Una exdirectora de la Axencia Galega da Industria Forestal rechaza la planta de Altri, un “impacto ambiental sin precedentes”

Mercedes Rois, hasta este marzo responsable de Innovación en Xera, manifiesta su oposición al proyecto de Altri tras salir de la Xunta y cuestiona su ubicación, los fondos públicos que pide la pastera, y el impacto cultural y ambiental "sin precedentes" que tendrá la fábrica

Manifestación contra el proyecto de Altri en Palas de Rei / Álvaro Ballesteros / Europa Press

Manifestación contra el proyecto de Altri en Palas de Rei / Álvaro Ballesteros / Europa Press

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No hay voces en las altas esferas de la Xunta o en los cargos intermedios que se hayan pronunciado públicamente contra el proyecto de Altri en Palas de Rei. Y continúa siendo así, aunque por poco. La que fue hasta este mes de marzo responsable de Innovación de la Axencia Galega de la Industria Forestal (Xera), un organismo ahora dependiente de la Consellería de Economía, ha emitido un mensaje nítido sobre su oposición a la fábrica de pasta soluble y fibras textiles que pretende construir la pastera portuguesa con una inversión próxima a los 1.000 millones.

Mercedes Rois, hasta hace nada directora de Innovación Forestal de Xera, escribió en su cuenta de Linkedin que la declaración de impacto ambiental otorgada a Altri es una «triste noticia». «Estoy a favor de cerrar ciclos en Galicia en el sector forestal gallego pero no a cualquier coste. Esta fábrica de pasta de celulosa y un mínimo porcentaje de textil provocará un impacto ambiental y cultural sin precedentes«, añade.

Mercedes Rois, exdirectora de Innovación de la Axencia Galega da Industria Forestal de la Xunta

Las palabras de la ingeniera de montes son llamativas no solo por haber tenido un cargo en la Administración autonómica y haberse pronunciado contra el proyecto tras su salida de la Xunta, sino también por su vinculación al sector forestal gallego, a priori, uno de los beneficiados del desembargo de Altri en tierras lucenses. Entre los argumentos del Gobierno gallego para promover la factoría está que contribuirá a una mejor ordenación del monte. Las distintas patronales y asociaciones del sector forestal y maderero también se han manifestado a favor de la implantación de un gran consumidor de eucalipto, lo que a priori debería contribuir a un incremento de precio de la madera.

Rois explica su posición en el texto: «Los que me conocéis sabéis que soy defensora de la bioeconomía forestal y los productos derivados de la madera, entre los que están los textiles como el lyocell, pero siempre dentro de un respeto al capital natural y cultural. Considero una equivocación ubicar esta fábrica en el entorno del Camino de Santiago, signo de identidad por el que nos conocen en el mundo entero, en la Serra do Careón donde hay varias especies vegetales en peligro de extinción, y con el impacto en las aguas (temperatura y químicos), tanto en el río Ulla como la Ría de Arousa, una de las más productivas de la costa gallega, con mariscos por los que también nos conocen en medio mundo».

Una Galicia con Ence y Altri

Xera se creó en el año 2017, con Francisco Conde como conselleiro de Economía. Su puesta en marcha fue muy bien acogida en la cadena de valor del sector forestal debido, precisamente, a la especialización de este organismo, que fue capaz de fomentar programas de innovación y rastrear ayudas europeas en un área de enorme potencial en Galicia, pero que, según coincidían expertos, empresas y selvicultores, estaba desaprovechada y, en buena parte del territorio, desordenada. Mercedes Rois estuvo dos años trabajando en este organismo, que tras la victoria electoral de Alfonso Rueda se reformó, pasó a depender de la Consellería de María Jesús Lorenzana y, este mismo año, cambió de director, con el cese de Jacobo Aboal y el nombramiento de Alfredo Fernández Ríos. En este contexto se produce la salida de Rois.

La antigua responsable de innovación de Xera asegura que tiene una posición favorable tanto a la producción de lyocell como a cerrar el ciclo de la madera en Galicia, pero no con el planteamiento que representa la fábrica de Altri.»Abogaría para que esa segunda transformación se hiciese en la planta existente de pasta de papel, pero no crear una nueva. De hacerse una nueva, habría otras ubicaciones que generarían menos reticencia por parte de toda la ciudadanía, zonas ya industriales preparadas para recibir un proyecto así», señala en referencia a Ence y a la falta de tradición industrial en iniciativas de esta envergadura en Palas de Rei.

Las ayudas públicas

Rois también llama la atención sobre los fondos públicos que requerirá el proyecto, pues la compañía lusa aspira a conseguir en torno a 250 millones en ayudas, que ha considerado indispensables para acometer la inversión. «Los 500 puestos directos que se estima creará no justifica esta intervención en el paisaje. Y menos si necesita una financiación pública de tal calibre. Dichos fondos públicos que necesita este proyecto de una empresa extranjera debieran invertirse en emprendimiento rural, donde se fomente una diversificación de especies y de productos. El cambio climático es una realidad preocupante y lo único que nos va a hacer más resilientes es esa diversidad, no cultivos monoespecíficos, aunque cierto sea que en una proporción limitada también son necesarios», sostiene la ingeniera.

Las protestas contra Altri

También argumenta que «la sociedad gallega mostró con manifestaciones y alegaciones que no quiere esa fábrica» y que se requirió a las personas que enviaron alegaciones al proyecto que justificasen ser parte interesada, «como si el hecho de ser ciudadano gallego no fuese condición suficiente».

«Si un macroproyecto de este tipo tiene tanta contestación social, nuestros gobernantes deberían plantearse un giro en las decisiones, ya que han sido elegidos para gobernarnos, con sus aciertos y sus errores, pero no para actuar en contra de la mayoría de la sociedad, en un proyecto que tendrá consecuencias irreversibles. Las decisiones políticas debieran tener un enfoque más allá del PIB, donde se contabilize en sus cuentas el capital natural y el bienestar social a largo plazo», concluye Mercedes Rois.

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