Ana Pontón llama a movilizarse contra Altri: "Visten de carácter técnico una decisión política"

Palabras gruesas de Ana Pontón tras la declaración de impacto ambiental positiva de la Xunta a Altri. La portavoz nacional del BNG ha invocado el Prestige y la política industrial del franquismo para referirse a la fábrica de fibras textiles de la pastera lusa, avanzando que desde su formación darán la batalla en el ámbito «político, social y legal» para intentar paralizar la iniciativa.

La consecución del permiso ambiental, para Pontón, supone la consumación de una «traición» por parte del presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, pues entiende que «pone por delante los intereses de una multinacional» mientras pone en riesgo «8.000 puestos de trabajo» en la comarca de Ulloa y en la Ría de Arousa. No solo eso, pues la nacionalista cree que arriesga «el propio desarrollo económico» de la comunidad.

¿Decisión técnica o política?

Sus palabras encierran un debate político que se dará en los próximos días y que impugna el enfoque adoptado por el Gobierno gallego. Si Rueda defiende que son criterios técnicos los que deciden la suerte de Altri en Palas de Rei, Pontón rechaza ese velo de neutralidad. «Visten de carácter técnico una decisión política«, dijo la diputada, que tachó de «tremenda irresponsabilidad» la posición del Ejecutivo autonómico, que «desde el primer momento avaló el proyecto».

«Lo más grave es que se puso en marcha toda una serie de actuaciones destinadas a llegar a este punto y desde luego nosotros lo que tenemos claro es que este proyecto no va a beneficiar a Galicia. Al contrario, hipoteca nuestro futuro», razonó. Con estos argumentos, Pontón llamó a la ciudadanía a movilizarse en los distintos actos convocados para decir «alto y claro» que no se puede avalar la «imposición» de una «macrocelulosa contaminante». También pidió al Gobierno central que sea «claro», pues la construcción de la factoría depende de la obtención de fondos europeos.

Del franquismo al ‘Prestige’

La portavoz del Bloque ha insistido en que «queda mucho», apuntando de nuevo hacia una batalla «política, democrática y, si hace falta, legal» para paralizar el proyecto, que supondría una agresión «muy similar a la que pudo ser desde el punto de vista ambiental la del Prestige». Pontón ha sentenciado sus palabras indicando que Galicia «no quiere industrias contaminantes» ni que se le imponga «el mismo modelo industrial del Franquismo».