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Teletrabajo y orgullo de pertenencia
La decisión de algunas de las grandes compañías globales de hacer volver a sus trabajadores a las oficinas genera un nuevo interrogante: ¿el teletrabajo se reducirá solo para los colaboradores autónomos?
Confieso que llevo casi 10 años teletrabajando. Por tanto, me inicié en esta práctica mucho antes de que la pandemia descubriera para muchos que sí se puede hacer negocio o desarrollar tu actividad profesional de forma eficiente desde un punto remoto al de tu centro de trabajo. Pero en las últimas semanas, algunas de las más grandes compañías del mundo como Amazon, Meta o Apple, han anunciado que, con timings diferentes, en el plazo de dos o tres años desaparecerá el “home office” como forma de desarrollar el trabajo para empleados de una organización.
El teletrabajo fue un descubrimiento y una salvación para miles de empresas del todo el mundo cuando la pandemia del Covid apareció de forma súbita a principios de 2020. Como nunca hasta ese momento, empresarios y directivos tomaron conciencia de la importancia que la Comunicación Interna tiene en las organizaciones, y junto a los planes de contingencia para superar todas las dificultades que se planteaban, muchas empresas empezaron a desarrollar sus primeros planes de comunicación interna para involucrar a sus púbicos internos y buscar ese engagament que ayudaría a salir a flote.
Pero cuatro años después, parece que muchas organizaciones, especialmente las más grandes, dudan de que esta forma de trabajo pueda sostenerse en el tiempo en base al KPI de la productividad. La mayor parte de las encuestas publicadas, especialmente aquellas dirigidas a “teletrabajadores”, contradicen la toma de esta decisión. La escuela de negocios EADA, publicaba recientemente un estudio del que se desprendía que la mayoría de los encuestados consideraban que eran más productivos en casa que en las oficinas, especialmente si se combinaba la semanal laboral con el binomio presencial/casa.
Muchas organizaciones, especialmente las más grandes, dudan de que esta forma de trabajo pueda sostenerse en el tiempo en base al KPI de la productividad
Al mismo tiempo, también la mayoría de los directivos se consideran capacitados para liderar equipos que combinen estas dos formas de trabajo, sabiendo que, en España, el teletrabajo está por debajo de la media europea, un 10% frente al 7,6% de la media de la UE. A finales del año pasado estaba contabilizado que 3,06 millones de personas en España teletrabajaban, según Adecco.
Pero el dato más significativo de esta encuesta es que la mayoría estaría dispuesta a renunciar a su puesto de trabajo si no pudiera seguir disfrutando de esta posibilidad. Un dato no solo preocupante, si no que descubre cómo es el nuevo paradigma del trabajo con el que las nuevas generaciones, especialmente la Z, se están incorporando al mercado laboral.
La retención y la captación de nuevo talento está siendo una pesadilla para la mayor parte de los departamentos de Recursos Humanos. Los más jóvenes valoran incentivos que eran impensables para los que ya somos baby boomers, como los planes de crecimiento en las empresas, la posibilidad de llevar a tu mascota al centro de trabajo o, precisamente, el poder alternar la presencia física en el puesto de trabajo y el home office. Critica esta generación, y creo que con acierto, lo que ahora se denomina el “teatro de la productividad”, que se refiere a los empleados que simulan una actividad laboral en el centro de trabajo artificial y sobreactuada hacia sus jefes.
Por eso, y siendo consciente de que esta forma de trabajar no sirve para todos los perfiles profesionales, creo que entre las cosas buenas que ha traído la pandemia ha sido la búsqueda de nuevas formas de desarrollar nuestra actividad profesional aportando valor y compromiso, sin caer en ese tópico ya trasnochado del “orgullo de pertenencia” a tu organización. Al fin y al cabo, el trabajo es lo que haces, no dónde lo haces.