Nicolás González Casares, ante los precios de la electricidad: “Ni un lujo ni gratis”
Negociador jefe por parte de la Eurocámara, el eurodiputado gallego Nicolás González Casares pide acelerar el paso e ir rápidamente hacia los contratos contratos bilaterales (PPA) como fórmula para dar predictibilidad y seguridad a los inversores
El negociador jefe por parte de la Eurocámara, Nicolás González Casares (PSOE), ha defendido las virtudes de la reforma del mercado de la electricidad de la UE, que el Parlamento Europeo votará este jueves, porque arrojará precios asequibles y estables, pero no gratuitos como ha ocurrido en los últimos días en algunos países.
«La electricidad, ni puede ser un lujo ni puede ser gratuita. Lo estamos viendo estos días con precios a cero euros o negativos en algunos Estados miembros», dijo Casares en su intervención antes de que el Parlamento apruebe, si no hay sorpresas, la reforma del mercado de la electricidad.
España ha registrado en los últimos días precios negativos de la electricidad, circunstancia que abarata las facturas, aunque no implica que la electricidad sea gratis para los usuarios, ya que además de la generación se pagan peajes, cargos e impuestos, pero desincentiva las inversiones en renovables.
Contratos bilaterales
El gallego González Casares señaló que la reforma era necesaria porque durante la reciente crisis del gas los precios de la electricidad estaban “muy por encima de los costes energéticos”. “Pero vemos estos días que puede pasar lo contrario, que los precios sean muy bajos. Y ambas situaciones deben evitarse. Por un lado, por los problemas de precio y de competitividad y por otro porque necesitamos incentivos para seguir invirtiendo en renovables y electrificación”, dijo el eurodiputado socialista.
González Casares agregó que el ajuste del mercado aborda ese problema porque pide “apostar por acelerar el paso e ir rápidamente hacia los contratos por diferencia (CfD) y contratos bilaterales (PPA) como fórmula para dar predictibilidad y seguridad a los inversores”. Esos contratos, en líneas generales, permitirán que los generadores negocien un precio fijo y estable a largo plazo, bien con los Estados o con grandes consumidores energéticos.