Ser Autónomo en España es maravilloso
Aunque el sarcasmo impregna este artículo, la realidad subyacente es que ser autónomo en España es una elección valiente y llena de potencial, aunque esté plagada de desafíos que bien podrían ser suavizados para el beneficio de todos
¡Ey Tecnófilos! ¡Ah, la “dolce vita” del autónomo en España! Dónde comenzar con las innumerables ventajas que esta noble aventura ofrece. Con más de 3 millones de almas valientes y arrojadas navegando este mar de independencia laboral, no cabe duda de que todos han descubierto el secreto de la felicidad empresarial… o quizás simplemente de la resiliencia ante las adversidades.
Primero, hablemos del maravilloso mundo de las finanzas. ¿Quién necesita estabilidad económica cuando puedes disfrutar de la emoción del ingreso variable? Cada mes es una sorpresa; ¿será un festín o un ayuno? Y no olvidemos la generosidad de pagar religiosamente nuestras cuotas a la Seguridad Social y al IRPF, independientemente de nuestros ingresos. ¡La alegría de contribuir nunca termina!
Ahora, adentrémonos en el laberinto burocrático que tan astutamente ha tejido nuestro gobierno. Con cada vuelta de esquina, una nueva aventura legislativa espera. Cambios constantes en la normativa, una burocracia que podría competir en lentitud con una tortuga reumática y un sistema fiscal que podría hacer llorar al más valiente. Pero, ¿qué sería de la vida sin estos emocionantes retos para mantenernos en vilo?
Y cómo olvidar la especial atención que recibimos de la Agencia Tributaria. Nada dice «te aprecio» como una inspección sorpresa o un requerimiento adicional. Es como si siempre estuviéramos en su mente y, sinceramente, ¿quién no disfruta de ser el centro de atención?
Sería injusto no poner en valor la incalculable contribución de las entidades financieras acudiendo en tu ayuda incondicionalmente. Todos aborrecemos y sabemos falsa aquella inequitativa metáfora que reza de la siguiente manera: “Los bancos te dan el paraguas cuando no llueve y te lo quitan cuando arrecian las precipitaciones.” No se puede ser más arbitrario.
En cuanto a los derechos laborales y beneficios sociales, bueno, ¡quién los necesita! Vacaciones pagadas, bajas por enfermedad remuneradas… esas son para los débiles. Los autónomos españoles somos de una raza diferente, capaces de trabajar sin parar, inmunes al agotamiento y a las enfermedades. En muchas he destacado como recomendación a la gente en general aseverando: “Si quieres tener una salud de hierro, hazte autónomo.”. El autónomo nunca utiliza el comodín de una supuesta baja por “estrés” o por “depresión” (de presión entendemos bastante) porque simplemente ni lo siente ni lo padece.
Los autónomos españoles somos de una raza diferente, capaces de trabajar sin parar, inmunes al agotamiento y a las enfermedades
Por supuesto, no podemos pasar por alto el encanto del aislamiento. Trabajar solo, día tras día, es una excelente manera de conectar con tu yo interior. Y si alguna vez te sientes demasiado solo, siempre puedes conversar con tus plantas o el eco de tus pensamientos en la habitación vacía. Además, siempre está la opción del coworking, por un módico precio, claro está.
Además, sentirse el último eslabón de una cadena donde no hay ningún hombro al que llorar, un jefe al que pedir consejo, esa maravillosa soledad sin duda elegida, ese enorme apoyo por parte de políticos y sindicatos, esa incertidumbre empresarial.
Somos muy injustos con nosotros mismos y con la sociedad en que vivimos no poniendo en valor el hecho de que los autónomos podemos trabajar todo el tiempo que se nos ponga en el forro, mientras que nuestros representantes políticos proponen cada día la reducción de jornada de los trabajadores por cuenta ajena, eso sí, con el mismo salario.
Pero no todo está perdido, amigos. Este camino de autónomo también es un testamento a la creatividad, la perseverancia y la pasión. Es un viaje que forja emprendedores resilientes y adaptables. Y, aunque el sarcasmo impregna este artículo, la realidad subyacente es que ser autónomo en España es una elección valiente y llena de potencial… aunque esté plagada de desafíos que bien podrían ser suavizados para el beneficio de todos.
Así que, aquí estamos, navegando en este barco llamado autonomía, equipados con una sonrisa sarcástica y una dosis de esperanza. Quizás, con suficiente diálogo, acción colectiva y reformas sensatas, podamos un día decir sin una pizca de sarcasmo que ser autónomo en España es, es, es… de hecho, simplemente maravilloso.
¿No tienes ganas de salir corriendo, dejar tu puesto de trabajo por cuenta ajena y hacerte inmediatamente trabajador autónomo, si todavía no lo eres?
¡Se me tecnologizan!
P.D: en una catarsis de creatividad sin límite y con todo el respeto, me he permitido la licencia de hacer una adaptación de la letra de la famosa canción que interpretó Jeanette: “Soy rebelde”, como un potencial himno homenaje a los afortunados trabajadores por cuenta ajena. ¿Te animas a cantarla?
Yo soy autónomo,
Porque el mundo me ha hecho así,
Porque nadie me ha tratado con calor,
Porque nadie me ha querido elegir.
Yo soy autónomo,
Porque siempre sin razón,
Me negaron sencilleces que pedí,
Y me dieron unos trámites sin fin.
Y quisiera ser como el país aquel,
Como el tipo aquel que es feliz,
Y quisiera dar lo que hay en mí,
Todo a cambio de una virtud.
Y soñar, y emprender,
Y olvidar el desdén,
Y facturar, y crecer,
Y sentir en mí el bien.
Yo soy autónomo,
Porque el mundo me ha hecho así,
Porque nadie me ha tratado con calor,
Porque nadie me ha querido elegir.
Y quisiera ser como el país aquel,
Como el tipo aquel que es feliz,
Y quisiera dar lo que hay en mí,
Todo a cambio de una virtud
Y soñar, y vivir,
Y olvidar el sufrir,
Y trabajar, y reír,
Y emprender y subir.