Choque entre Impulsa y Boston Consulting: el holding que busca inversores llegó a reclamar la devolución de 1,7 millones

La Sociedade para o Desenvolvemento de Proxectos Estratéxicos de Galicia, creada para canalizar iniciativas tractoras para los Next Generation, exigió 1,7 millones a la consultora por discrepancias sobre el contrato de servicios que mantenían, que finalmente se resolvieron “por un importe inferior”, dice Impulsa

Reunión del consejo de administración de Impulsa Galicia.

Reunión del consejo de administración de Impulsa Galicia. Fotos: Xunta de Galicia

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Choque entre Impulsa Galicia y Boston Consulting Group, su asesora de cabecera. Las diferencias en la interpretación de un contrato de prestación de servicios entre la prestigiosa consultora y la Sociedade para o Desenvolvemento de Proxectos Estratéxicos de Galicia, creada tras el Covid para canalizar iniciativas tractoras para los Next Generation, llegaron a tal extremo que la sociedad público privada controlada por la Xunta y Abanca reclamó 1,7 millones de euros a la firma norteamericana, que tiene despacho en Madrid y Barcelona.

Los desencuentros entre Boston Consulting Group e Impulsa Galicia obligaron incluso a que los gestores de la sociedad tuvieran que hacer constar las discrepancias en la memoria del pasado ejercicio, el 2023, al abordar los activos contingentes; es decir, un activo posible originado por un evento pasado, que generalmente se suelen dirimir en los juzgados. La memoria y las cuentas fueron aprobadas por el consejo de administración de Impulsa el pasado mes de marzo.

La reclamación, rebajada al final

“En relación a la cifra adeudada a uno de los acreedores por prestación de servicios (Boston Consulting), existen ciertas discrepancias por parte de la sociedad (Impulsa Galicia) en relación con las cantidades facturadas y los servicios prestados”, dicen desde la sociedad público privada gallega. Impulsa continúa en su memoria señalando que “la sociedad reclamará esas cantidades, estimadas en 1.697.215 euros. No obstante, atendiendo al criterio de prudencia y al encontrarse la reclamación en una fase inicial no se puede considerar que la misma cumple la definición de activo de acuerdo al plan general contable por lo que el importe no es reconocido ni en el balance ni en la cuenta de pérdidas y ganancias de las presentes cuentas anuales abreviadas”.

Consultadas al respecto, fuentes de Impulsa aseguran que “se trata de una cuestión relativa a la interpretación del contrato de servicios”. “Dado que en el momento de la aprobación de las cuentas aún no se había llegado a un acuerdo de la ejecución del contrato, se dejó constancia en las cuentas de 2023, por un importe acorde al principio de prudencia contable”, dicen. “Posteriormente”, se limitan a explicar, “se llegó a un acuerdo satisfactorio para ambas partes por un importe inferior, que quedará reflejado en las cuentas de 2024, de acuerdo con la normativa vigente”.

Discrepancias desde el inicio

Las diferencias entre Boston Consulting Group e Impulsa Galicia se arrastran casi desde la puesta en marcha del holding, en marzo de 2021. En las cuentas de Impulsa de dicho año, sus gestores registraron contablemente una imputación de gastos de algo más de medio millón de euros, en base a facturas soportadas durante ese año y giradas por la consultora norteamericana y cuyo gasto se anotaría en 2022, según explicaban.

Boston Consulting Group no es un cualquiera en el mundo del asesoramiento estratégico. Cuenta con oficinas en más de 100 ciudades repartidas por más de 50 países. La Sociedade para o Desenvolvemento de Proxectos Estratéxicos de Galicia, más conocida como Impulsa Galicia, tampoco lo es en su ámbito. Gestiona las iniciativas tractoras al abrigo de los fondos Next Generation y es la encargada del aterrizaje en Galicia de proyectos como el de Altri, de fibras textiles. Fue creada 2021 por la Xunta (mantiene un 40% del capital), Abanca (38% del accionariado), Reganosa (12%) y Sogama (10%).

Relevo en la dirección general

La compañía semipública está presidida actualmente por María Jesús Lorenzana, conselleira de Economía, y tiene como vicepresidente a Francisco Botas, consejero delegado de Abanca, con un consejo de administración integrado por miembros de la propia administración gallega, de la entidad financiera y varios independientes.

En julio del año pasado se produjo un vuelco en la gestión de Impulsa. Julio Pombo relevaba entonces a Enyd López en la gestión de la captación de inversiones al calor de los Next Generation. La entidad encargada de gestionar los proyectos tractores de Galicia que optan a los fondos europeos anunciaba así el nombramiento del hasta ese momento asesor económico de Alfonso Rueda como nuevo director general de la entidad.

EY y Fernández Currás, auditores

Meses antes de la llegada de Julio Pombo a la dirección general, Impulsa estrenaba auditor. La exconselleira Marta Fernández Currás y su equipo de Ernst & Young eran los elegidos. Fernández Currás, que se incorporó a EY tras su etapa como conselleira de Facenda y como secretaria de Estado con Cristóbal Montoro al frente de Hacienda, está desde 2016 al frente del equipo en Galicia, en calidad de asociada de la multinacional auditora.

Entre la cartera de proyectos de la compañía, Impulsa tiene como iniciativas tractoras la planta de fibras textiles de Altri en Palas de Rei, el proyecto de biometano de Reganosa, Repsol y Naturgy, así como el plan de Reganosa y EDP para generar hidrógeno verde en As Pontes a partir de energía renovable, entre otros.

De los beneficios a las pérdidas

Impulsa fue creada con un capital de 5 millones de euros, aportados por los socios públicos y privados. Sus ingresos proceden de la prestación de servicios de asesoramiento para el fomento de nuevas actividades empresariales. En concreto, en 2023, la sociedad tuvo unos ingresos de 2,8 millones de euros, ligeramente por encima de la facturación firmada un año antes.

De acuerdo con la cuenta de resultados de Impulsa depositada en el Registro Mercantil de A Coruña, su resultado de explotación registró unas pérdidas de 915.000 euros el ejercicio pasado, frente a unos beneficios en este apartado de 138.500 euros un año antes. En 2023, el resultado neto apuntó unas pérdidas de 664.109 euros, que contrastan con los beneficios del año anterior.

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