Tus compañeros de trabajo no son tus amigos
La competencia sana y la colaboración deberían ser nuestras metas, pero muchas veces caemos en la trampa de la desconfianza y la rivalidad destructiva
¡Ey Tecnófilos! Vamos a intentar aprender algo importante hoy. Como empresario con más de tres décadas de experiencia, he presenciado cómo el falso compañerismo puede destruir la vida de personas buenas pero equivocadas. Es esencial entender que, aunque trabajamos en equipo, al final del día cada uno vela por lo suyo. Permitidme compartir algunos errores comunes que se cometen en el entorno laboral y que deberíamos evitar a toda costa.
En el mundo laboral, tus compañeros de trabajo son simplemente eso: coincidentes laborales. La ilusión de una amistad verdadera puede desmoronarse rápidamente cuando las cosas se ponen difíciles. Un error habitual es creer que tus colegas te respaldarán incondicionalmente. La realidad es que, ante una crisis, muchos optarán por salvar su propio pellejo antes que ayudarte. ¿Por qué somos así? Quizás por miedo, inseguridad o simplemente por instinto de supervivencia.
Nunca le cuentes a tus compañeros de trabajo tus anhelos y debilidades
Confesar tus planes, deseos o puntos débiles a tus compañeros puede parecer una forma de fortalecer la relación, pero es un error. La información que compartes puede convertirse en un arma en tu contra. En un entorno competitivo, lo que revelas con buena intención puede ser utilizado para manipularte o perjudicarte. Mantén tus secretos a salvo y comparte tus aspiraciones solo con aquellos en quienes confías plenamente fuera del ámbito laboral.
Cuando estés en desacuerdo con la política de la empresa no lo compartas con ellos
Manifestar tu descontento con las políticas de la empresa frente a tus compañeros puede parecer una forma de buscar apoyo, pero es una trampa. Todo lo que dices puede ser usado en tu contra en el momento menos esperado. La prudencia es clave; resérvate tus opiniones más críticas para conversaciones privadas y reflexiona bien antes de compartirlas.
Si bien es importante mantener buenas relaciones laborales, debemos ser conscientes de los límites y protegernos
Nunca muerdas la mano que te da de comer
Aunque algunos empresarios no respeten a los trabajadores ni a las leyes, la mayoría sí lo hacen. Morder la mano que te da de comer no solo es un acto de deslealtad hacia la empresa, sino también hacia tus compañeros y hacia ti mismo. Los complots y conspiraciones contra la empresa no solo son contraproducentes sino que también pueden dañarte a ti en el largo plazo. El mundo es pequeño y, tarde o temprano, todo se sabe.
España, a pesar de sus muchísimas virtudes, sufre de una envidia patológica y una polarización intensa. Esta cultura de la envidia y el conflicto constante se refleja en nuestro comportamiento laboral. ¿Por qué somos así? Es una pregunta que deberíamos hacernos más a menudo. La competencia sana y la colaboración deberían ser nuestras metas, pero muchas veces caemos en la trampa de la desconfianza y la rivalidad destructiva.
Resumiendo, si bien es importante mantener buenas relaciones laborales, debemos ser conscientes de los límites y protegernos. Los compañeros de trabajo pueden ser aliados en el proyecto común, pero no necesariamente amigos en los que confiar ciegamente. Mantén la guardia alta, sé prudente y valora tus propias metas y bienestar por encima de todo.
¡Se me tecnologizan!