¡Ya es Navidad en.. Venezuela!
Desde el 1 de octubre se va a celebrar la Navidad en Venezuela. La desmedida soberbia y un proceder dictatorial más chusco que mínimamente aseado por lo burdo, pero letal al final y al cabo, como el de Nicolás Maduro, este se postula por encima de la misma historia
Si ya la dictadura, como formato político, resulta difícil de entender y asumir para una mente suficientemente cultivada, por aquello de la soberbia de quien la ejerce, muchas de las maneras de los dictadores (por cierto, ¿por qué hay tan pocas dictadoras?; no parece que haya paridad de género en las autocracias), resultan aberrantes. Desde el 1 de octubre de este año, se va a celebrar la Navidad en Venezuela. Tiemblan ya Londres, París o Nueva York por lo que les pueda restar de lucimiento. En Vigo hay ya un correr de electricistas para tener todas las luminarias a punto antes de que finalice septiembre.
Si no queda satisfecho, le devolvemos su dinero
Ramón Areces pasa por ser el creador del exitoso modelo de venta en establecimientos que representa El Corte Inglés. Desde aquel préstamo que su primo César Rodríguez González le había facilitado a Pepín Fernández, posterior creador de Galerías Preciados, para que comprase Sederías Carretas, lugar en el que pretendió que se emplease al sobrino de “El viejo”, como se denominaba a don César en familia, hasta la actual situación del formato, muchas han sido las vicisitudes e, incluso, penalidades que el grupo soportó. Ya desde el primer momento, porque Pepín no quiso incorporarlo, pero aceptó cederle un bajo ocupado con una antigua sastrería que respondía al posterior duradero nombre de El Corte Inglés.
Tanto Ramón como Pepín, ambos se habían formado con César en la mítica enseña de los establecimientos de “Almacenes El Encanto”, siendo su primera ubicación en La Habana. Obra del ingenio asturiano de los hermanos Solís, y abierto en 1888, aguanta hasta su incautación por parte de barbudos revolucionarios capitaneados por Fidel Castro en octubre del año 1960, teniendo su máximo esplendor durante la gerencia de Cesar Rodríguez González. Esta verdadera escuela de la distribución, incluso internacional, que supuso “El Encanto” contó entre sus filas con un sobrino de Pepín, Tomás Menéndez Fernández, quién sería, además, su sucesor como responsable de Publicidad.
Practique la elegancia social del regalo
Emparentados y bien avenidos entre ellos, como corresponde a los emigrantes con fortuna, máxime si el origen es norteño, Tomás Menéndez fue un creador de frases geniales, con un hondo carácter de impacto comercial. Formado en Manchester y en París, además de un inicial paso obligado por Asturias, Tomás es reclamado por su tío para hacerse cargo de la notoriedad de la marca. Educado “a la americana” en los efectivos intríngulis de la mercadotécnica, suyas son frases ya paradigmáticas del decir comercial tales como “practique la elegancia social del regalo”, “ya es invierno en El Encanto” o la imperecedera “ya es primavera en El Encanto”, que acabaría siendo emblema que sobreviva hasta nuestros días, pero emitido desde El Corte Inglés.
Tomás Menéndez acabaría sus días trabajando en España, después de haber huido de la dictadura castrista, pero nunca en El Corte Inglés, sino en su directa pero familiar competidora Galerías Preciados, desaparecida esta segunda bajo los pliegues del banderín de la primera.
Si no queda satisfecho…
No sería por parte de El Corte Inglés hasta 1960 cuando se utilizase el slogan inventado por Menéndez, y no siendo, por tanto, una obra original de los creativos de la firma, quienes sí triunfaron posteriormente con el ya muy ampliamente asumido como forma de vida empresarial “si no queda satisfecho, le devolvemos su dinero”, utilizado por primera vez en el año 1972.
Otra de las grandes creaciones de Tomás Menéndez serían los denominados “cheques regalo”, que incorporaron tanto Galerías Preciados como El Corte Ingles en España, además de las campañas de rebajas, concebidas para liquidar existencias y preparar la nueva temporada.
Y en esto, llegó Maduro
Como en la militante canción de Carlos Puebla, “y en esto llegó Maduro (…) y mandó a parar”. El período navideño es aprovechado por el régimen para hacer repartos de ayudas y bolsas de comidas por los barrios, incluyendo perniles o jamones, productos supervisados por los CLAP, los Comités Locales de Abastecimiento y Producción, rimbombante nombre dado a la ineficaz gestión del racionamiento de toda la vida.
Instauradas las fechas navideñas por el Papa Julio I en el año 325 durante el Primer Concilio de Nicea, la desmedida soberbia y un proceder dictatorial más chusco que mínimamente aseado por lo burdo, pero letal al final y al cabo, como el de Nicolás Maduro, este se postula por encima de la misma historia. Menos mal que para su justificación tenemos el respaldo de Podemos y el aval de las tres comidas diarias proclamado por Iñigo Errejón. Pues no sabemos si los perniles darán para tanto…