana en el hundimiento del Argos Georgia en aguas de las Malvinas, que también ha mencionado el arzobispo de Santiago en su réplica. «El corazón está al lado de sus familias, amigos y de toda la gente marinera que, de nuevo, afronta la tragedia en el mar», ha dicho.

Además, también ha enviado un mensaje de recuerdo a las víctimas del accidente ferroviario de Angrois, del que este miércoles se cumplían 11 años, y a las víctimas del terrorismo «y de cualquier otra forma de violencia».

Este es el caso, ha puesto ante el Apóstol, del «drama de la violencia de género» que, ha dicho Santalices, «requiere un enfoque global, más allá de los recursos institucionales». «Un enfoque que cuente con la implicación de particulares e instituciones, que comience en el hogar y en la escuela, que corrija conductas inapropiadas que en ocasiones se desencadenan a partir de patrones observados en la propia red», ha añadido.

España diversa, pero dentro de la ley

En su ofrenda en nombre del Rey, el presidente del Parlamento gallego ha expresado su deseo de lograr «una España que sea capaz de encontrar un camino de concordia», en el que «todas las sensibilidades tengan acomodo dentro del respeto a la ley» y donde «la diversidad ideológica, cultural, lingüística, histórica, económica o de género sean siempre factores de enriquecimiento y jamás de ruptura o enfrentamiento entre iguales».

«Una España en la que todas y todos gocemos de los mismos derechos y tengamos acceso a prestaciones y servicios públicos similares, con independencia de la edad y del lugar de residencia», ha añadido.

Miguel Santalices se ha referido a «circunstancias extremadamente difíciles» que vive la humanidad, como las derivadas de conflictos bélicos, y ha pedido al Apóstol «paz y por la paz», así como que se «respeten los derechos humanos y la legalidad internacional, tantas veces y tan inútilmente vulnerados». «Sea en Ucrania, en Palestina o en Israel, sea en otros lugares donde se libran guerras silenciadas, el mundo clama por la paz», ha dicho ante Santiago Apóstol.

En relación a esta cuestión, Miguel Santalices también ha puesto ante el Santo Patrón la «creciente presión migratoria» por parte de «hombres mujeres y niños que huyen de sus países de origen con la esperanza de alcanzar un futuro mejor para ellos y sus familias». «Ellos nos recuerdan que, pese a las dificultades cotidianas, quienes residimos en el primer mundo somos auténticos privilegiados», ha añadido el presidente de la Cámara, que ha reclamado para este asunto «consenso, sentido común y generosidad de ámbito nacional».

Protección de la naturaleza

Por otra parte, el oferente ha llamado la atención sobre las consecuencias de los desastres naturales derivados del cambio climático y ha calificado el aumento de la conciencia ambiental como «una feliz y creciente realidad», aunque necesitada de «pasos más ambiciosos para frenar lo que puede ser una amenaza irreversible de consecuencias imprevisibles».

La naturaleza y el medio ambiente, ha dicho, «son un don precioso que urge proteger y preservar, para que este proteja y preserve la calidad de vida que disfrutamos». Así, ha apuntado, «buscar el equilibrio entre las actividades humanas y la preservación de los recursos naturales es una necesidad económica» y un «imperativo moral».

«Busquemos, por tanto, puntos de encuentro y huyamos de posiciones maximalistas para hacer compatible la conservación del paraíso natural que nos rodea con el desarrollo económico y social –nuestro bienestar, en definitiva– que viene de la mano del empleo y la explotación de recursos endógenos», ha pedido Santalices.

Pueblo tolerante, abierto y acogedor

Miguel Santalices ha parafraseado a Castelao para recordar que en este día que comenzó «con una alborada de gloria», las campanas de Compostela anunciaron, además de «una fiesta litúrgica en el interior de la Catedral», una «fiesta étnica, el Día de Galicia».

Para el presidente del Parlamento, «festividad religiosa y festividad civil» son «perfectamente compatibles» y están «plenamente consolidadas» en el pueblo gallego, «un pueblo tolerante, abierto y acogedor, fiel depositario de los mejores valores que caracterizan la tradición jacobea»

En la misma línea, y frente «a los desafíos actuales y futuros», el presidente de la Cámara ha llamado a «reafirmarse en los principios y valores inherentes a la sociedad y a la civilización occidental», herederos de «la cultura cristiana» y ha clamado por una Galicia «autonómica, plenamente integrada en la España constitucional» y por «una Europa unida».

Al Apóstol ha pedido por los mayores, para que luego de una vida «de trabajo y sacrificio, puedan disfrutar de su otoño vital con plenitud y serenidad, en un ambiente de respeto, cariño y reconocimiento a su legado», y por los enfermos, ya que «aliviar el padecimiento físico y psicológico del enfermo y ofrecer cuidados paliativos a quien lo necesite al final de la vida se erige en una obligación moral». En el ámbito de la sanidad, ha pedido especialmente por la salud mental.

A mayores, Miguel Santalices ha tenido un «recuerdo cariñoso» para la emigración gallega y ha invocado protección para el rey Felipe VI y su familia, «símbolo de la unidad y permanencia del Estado consagrada en la constitución». A mayores, ha reclamado la intercesión del Apóstol para que «cada uno de los españoles y de los gallegos», también los que ejercen «responsabilidades públicas», puedan «actuar con rectitud y honestidad en la búsqueda de una sociedad más justa, armoniosa e inclusiva