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David Chipperfield: “No venimos a dar respuestas, sino a ayudar a formular las preguntas correctas”
El arquitecto británico, ganador del premio Pritzker, pone en marcha en Santiago la Casa RIA como espacio de reflexión abierto a toda la sociedad: "Ya no podemos construir calles, edificios o polígonos sin pensar en las consecuencias ambientales, económicas y sociales que tendrán"
En uno de los costados del casco histórico de Santiago, prolongando el diálogo entre raíces y modernidad que proponen el Centro de Arte Contemporáneo (CGAC), San Domingos de Bonaval y el Museo do Pobo Galego, el arquitecto David Chipperfield ha reforzado su labor en Galicia con la apertura de un nuevo espacio al abrigo de su fundación. Casa RIA, a la vista de Porta Faxeira, canal de entrada de miles de peregrinos conducidos hacia el Apóstol por la rúa de San Pedro, es, sobre todo, una promesa de diálogo y de pensamiento sobre los asuntos que preocupan al arquitecto, como la relación entre progreso y sostenibilidad, entre territorio y naturaleza, entre las personas y la transformación del medio en el que habitan.
El premio Pritzker está presentando en sociedad el nuevo equipamiento de la rúa Virxe da Cerca, que abrirá al público próximamente y que incluye un espacio de exposiciones, salas de conferencias, el estudio de arquitectura, residencias para investigadores y una cantina, capitaneada por Iago Pazos (Abastos 2.0) y enfocada a los productos de proximidad y temporada, que despliega su terraza a orillas del parque de Belvís.
«No estamos intentando dar respuestas, sino crear el entorno que permita establecer un diálogo entre personas para que se den esos debates. Las soluciones son consecuencia del entendimiento y la participación», dijo Chipperfield, anfitrión de una visita para medios de comunicación que estuvo conducida por el director de la Fundación RIA , Manuel Rodríguez López.
El enfoque del arquitecto para abordar los retos de la ordenación territorial y la relación entre lo urbanizado y lo natural es siempre un proceso. Habla de la fundación y de Casa RIA bajo el concepto del trabajo con la comunidad, del foro de debate y de la investigación. Por eso advierte que nadie debe esperar que un arquitecto llegue para dar «una idea brillante». Se trata de crear las condiciones para que germinen los «buenos proyectos», no de intentar descubrirlos como quien busca una pepita de oro.
«Estamos muy interesados en ayudar a Galicia, no como arquitectos, sino desde la visión de que una buena gobernanza y una buena planificación, pueden permitir a otros arquitectos dar buenas respuestas«, sentenció.
Casa RIA abrirá al público en los próximos días. Además del área expositiva y la cantina para dar servicio a trabajadores, invitados y visitantes, el espacio albergará también las oficinas de la Fundación RIA (10 trabajadores) y el estudio del arquitecto (13 trabajadores). Habrá una sala para conferencias y debates, y un archivo para investigación. En el piso superior se equipó una zona residencial para que puedan alojarse expertos, conferenciantes o profesionales en el marco de las estancias de investigación.
«Este no es un debate de derecha o izquierda»
En realidad, Chipperfield ya había escrito el dilema que aborda Casa RIA en el catálogo de la exposición inaugural de la institución, titulada Un enfoque territorial. «El cambio climático no es una predicción, sino una realidad, y corremos el peligro de no saber qué hacer. Antes no actuábamos porque el futuro estaba demasiado lejos, ahora no hacemos nada porque consideramos que es demasiado tarde (…) Galicia es un lugar privilegiado. Aquí, a pesar de que nuestras decisiones han afectado gravemente a la naturaleza y han socavado sus cualidades, el medio natural sigue siendo la base de un modo de vida y una identidad. Es nuestro capital natural, que asegura la condición de futuro de las próximas generaciones».
Este viernes, tras posar para unas fotos y recorrer las escaleras que vertebran Casa RIA, un círculo de grabadoras lo rodeó en la terraza. Allí explicó como en la influencia del entorno en la vida de los gallegos vio reflejado con nitidez el debate sobre el entorno natural y el construido, que en la última década se ha convertido en un debate global. «Este debate no es un debate político, de derecha e izquierda, que afecte solo a los gobiernos, o que implique a la parte privada o la pública, es una discusión con la comunidad en conjunto, y esta es una oportunidad para abrirla«, aseguró.
El premio Pritzker continuó: «Ya no puedes hacer cosas sin pensar en las consecuencias. En el pasado podíamos construir edificios, calles, polígonos… ahora tenemos que entender el impacto social, económicos y ambiental de cada cosa que hacemos».
La buena arquitectura
Al hombre que concibió el Neues Museum de Berlín o la Royal Academy of Arts de Londres, por poner ejemplos, le preguntaron entonces por Virxe da Cerca, la calle donde se ubica Casa RIA y un enclave de tradicionales problemas de movilidad, tendente a saturarse de coches. «En mi experiencia, el problema con los concursos de ideas es que la pregunta no está bien formulada, así que estamos muy interesados en ayudar a la ciudad a formular las preguntas correctas. No se pude hacer un concurso e imaginar que vas a encontrar una idea brillante de un arquitecto brillante, tienes que crear las circunstancias para él, crear el ambiente para buenos proyectos», reflexionó, señalando que no es una crítica particular hacia Galicia, sino que en todas partes comparten el mismo problema de planificación y ordenación.
Chipperfield, el arquitecto estrella, rehúye la idea romántica del genio, ya sea el artista inspirado por lo divino o el arquitecto con la idea brillante. Las ideas vienen «de todo el mundo». Por eso la Fundación RIA no persigue «dar la solución arquitectónica», sino «crear el entorno de la buena arquitectura».