El presidente del Parlamento de Galicia estalla contra el portazo al traspaso de la AP-9: «Me siento ofendido»

Miguel Santalices ha avanzado la puesta en marcha de un plan director para "reformar todas las fachadas" del Parlamento de Galicia y apuesta por lograr competencias de "más calidad que cantidad"

El presidente del Parlamento de Galicia, Miguel Santalices / Europa Press

El presidente del Parlamento de Galicia, Miguel Santalices / Europa Press

Miguel Santalices pasa revista a la situación de la política gallega. En una entrevista con la agencia Europa Press, el presidente del Parlamento de Galicia asegura que no se va a «arrepentir» de contravenir a su padre, que le aconsejó continuar su carrera como gestor sanitario y no meterse en política. «Yo disfruto en los plenos», ha sentenciado el político nacido en Bande, que sigue las intervenciones con «una libreta» en la que hace anotaciones.

Santalices ha revelado que trabaja en un libro a modo de «anecdotario», que empezó en pandemia y ya tiene «muy avanzado». Defensor de que el gallego es uno de los parlamentos autonómicos que «más trabaja» de España y «a menor coste», vivió los ‘cara a cara’ entre Xosé Manuel Beiras y Manuel Fraga, pero tampoco quiere hablar de que haya bajado el nivel.

A las puertas del primer Debate del Estado de la Autonomía (DEA) de la XI Legislatura, Santalices ha repasado las diferencias que, a su juicio, se ha encontrado durante sus 30 años de carrera política. «Los debates antes eran más barrocos. Se adornaba más la historia antes de decir directamente ‘usted miente’. Pero no creo que se haya perdido la esencia. Aquí se debate en profundidad», ha defendido, antes de confesar que le «apasionan» los debates de igualdad en O Hórreo.

«Los tiempos han cambiado, también ha cambiado, y no quiero que se me interprete mal (subraya que lo emplea como ejemplo), que antes aquí todo el mundo venía con corbata. Incluidos los partidos de la oposición. Bautista Álvarez venía impecable con su corbata», ha resaltado, antes de incidir en que lo traslada como metáfora y que ve «absolutamente imposible» una regulación de la vestimenta.

En este sentido, Santalices ha abogado por la necesidad de mantener «el respeto» y ha puesto en valor que el Parlamento gallego «es una balsa en comparación con lo que sucede en otras cámaras». En todo caso, ha aprovechado para apelar a un esfuerzo de «todos» para mejorar «en la cortesía parlamentaria». Sobre si se ve un presidente neutral, ha respondido que intenta ser «justo», aunque a veces «se equivoque».

No es ajeno a las críticas de socialistas y nacionalistas al respecto, e incluso ha tenido algún roce con dirigentes de su propio partido como la secretaria general del PPdeG y también diputada, Paula Prado, pero él relativiza su importancia y lo reduce «a gajes del oficio, sin más». Y sin hablar de su futuro político, sobre el legado que le gustaría dejar en la Cámara, resume: «Por aquí pasó un tipo normal».

«Ni de coña devolvería competencias»

En clave política, Santalices ha eludido posicionarse acerca de si cree que ha llegado el momento de acometer una reforma del Estatuto de Autonomía y se ha limitado ha manifestar que es un paso que exigiría «consenso» entre los grupos. Eso sí, se ha declarado «un autonomista convencido» que «ni de coña devolvería competencias». Es más, tras el traspaso de la gestión del litoral, anima a Rueda a pelear por más.

«Competencias más de calidad que de cantidad, las que nos permitan gestionar mejor desde aquí», ha precisado, antes de manifestar su malestar por la situación de la ley que partió por unanimidad de la Cámara autonómica para reivindicar la transferencia a Galicia de una vía estratégica como es la AP-9.

Lo que le molesta es que no se haya llegado a aceptar «el debate en sí» de una cuestión que ha salido de la Cámara autonómica. «Me siento un poco ofendido y pediría un poco más de respeto y consideración hacia los parlamentos autonómicos. Y un poco más de celeridad en los temas que se trasladan desde los parlamentos autonómicos, que también somos de dios», ha sentenciado.

Además de «autonomista», es «galleguista», fiel a la «ourensanía» y también sigue sintiéndose «baltarista». Así se siente por su «amplio sentido de la lealtad» -de la mano de José Luis Baltar inició su carrera política, que siguió con Manuel Baltar-, pero también, ha explicado, porque más allá de unos «nombres» o «personas», identifica «el baltarismo como una forma de hacer política desde la cercanía». «Meterse entre la gente, aunque haya problemas», ha zanjado.

En paralelo, Santalices ha defendido la necesidad de dar una «nueva» cara al Pazo do Hórreo, sede del Legislativo autonómico, y prevé impulsar este año un plan director de obras que incluirá la reforma de «todas las fachadas» del edificio, así como de algunas dependencias del interior que «hay que mejorar».

Para ello, el Parlamento se prepara, con el objetivo de aprobarlo «cuanto antes», un plan director que incluirá «reformar todas las fachadas» del edificio. «Este edificio es un edificio singular con mucha historia y hay que conservarlo», ha esgrimido el presidente, quien también quiere «mejorar» algunas dependencias interiores y los baños, para garantizar su accesibilidad.

La iluminación también «se está viendo», pero el proyecto aún está en una fase de trabajo interno, aunque ya tiene «garantizada la financiación, que es lo más importante». «Eso se lo tengo que agradecer a la Xunta y especialmente al presidente Alfonso Rueda», ha dicho, en relación a un presupuesto que ronda los dos millones de euros.

El Pazo do Hórreo es un edificio centenario: entró en servicio en 1915 como escuela de veterinaria, pero pronto cambiaría de uso -en los años 20 del siglo pasado- para albergar un cuartel militar hasta que en 1986 la Xunta lo compró al Ministerio de Defensa para convertirlo en la sede del Parlamento de Galicia (que antes había itinerado por dos espacios prestados: los pazos de Xelmírez y Fonseca).

Santalices ha recordado en el transcurso de la entrevista que la rehabilitación fue obra de Andrés Reboredo, al que se consultó también para la obra que suprimió barreras arquitectónicas en el acceso de la Cámara y cuya opinión se tendrá en cuenta también en la nueva remodelación. «Y a Patrimonio también le tenemos que consultar», ha apostillado.

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Redacción ED Galicia

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