Vivienda, cerveza y educación financiera

Los jóvenes se manifiestan en toda España exigiendo el abaratamiento de los alquileres de la vivienda y mayores facilidades para la compra de una casa. Rentistas, bancos y políticos parece que son los responsables de esta situación. ¿Pero qué pasa si hablamos de educación financiera y de ahorro?

Miles de personas durante una manifestación por la vivienda, desde Atocha, a 5 de abril de 2025, en Madrid (España)

Miles de personas durante una manifestación por la vivienda, desde Atocha, a 5 de abril de 2025, en Madrid (España). Mateo Lanzuela / Europa Press

Miles de personas se manifestaron hace unos días en toda España como protesta por la situación del mercado de la vivienda. Bajo el lema “Acabemos con el negocio de la vivienda” y “Bajemos los precios, a por la huelga de alquileres”, los manifestantes exigían, entre otras cosas, una rebaja de los alquileres de un 50%, terminar con los rentistas y aumentar la oferta de vivienda pública.

Ciertamente, la dificultad que tiene la gente más joven para acceder a una casa es enorme. Con bajos salarios y precariedad laboral, la media que los menores de 40 años tendrían que dedicar al pago de una hipoteca es más del 60% de su salario, cuando las entidades financieras recomiendan no dedicar más del 35% de los ingresos mensuales a afrontar un préstamo hipotecario.

Pero a riesgo de parecer un rancio, porque ya piso la sexta planta, he de decir que mi generación tampoco podía comprarse su primer piso con menos de 35 años. Las diferencias generacionales son verdaderamente enormes: mi generación valoraba la estabilidad laboral, la permanencia en una empresa y el trabajo como estatus. En cambio, los millennials y la generación Z valoran la flexibilidad laboral y el binomio vida-trabajo. Esa idea de los de mi quinta de estabilizarnos en un solo lugar a través de la compra de una casa ya no es una prioridad. Aunque en esta realidad es donde, a mi juicio, aparece uno de los factores clave que impide que muchos jóvenes accedan a una vivienda: el ahorro.

Recientemente, el Banco Santander UK lanzó una iniciativa para los jóvenes británicos que les aconsejaba reducir el consumo de alcohol para mejorar la salud y tener mayor capacidad financiera para afrontar una hipoteca. Los datos eran contundentes: el coste de una pinta es de unos 5.60 euros, con lo cual, el que se tome tres cervezas por semana se gastará 67 euros al mes. Dejar de tomarlas representaría unos 20.100 euros en la vida de una hipoteca de 235.000 euros a 25 años, unos dos años menos del plazo inicialmente firmado.

Al final, detrás de esta iniciativa del Santander, lo que subyace es otro de los grandes problemas que arrastran las nuevas generaciones, y es el de la falta de educación financiera para comprender conceptos básicos como la gestión de la deuda, el ya comentado ahorro, la planificación financiera o la inflación.

Una carencia que se arrastra desde la educación secundaria. Lo dice el Informe PISA, al situar a los alumnos españoles por debajo de la media de la OCDE en este ámbito. Según datos del año pasado, el 70% de los colegios españoles no incluyen educación financiera adecuada para su futuro, frente al 100% de los colegios finlandeses que sí la incorporan desde primaria.

En definitiva, ser propietario ahora de una vivienda es posiblemente más complicado que hace 30 años, pero seguro que menos cerveza, menos viajes y menos conciertos ayudarían a muchos jóvenes a reducir de forma significativa la edad para ser propietarios.

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